Juan Pablo II contempla la 'danza del vientre' en las islas Salom¨®n
Juan Pablo II concluy¨® ayer sus jornadas en tierras del Pac¨ªfico, con una visita a las islas Salom¨®n, la antigua Guadalcanal espa?ola. Hoy, tras siete horas de vuelo, llegar¨¢ a Tailandia desde Port Moresby, la capital de Pap¨²a-Nueva Guinea. En Bangkok, donde se encontrar¨¢ con el rey Bumibol y con el supremo patriarca budista, transcurrir¨¢n las ¨²ltimas 48 horas de su largo viaje a Extremo Oriente. En la jornada de ayer, el Pont¨ªfice pudo contemplar una de las danzas del vientre que las nativas de Salom¨®n bailan para los visitantes.
En la capital de las islas Salom¨®n, la peque?a ciudad de Honiara, el gobernador Baddeley Davesi, que es el representante de la reina Isabel II de Inglaterra, pidi¨® al Papa y lo obtuvo en seguida, su consentimiento para establecer relaciones diplom¨¢ticas entre el Vaticano y esta maravillosa isla del Pac¨ªfico, descubierta por los espa?oles en 1568.El gobernador fue muy expl¨ªcito con el Papa. Conden¨® los experimentos nucleares franceses en el Pac¨ªfico y critic¨® el hecho de que los japoneses quieran convertir ese mar maravilloso en el vertedero de sus escorias. Pidi¨® tambi¨¦n la independencia de Nueva Caledonia y alert¨® para que las Naciones Unidas no instrumentalicen a las peque?as naciones del Pac¨ªfico, de reciente independencia, en los juegos pol¨ªticos de las grandes potencias.
Honiata, una peque?a ciudad de 10.000 habitantes, es la capital del reducido Estado, que obtuvo su independencia el 7 de julio de 1978 en el ¨¢mbito de la Commonwealth. Desde el punto de vista eclesi¨¢stico a la Conferencia Episcopal de Pap¨²a, depende pues s¨®lo cuenta a¨²n con cuatro obispos y un pu?ado de sacerdotes y religiosos. Este fue el motivo oficial por el que el Papa quiso visitar tambi¨¦n las islas Salom¨®n, y probablemente no se ha arrepentido, porque en estos parajes encantados de palmeras, cocoteros y playas luminosas, Juan Pablo II pas¨® ayer una jornada feliz.
Hasta los periodistas que siguen el vuelo papal, y que han sido los ¨²nicos autorizados a entrar en Honiara, cayeron en la tentaci¨®n y abandonaron por unos instantes al Papa para correr a las playas y recoger pu?ados de coral natural desparramado en la arena.
Despu¨¦s de los bailes llenos de misterio ritual y casi sagrados, que presenci¨® en Pap¨²a-Nueva Guinea, Juan Pablo II pudo deleitarse ayer en las islas Salom¨®n con esos otros bailes m¨¢s dulces y blandos, t¨ªpicos de Hawai, a cargo de j¨®venes engalanadas con coronas de flores, que ejecutaron con gracia la famosa danza del vientre.
Tambi¨¦n la colonia china, muy numerosa en estas islas, ofreci¨® al Papa el espect¨¢culo formidable de la danza del drag¨®n. Juan Pablo II, en agradecimiento, les firm¨® un aut¨®grafo dibujado con un pincel en la cabeza del drag¨®n, y alab¨® lo que ¨¦l llam¨® "la convivencia pac¨ªfica" de las diversas razas de la isla.
Al papa Wojtyla le hicieron ver tambi¨¦n c¨®mo se construyen los famosos collares de conchas que, en un tiempo, fueron usados en estas tierras como ¨²nica moneda para comprar a las mujeres.
Fue una jornada al mismo tiempo intensa de trabajo, durante la cual Juan Pablo II visit¨®, entre otras cosas, la peque?a c¨¢rcel de Honiara, con unos 80 presos.
De los detenidos faltaba s¨®lo uno, que se escap¨® hace tres d¨ªas y no ha podido ser capturado.
L¨®gicamente el caso hizo pensar en lo que ocurri¨® en Turqu¨ªa, en v¨ªsperas de llegar Juan Pablo II, cuando el terrorista turco Al¨ª Agca se escap¨® de la c¨¢rcel de Estambul. La noticia ha servido, esta vez, para justificar la prohibici¨®n de entrada en las islas Salom¨®n a todos los periodistas que no fueran en el avi¨®n del Papa.
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