Vitalidad de los cubanos

La Asociaci¨®n de Compositores (ACSE) ha tenido el acierto de invitar a dos significativos int¨¦rpretes cubanos para ofrecer en el Conservatorio Superior un sumario panorama de la m¨²sica actual en su pa¨ªs. Evelio y Cecilio Tieles (1941 y 1942) violinista y pianista, son hijos del compositor Tieles Soler (1904), y han destacado como virtuosos en su especialidad individual y en su calidad de d¨²o de c¨¢mara. No en vano cada uno hizo una brillante carrera con maestros de la categor¨ªa de Thibaud, Benedetti, P¨¦rez Centenat o Ciampi.La vanguardia musical cubana, fuertemente impulsada por Harol Gramatges (1918), Juan Blanco (1919) y Argeliers Le¨®n (1918), as¨ª como por Jos¨¦ Ard¨¦vol (1911) hasta su muerte en 1981, cuenta con nombres suficientes para formar un grupo representativo y brillante, que ha sucedido a los Rold¨¢n, Caturla y Sanju¨¢n. Carlos Fari?as (1934), Manuel Duchesne (1932) o Nilo Rodr¨ªguez (1921) se ven continuados y evolucionados por autores como el habanero Juan Pi?era (1950), del que hemos conocido una p¨¢gina escrita hace cuatro a?os y titulada Passoyaglia, abstracci¨®n pian¨ªstica de un motivo africano y formas de escritura netamente europeas.

Pon todo y obedecer a supuestos t¨¦cnico-est¨¦ticos contempor¨¢neos, El boceto cubano, de Nilo Rodr¨ªguez recibe ciertos ecos de la vieja Cuba, al modo como los recibi¨® tantas veces Alejo Carpentier.

De todo punto admirable la gran segunda Sonata, ¨²ltima obra qu¨¦ compusiera Jos¨¦ Ard¨¦vol, dedicada precisamente a los hermanos Tieles. A trav¨¦s de un preludio, un capricho, y unas variaciones con dos temas, Ard¨¦vol nos propone un mensaje libre de ataduras y expresivo de una gran potencialidad interna. Ritmos, armon¨ªas, contrastes din¨¢micos, variedad de coloraciones, se suman en un mundo a la vez ¨¢spero y l¨ªrico, fascinante por su incontenible vitalidad que se torna inmediata comunicaci¨®n.

Rasgo unificador de cuanto escuchamos, ese vitalismo cualifica el Di¨¢logo de Gramatges. Montado sobre m¨²sicas conocidas que tras su aparici¨®n literal son desintegradas por el nuevo lenguaje, el Di¨¢logo responde a una corriente contempor¨¢nea con indudables ra¨ªces en el pasado lejano.

La labor de Evelio y Cecilio Tieles fue magn¨ªfica. Hacen de los dos veh¨ªculos sonoros una sola fuente musical, sin ocultar los rasgos de cada individualidad: limpia t¨¦cnica, belleza de sonido, impulso vital y riguroso criterio.