El general aleman acusado de homosexualidad pasa a la reserva con todos los honores
Con una retreta floreada y todos los honores militares, en presencia del ministro de Defensa de la Rep¨²blica Federal de Alemania, Manfred Woerner, y el comandante supremo de la OTAN, general Bernard Rogers, fue despedido el lunes por la noche en el cuartel del batall¨®n acorazado 162 de Neustaff (RFA) el general de cuatro estrellas Guenter Kiessling, que pas¨® definitivamente a la reserva. La despedida, con honores militares, era una parte del acuerdo de rehabilitaci¨®n del general Kiessling, que en diciembre hab¨ªa sido pasado anticipadamente a la reserva por sus tendencias homosexuales, que nunca pudieron probar los servicios secretos (MAD) del Ej¨¦rcito de la RFA.
"Desc¨²branse para la "oraci¨®n" grit¨® el comandante de la compa?¨ªa de honores de la retreta floreada, en el patio del cuartel, que estaba iluminado solamente por las antorchas de los soldados en la fr¨ªa noche. En medio del patio, en posici¨®n de firmes, uno al lado del otro, Woerner y Kiessling, el general con el honor perdido y el ministro que le destituy¨®, unidos en la ceremonia de despedida del vice-comandante supremo de la OTAN, que pas¨¦ definitivamente a la reserva, pero con el ritual y los honores a que ten¨ªa derecho.El caso Kiessling todav¨ªa colea en la RFA y Woerner tendr¨¢ que comparecer de nuevo, ma?ana jueves, ante la comisi¨®n parlamentaria encargada de investigar el esc¨¢ndalo. Como parte de su rehabilitaci¨®n, el pasado febrero Kiessling exigi¨® una retreta floreada, en el cuartel de granaderos blinda dos 162, del que hab¨ªa sido comandante. Antes de la ceremonia de retreta floreada tuvo lugar una recepci¨®n en honor de Kiessling, en los salones del cuartel. Envarado, con una sonrisa que era casi una mueca, el ministro Woerner estrechaba la mano, al lado de Kiessling, a los invitados. La mayor¨ªa de los militares saludaban secamente al ministro y con efusi¨®n al compa?ero de armas, Kiessling, que fue besado por varias se?oras y abrazado por algunos militares en uniforme. El general norteamericano Bernard Rogers, comandante supremo de la OTAN, estuvo efusivo con el ministro y seco con Kiessling, con quien manten¨ªa unas relaciones muy malas. A Rogers y su entorno en Bruselas se le atribuye haber impulsado los rumores sobre la homosexualidad de Kiessling. La esposa de Rogers bes¨® a Kiessling, al saludarle, pero el comandante de la OTAN se limit¨® a un crispado apret¨®n de manos y luego mientras dur¨® la recepci¨®n, se mantuvo alejado de su subjefe Entre Woerner y Kiessling apenas hubo un intercambio de palabras, ni siquiera de miradas, mientras saludaban a los invitados. En conversaci¨®n con los periodistas, Kiessling dijo que la ceremonia "supone una cierta satisfaci¨®n, pero tambi¨¦n amargura". "Espero", a?adi¨®, "que lo ocurrido conmigo sea un hecho ¨²nico en la historia militar alemana". A la pregunta de qu¨¦ pensaba sobre lo que ha salido a la luz en la comisi¨®n parlamentaria que investiga su caso, Kiessling respondi¨®: "No habr¨ªa podido imaginar que es posible tanta tonter¨ªa y una cloaca tan grande. Esto ya lo dijo el presidente de la comisi¨®n". Sobre sus planes futuros, el general anunci¨® que piensa escribir un libro. En su discurso ante los invitados, el ministro Woerner reconoci¨® que "¨¦ste no es para nosotros dos, general, un momento f¨¢cil". Woerner recorri¨® la carrera militar de Kiessling y mencion¨® que "usted entr¨® con 15 a?os en la escuela de suboficiales de Dresde y al final de la guerra fue usted ascendido a teniente por su valor y experiencia". Kiessling tambi¨¦n record¨® sus comienzos militares, al final de la guerra mundial, y dijo que, "a pesar de las decepciones y amarguras, pienso con agradecimiento en aquellos tiempos". Luego, Kiessling habl¨® de tres cosas, a las que se mantuvo fiel en toda su trayectoria militar: la prioridad del mando pol¨ªtico sobre el militar, la Alianza Atl¨¢ntica y la tropa.
Avanzada la noche, los invitados se trasladaron al patio del cuartel, donde un cord¨®n de soldados con antorchas encendidas marcaba el camino. Con redobles de tambor tomaron posiciones los soldados alrededor del patio, que en el momento de la retreta floreada qued¨® completamente a oscuras, s¨®lo iluminado por la luz de las antorchas. La banda de m¨²sica militar interpetr¨® una serenata de tres piezas escogidas por el general que pas¨® a la reserva. El texto de la canci¨®n escogida por Kiessling para su despedida dec¨ªa: "Yo me entregu¨¦ a ti, de todo coraz¨®n y a manos llenas, lleno de amor y de vida, mi querida patria alemana".
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