Novillos preciosos y con casta

Los espectadores que huyeron de la plaza, al comenzar el festejo, asustados por el impresionante aguacero que encharc¨® ruedo y grader¨ªos, se perdieron algo que suele verse pocas veces en estos tiempos de toritos feuchos y endebles. La presencia y la casta de los novillos de Pe?ajara fue, con mucho, lo mejor de la tarde y s¨®lo por presenciar la salida de las reses en actitud de pelea, su lucha con los caballos y el genio que sacaron para la muleta mereci¨® la pena quedarse en la localidad, a trueque de aspirar al reuma o al catarro por mojadura.Los novilleros tuvieron tambi¨¦n el enorme m¨¦rito de salir a matar lo que hab¨ªa en los corrales, sobre una arena convertida en una enorme laguna y en la que es probable que hubiera hasta peces. La despacharon sin arrugarse e incluso ofrecieron algunas cosas de calidad, sobre todo el novillero franc¨¦s Viard, que demostr¨® un oficio y un gusto torero sorprendente para su condici¨®n de extranjero. Con el capote est¨¢ muy puesto, y lo demostr¨® en las ver¨®nicas sin enmendarse con que recibi¨® al primero y las chicuelinas de buen trazo que dibuj¨® en un quite. Con la muleta, tore¨® bien con la derecha y se pele¨® con el genio y la embestida corta del cuarto.

Marcos Valverde tambi¨¦n estuvo con la enorme voluntad y el deseo de triunfo que los tres actuantes tuvieron, pero sus faenas no fueron de suficiente calidad como para que pueda decirse que nos encontramos ante un novillero con posibilidades. Nada se le vi¨® con el capote y en su actuaci¨®n con la muleta estuvo muy desigual. Hizo una faena torpe, con desarmes y sin poder nunca con su primer novillo y otra de parecidas caracter¨ªsticas en el quinto, en la que s¨®lo destac¨® un pase natural que debi¨® de salirle por casualidad.

Riverito es un novillero que ven¨ªa a la plaza de Las Ventas con el antecedente de que le ha echado una mano nada menos que Manolo V¨¢zquez, pero solamente demostr¨® ligeros atisbos de una posible calidad. Pases con la derecha sin mando, para acoplarse al final en el tercero y una faena a la defensiva en el sexto, que fue el novillo m¨¢s bonito de la corrida, es lo ¨²nico que podemos mencionar de la actuaci¨®n del de Utrera.

La novillada empez¨® con media hora de retraso. En el momento en que el presidente sac¨® el pa?uelo para ordenar la salida del primer novillo, descarg¨® de las nubes un torrente que hac¨ªa peligrar el espect¨¢culo. El empe?o y el deseo de los debutantes de actuar en Madrid dio como resultado la posibilidad de presenciar la novillada.