Porta: atropello de la ley

No es de nuestra incumbencia defender a don Pablo Porta, pero nos importa mucho la defensa de la ley. La torpe, arbitraria, prepotente destituci¨®n del se?or Porta, -por la v¨ªa del hecho consumado- es, adem¨¢s, contraria a la ley que desde 1980 regula el deporte en Espa?a. (...)Lo grave es que no nos hallamos ante un problema opinable, sino, ante un atropello. En efecto, la ley 13/1980, sobre la Cultura F¨ªsica y el Deporte, es inequ¨ªvoca al regular la estructura interna de las federaciones. Su art¨ªculo 17.1 dice: as¨ª: "Los estatutos de las federaciones espa?olas regulan democr¨¢ticamente su estructura interna y territorial, aplican el principio de representatividad en sus respectivas asambleas y establecen las normas para la elecci¨®n de sus presidentes".

Est¨¢ claro, pues, que ser¨ªa la propia Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol la que, por decisi¨®n soberana de su asamblea, modificara las normas para mantener o suprimir al se?or Porta.

Resulta, por tanto, ilegal y nula semejante prescripci¨®n, que viene a contradecir manifiestamente lo previsto en una disposici¨®n de rango superior como es la ley. La Administraci¨®n no puede dictar disposiciones contrarias a las leyes. Puede proponer a las Cortes una ley que derogue lo establecido en una ley anterior. Pero mientras ¨¦sta est¨¦ vigente no se pueden dictar disposiciones contrarias a ella. Al margen de la personalidad y de la significaci¨®n del se?or Porta, que puede gustar a unos y desagradar a otros, resulta tambi¨¦n llamativa la singularizaci¨®n que en su persona se adivina tras el reciente decreto. Esta vuelta a una pr¨¢ctica de normas singulares, m¨¢s propia del anterior r¨¦gimen que de un sistema democr¨¢tico, no dice nada -o peor, s¨ª dice- acerca de sus inspiradores. Dice que se abre en nuestro pa¨ªs la posibilidad y la costumbre de normas a la medida, o, lo que es igual, de legislar contra personas determinadas. (...)

31 de marzo