El Parlamento Europeo agoniza por falta de poderes reales

La historia del Parlamento Europeo se remonta a 1952, con la creaci¨®n de la Asamblea de la Comunidad Europea del Carb¨®n y del Acero (CECA) y, posteriormente, de. las comunidades europeas de los seis. Formada por diputados enviados por los Parlamentos nacionales, era m¨¢s bien una imagen que una realidad. S¨®lo cuando, a principios de la d¨¦cada de los setenta se instaur¨® el sistema de recursos propios -es decir, el acceso directo de las comunidades a unos fondos para alimentar su presupuesto- la asamblea logr¨¦ acaparar un peque?o poder en materia presupuestaria.Fue en la cumbre de Par¨ªs de 1974 cuando los jefes de Estado y de Gobierno de la CEE -entonces nueve- decidieron que el Parlamento Europeo fuese elegido por sufragio universal y directo. Las primeras elecciones tuvieron lugar en junio de 1979. Su primer presidente, la francesa Simone Veil, cedi¨® su puesto a Dankert el 1 de enero de 1982.
Sistema de 'concertaci¨®n'
Este Parlamento -que representa a "los pueblos de los diez Estados que componen la comunidad"- ha usado de los pocos poderes de que dispone para lograr influencia. El Parlamento comparte con el Consejo de Ministros de la CEE el poder presupuestario. De hecho, en 1979 rechaz¨® el proyecto de presupuesto que le hab¨ªa sometido el Consejo, lo que oblig¨® a volver a empezar todo el procedimiento. Pero el Parlamento s¨®lo puede variar los llamados gastos no obligatorios.As¨ª, en los ¨²ltimos cuatro a?os, el Parlamento Europeo ha conseguido ' aumentar las partidas del fondo regional y del fondo social. Este a?o ha logrado retener, hasta ver los resultados de la cumbre europea que se abri¨® ayer en Bruselas, el cheque de la devoluci¨®n al Reino Unido para 1983. Pero el Consejo parece reaccionar. Las ¨²ltimas propuestas de cara a esta cumbre sobre rigor presupuestario en una CEE en bancarrota, sin tocar formalmente a los poderes del Parlamento, pretenden que ¨¦ste no desborde, como en el pasado, las cantidades que se le dicten. El Parlamento Europeo "sin poder presupuestario ser¨ªa como una tribuna sin eco", ha observado ya Dankert.
Del ¨¦xito de la presente cumbre y del impulso que pueda otorgar a la idea europea y a la CEE depender¨¢ mucho el europe¨ªsmo de las elecciones de junio. La cumbre siguiente llegar¨¢ despu¨¦s.
Curioso Parlamento ¨¦ste que no dispone de un aut¨¦ntico poder legislativo. ?ste reside fundamentalmente en el Consejo de Ministros, que tiene que pedir, sin embargo, un dictamen al Parlamento antes de aprobar toda ley -directiva o reglamento- comunitaria. Pero el dictamen no es, en la mayor¨ªa de los casos, vinculante. El Parlamento dispone, adem¨¢s, de otra peque?a palanca de poder e influencia: el sistema de concertaci¨®n con el Consejo de Ministros en caso de desacuerdos. Y el uso de este procedimiento se ha multiplicado.
Finalmente, el Parlamento dispone de cierto control sobre las otras instituciones, y muy especialmente sobre la Comisi¨®n Europea -el ¨®rgano burocr¨¢tico y ejecutivo de la CEE que tiene el poder de propuesta- El Parlamento, en principio, podr¨ªa votar una moci¨®n de censura contra el colegio de comisarios. Pero estos son nombrados por los Estados miembros, y en caso de que el Parlamento rechazara una comisi¨®n, las capitales podr¨ªan volver a nombrarla.
Si ha logrado cierta fuerza moral el Parlamento Europeo ha sido a trav¨¦s de sus debates e informes bien documentados. Cabe destacar los habidos sobre la mujer -s¨®lo 70 de los 434 eurodiputados son de sexo femenino-, la defensa europea y el paro. En pol¨ªtica exterior, con un gran ¨¦nfasis en los derechos humanos, las resoluciones han tenido resonancia. El Parlamento ha apoyado asimismo constantemente la integraci¨®n de Espa?a y Portugal.
Divisi¨®n por ideolog¨ªas
En las votaciones, si hay una cierta divisi¨®n por ideolog¨ªas, suele imperar la regla del inter¨¦s nacional de los eurodiputados. Aunque en su europe¨ªsmo a menudo vayan algo m¨¢s lejos que las capitales. Pero uno de ellos ha manifestado claramente que "en tanto que diputados, representamos a los partidos que forman los Gobiernos".Los distintos grupos intentan fraguar manifiestos electorales comunes con los que concurrir a las elecciones de junio. Hasta ahora s¨®lo lo han conseguido los socialistas. Y con un programa absolutamente minimalista en cuanto a la integraci¨®n europea. Buen ejemplo de la divisi¨®n en este grupo fue la divisi¨®n cuando le aprob¨® en el oto?o de 1983 una resoluci¨®n a favor del despliegue de los euromisiles de la OTAN.
Los europarlamentarios pueden plantear, adem¨¢s, preguntas orales y escritas a la comisi¨®n y al Consejo de Ministros. No suelen crear sorpresas. Pero entre preguntas sesudas tambi¨¦n se cuela a veces la iron¨ªa, como la de aquella eurodiputada que muy seriamente, por escrito, inquiri¨® al presidente de la Comisi¨®n Europea, Gaston Thorn, sobre su supuesta consulta de or¨¢culos y quiromantes para tomar sus decisiones.
El Parlamento Europeo se re¨²ne habitualmente una semana al mes en su sede de Estrasburgo -cuenta con otras sedes en Luxemburgo y en Bruselas- para sesiones plenarias. Entre medias se re¨²nen las diversas comisiones parlamentarias. 1982, con 246 resoluciones adoptadas, pareci¨® ser un a?o de m¨¢xima actividad. En estos cuatro a?os, el n¨²mero de los debates ha aumentado. Y el de las enmiendas, m¨¢s a¨²n. Si en 1979 se plantearon un total de 2.069 enmiendas, en 1983 se alcanz¨® la cifra nada parca de 7.571.
El Parlamento se rige por medio de una partida propia en el presupuesto de la CEE. Pero los salarios de los eurodip¨²tados provienen de sus respectivos Estados, lo cual en los ¨²ltimos a?os ha dado lugar a ciertas desigualdades. Algunos de los brit¨¢nicos, peor pagados y con escasas dietas, llegaron a dormir en sus despachos en Estrasburgo. Para paliar estos defectos se han construido unas habitaciones en la propia sede.
Falta de poderes
El Parlamento se queja constantemente de su falta de poderes y critica con no menor constancia la ineficacia del Consejo de Ministros para tomar decisiones. En un tard¨ªo despertar, el Parlamento ha aprobado el proyecto de Tratado de la Uni¨®n Europea promovido por el italiano Altiero Spinelli, que pide un aut¨¦ntico poder legislativo para esta C¨¢mara, un poder compartido de decisi¨®n entre el parlamento y el Consejo de Ministros. Ha de ir a ratificaci¨®n de los parlamentos europeos, y Pieter Dankert se esfuerza por presentarlo en las capitales. Es el testamento Pol¨ªtico de un parlamento saliente en una Europa en crisis.
Espa?a a¨²n no ha negociado
434 representantes para 270 millones de ciudadanos
Espa?a no ha negociado a¨²n con la CEE el n¨²mero de eurodiputados que le corresponder¨¢n, siendo el cap¨ªtulo sobre las instituciones uno de los ¨²ltimos que se cerrar¨¢n. En la actualidad, los grandes pa¨ªses (Francia, Italia, la RFA y el Reino Unido) disponen de 81 diputados cada uno. Holanda tiene 25; B¨¦lgica y Grecia, 24; Dinamarca, 16; Irlanda, 14, y Luxemburgo, 6. El cargo de parlamentario nacional no es incompatible con el de miembro del Parlamento Europeo. De hecho, 57 de ellos compaginan ambas actividades en la actual c¨¢mara europea.En 1979, los resultados fueron muy similares a los de las distintas elecciones generales de cada pa¨ªs, vi¨¦ndose, sin embargo, penalizados los socialistas por la fuerte abstenci¨®n. El caso m¨¢s extremo de euroapat¨ªa fue el del Reino Unido.
En medios europeos se teme en 1984 una amplia abstenci¨®n. Pero la nacionalizaci¨®n de estas elecciones parece inevitable, siendo m¨¢s p4tente en Francia, donde con la creaci¨®n de una lista ¨²nica de la oposici¨®n (excluida la extrema derecha) se intenta convertir estos comicios en un plebiscito contra Fran?ois Mitterrand.
Tras las elecciones de 1979 y la entrada de Grecia, el grupo socialista, con 124 eurodiputados, es el mayor de esta c¨¢mara europea, seguido del Partido Popular Europeo (democristianos), con 117 esca?os; los dem¨®cratas europeos (conservadores), con 63; el grupo comunista, 48; los liberales y dem¨®cratas, 38, y otros.
El grupo socialista es el m¨¢s nutrido, pero no el m¨¢s unido, al contar con buen n¨²mero de antieuropeos y al cambiar la actitud de sus diputados seg¨²n est¨¦n sus partidos en el poder o en la oposici¨®n. La batuta de las resoluciones parecen llevarla los democristianos, a quienes seguramente corresponder¨¢ la pr¨®xima presidencia.
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