En el fondo, una guerra de formas

Con la perspectiva de las elecciones catalanas en el horizonte inmediato y la entrevista Gonz¨¢lez-Garaikoetxea como fondo, del escenario, nadie, y menos los socialistas, tiene intenci¨®n de avivar en estos momentos la hoguera de los conflictos entre los Gobiernos central y aut¨®nomo vasco. Por ello, los socialistas han renunciado a plantear cualquier moci¨®n o interpelaci¨®n en la C¨¢mara de Vitoria respecto a la actitud del lendakari, que se adelant¨® a prestar juramento antes de que se produjera su nombramiento por el Rey. En general, los socialistas prefieren hablar de "falta de cortes¨ªa" antes que de ilegalidad, aunque no dejan de expresar su irritaci¨®n por lo que consideran una obsesi¨®n infantil por parte del Gobierno nacionalista de singularizarse como sea.

Ni la Constituci¨®n, ni el Estatuto, ni la ley de Gobierno (vasco) incluyen referencia alguna a la f¨®rmula de asunci¨®n de su cargo por parte del lendakari electo. ?ste es, seg¨²n el Estatuto de Guernica, "designado por el Parlamento vasco y nombrado por el Rey".

Dicho real decreto apareci¨® ayer en el Bolet¨ªn Oficial del Estado, incluyendo junto a la firma real la del presidente Felipe Gonz¨¢lez. Ello es consecuencia de lo establecido en el art¨ªculo 64 de la Constituci¨®n, seg¨²n el cual, Ios actos del Rey ser¨¢n refrendados por el presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes".

Sin embargo, fuentes pr¨®ximas a la presidencia del Gobierno vasco, aducen que el art¨ªculo 64 se refiere a los ¨®rganos generales del Estado, por lo que en este caso concreto deber¨ªa prevalecer la legislaci¨®n espec¨ªfica de la comunidad, y concretamente su ley de Gobierno, que no fue recurrida en su d¨ªa.

Tampoco hay una norma que haga depender la asunci¨®n de sus funciones por parte de los consejeros vascos de cualquier ceremonia. Sin embargo, s¨ª existe una norma general sobre la f¨®rmula de juramento a utilizar caso de que tal juramento se produzca. Fijada en un real decreto de 5 de abril de 1979, incluye el compromiso de "guardar y hacer guardar la Constituci¨®n". La f¨®rmula utilizada ayer por los consejeros se limita a recoger el compromiso de "cumplir fiel y lealmente, de acuerdo con la ley, con las obligaciones del cargo que asumo al servicio de Euskadi".

El reproche que sus contradictores hacen al lendakari no es el de haber empleado la f¨®rmula que utiliz¨®, sino el de haberse adelantado al nombramiento real. Y, por otra parte, si es cierto que los consejeros no ten¨ªan por qu¨¦ jurar sus cargos, no lo es menos que, de hacerlo, deb¨ªan haber respetado la f¨®rmula establecida. ?se es el fondo de esta nueva guerra de s¨ªmbolos.