Furia y f¨²tbol

El fin de semana comprendido entre los d¨ªas 5 y 6 del corriente mayo presagiaba jornada gloriosa para el f¨²tbol patrio con la apasionante final de la Copa del Rey entre los hist¨®ricos Athl¨¦tic de Bilbao y F. C. Barcelona. Mas una desatada furia cavern¨ªcola, culpable de que not¨¢ramos retroceder en un mill¨®n de a?os la estimaci¨®n de los valores civilizados humanos, esfum¨® la gloria presentida, ensuci¨¢ndola con el bochorno de la verg¨¹enza sin paliativos. Y no solamente ocurr¨ªa en el recinto del Bernab¨¦u: lejos, en un modesto campo de tierra, por la barriada cordobesa de El Naranjo, un cabo de la Polic¨ªa Nacional, fuera de servicio, convertido en espectador, sucumb¨ªa de bestial pedrada al intentar llevar el orden a un grupo de enardecidos, convertidos en energ¨²menos... ?Cruel espect¨¢culo para los alevines que entonces jugaban su partido! A partir de ahora, cuando escuchemos aquello de el deporte rey referido al f¨²tbol, nos parecer¨¢ escuchar un chiste del m¨¢s puro humor negro. ?Rey? ?Como no sea de la bestialidad! ?Qu¨¦ pena para los buenos aficionados! / .