El director de la Organizaci¨®n Mundial de la Propiedad Intelectual habla del 'caso espa?ol'
Claude Masouy¨¦, director del Departamento de la Informaci¨®n y Derechos de Autor de la Organizaci¨®n Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), dar¨¢ hoy una conferencia en el Senado. Ayer clausur¨® un cielo de debates organizado por el Colegio de Abogados de Barcelona y su comisi¨®n de Cultura, presidida por Adri¨¤ Gual. El inter¨¦s de su visita a Espa?a se enmarca en los trabajos preparatorios de una nueva ley de la Propiedad Intelectual.La OMPI es una organizaci¨®n especializada de las Naciones Unidas con sede en Ginebra dedicada exclusivamente a los temas de propiedad intelectual, que comprende tanto la propiedad industrial (patentes, marcas...) como la propiedad de la obra de creaci¨®n los derechos de autor.
Se mantiene econ¨®micamente de las cuotas de los 126 estados miembros y de las tasas de su registro internacional de patentes. Su actividad abarca desde el auxilio jur¨ªdico a aquellos pa¨ªses que se plantean renovar la legislaci¨®n sobre tales materias, a la asesor¨ªa a pa¨ªses en desarrollo o la oferta de contratos tipo a nivel internacional cuyas cl¨¢usulas prevean tanto los derechos de los editores como de los autores.
Dominio p¨²blico
Masouy¨¦ manifest¨® que la centenaria ley espa?ola de la propiedad intelectual es buena en la definici¨®n de los principios b¨¢sicos pero ha quedado obsoleta ante las nuevas tecnolog¨ªas y el incrernento de la pirater¨ªa. Masouy¨¦, por ejemplo, considera que la regulaci¨®n del paso de una obra de autor a dominio p¨²blico es correcta en Espa?a -no pasa a dominio p¨²blico hasta 80 a?os despu¨¦s de fallecido su autor- y est¨¢ en la tendencia moderna de establecer plazos largos en esta materia. "De hecho, el problema del dominio p¨²blico s¨®lo se plantea en un n¨²mero reducido de obras de creaci¨®n. En el terreno cient¨ªfico, por ejemplo, es raro que un libro tenga vigencia tanto tiempo y mucho menos en el caso de la m¨²sica pop".La edad de las leyes que regulan estos aspectos en los estados occidentales provoca la necesidad de actualizaciones.
"Uno de los problemas es el de la penalizaci¨®n de las infracciones. En Gran Breta?a, por ejemplo, hasta hace poco se impon¨ªan multas de 11 libras, cantidad considerable cuando fue redactada la ley, en 1911, pero rid¨ªcula en la actualidad". El marco jur¨ªdico de referencia que tienen los pa¨ªses son los convenios de Par¨ªs y Berna que, no obstante, permiten al legislador nacional la posibilidad de fijar determinadas excepciones a los criterios gen¨¦ricos establecidos.
Masouy¨¦ considera que la lucha contra la pirater¨ªa -a trav¨¦s del derecho penal- es de inter¨¦s com¨²n para todos los estados y lo ilustra con el ejemplo hist¨®rico de Jap¨®n con respecto a la propiedad industrial. "Este pa¨ªs pirate¨® con inteligencia las patentes internacionales y en ello bas¨® la creaci¨®n de su industria. Sin embargo cuando tuvo necesidad de exportar se encontr¨® con un trato rec¨ªproco en los otros estados y tuvo que adherirse a los convenios citados para evitar su propia asfixia".
Masouy¨¦ considera como problemas fundamentales el futuro uso de los sat¨¦lites de radiodifusi¨®n directa -no los de mera distribuci¨®n- y el control de las nuevas tecnolog¨ªas, como la computadoras o la televisi¨®n por cable.
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