El desaf¨ªo victorioso de Luis Eduardo Aute

En la canci¨®n, como en el arte en general, hay dos formas de conseguir el ¨¦xito: haciendo aquello que el p¨²blico est¨¢ esperando o¨ªr, asimil¨¢ndose a su gusto y exigencias, o hacer lo que el artista quiere atrayendo al p¨²blico a su universo expresivo. Puede parecer lo mismo, pero en realidad son dos formas muy diferentes de entender la creaci¨®n. Es la diferencia entre el buscar y el encontrar picassiano. Es lo que separa a los artistas que son tan s¨®lo lo que da de s¨ª su arte y aquellos otros que tienen una personalidad m¨¢s rica que lo muestra Luis Eduardo Aute es de los segundos, por eso su triunfo incuestionable y multitudinario del Palacio de los Deportes madrile?o es doblemente significativo. Como triunfo personal y como triunfo emblem¨¢tico, gen¨¦rico, de una forma de entender la canci¨®n como arte, sin concesiones.Aute se enfrentaba en este recital con un desaf¨ªo dif¨ªcil. Confirmar el ¨¦xito de su ¨¢lbum anterior Entre amigos, y demostrar adem¨¢s que dicho ¨¦xito pod¨ªa conseguirse sin rebajar un ¨¢pice su calidad art¨ªstica en la b¨²squeda f¨¢cil de p¨²blicos c¨®modos. El palacio puesto en pie cantando Al alba, los cinco bises que se vio obligado a hacer y sobre todo, las tres horas de recital medido, inspirado y comunicativo dieron una rotunda victoria al cantante y autor en este desaf¨ªo.

Desde el principio, el camino elegido qued¨® claro: la comunicaci¨®n por directo, la ruptura de jerarqu¨ªas y convencionalismos. Siendo un concierto cuidadosamente preparado, desde la escenograf¨ªa y las luces hasta el ritmo y secuencia de las canciones, la sensaci¨®n de total comunicaci¨®n y naturalidad estuvo siempre presente. Los temas antiguos y modernos se sucedieron con fluidez, pasando de las canciones fuertes, con todo el grupo, a las m¨¢s intimistas, algunas acompa?adas tan s¨®lo por una o dos guitarras; gracias, entre otras cosas, a los arreglos sobrios, inteligentes y matizados del grupo Suburbano, que se ha convertido en un todo con las necesidades expresivas del cantante. En todo ello est¨¢ el secreto de la comunicatividad de unas canciones complejas y elaboradas, absolutamente maduras y adultas, capaces, no obstante, de llegar con fuerza a un p¨²blico que en algunos casos estaba en plena infancia cuando fueron escritas.

P¨¢rrafo aparte, aunque sea como breve cita, merece la intervenci¨®n de Olga Rom¨¢n y Suburbano, que, adem¨¢s de acompa?ar a Luis Eduardo Aute, cantaron algunos temas independientemente.

Olga es una de las mejores voces femeninas que hay en Espa?a, como ya demostr¨® durante la buena ¨²ltima etapa de Nuestro Peque?o Mundo. Suburbano ha elegido el dif¨ªcil camino de un acentuado cambio de imagen, sonido y m¨²sica con respecto a su estilo anterior.

Ambos demostraron su clase, aunque tres canciones sean pocas para dar de s¨ª todo lo necesario y para potenciar un juicio por breve que sea.