La URSS, campeona indiscutible ante un equipo espa?ol que se descuid¨® 10 minutos
![Luis G¨®mez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F2ce46456-ac54-4700-96db-0b8f394a4fda.jpg?auth=77002eb2305650451646ff522b8a51b014f7c806758a28329fafa3c3944a40f6&width=100&height=100&smart=true)
Todos esper¨¢bamos a Carolina de M¨®naco, pero no vino. No nos deleit¨® con su presencia, pero s¨ª Espa?a y la URS S en algunos minutos de lo que fue el mejor partido del torneo, 10 jornadas pues para ver un encuentro, demasiada espera quiz¨¢s para lo ¨²nico que val¨ªa la pena, como Carolina. Ayer, y aunque parezca lo contrario, los jugado res espa?oles no estaban tristes porque se dieron cuenta de que son fuertes. Entre grandes potencias, a veces decide la suerte o una circunstancia fatal. Los 12 hombres de D¨ªaz Miguel intenta ron estrenar sus pajaritas de cuero en la noche parisiense del viernes. No cenaron en Maxim's, pero s¨ª en la Tour dargent, a orillas del Sena. Hay gastr¨®nomos que prefieren Tour d`argent a Maxim's; son del mismo nivel y la factura igualmente elevada. Como Espa?a y la URSS. Algunas cosas fueron disculpables porque, en cualquier caso, era noche de gala.Hasta que algunas decisiones arbitrales y una falta de acierto en el tiro impidieron al equipo espa?ol poder acercarse a una distancia m¨ªnima en el marcador, en la segunda parte, el encuentro result¨® igualado.
Todo lo dem¨¢s fue ficticio, incluido el resultado. Aunque la URSS encontr¨® el camino abierto para la exhibici¨®n. No debi¨® permitirse, pero los jugadores espa?oles llegaron desmoralizados a los ¨²ltimos 10 minutos. Valters fue el mejor hombre del encuentro, hizo cosas excepcionales y baloncesto para la galer¨ªa. No tanto por Savonis y Tchatchenko, sino por este jugador comenz¨® el calvario para Espa?a.
Que la URSS adoptara un sistema muy defensivo fue clara denuncia de que no s¨®lo quer¨ªa ganar el partido, sino que jugaba m¨¢s bien a desgastar al contrario. Por ello, las inclusiones de hombres como Kurtinaitis y Valters.
La URSS defendi¨® muy fuerte desde el primer momento y los espa?oles se encontraron ante dos situaciones inesperadas: una, que los sovi¨¦ticos se cerraban muy bien; la segunda, que hab¨ªan salido los espa?oles a la cancha con el tiro cambiado. Fallaron canastas f¨¢ciles y hasta Epi cay¨® en ese mal momento general. Y fue desesperante ver c¨®mo los tiradores elevaban la pelota m¨¢s de lo acostumbrado ten¨ªan tanto miedo a Savonis y Tchatchenko que salieron temerosos y, por qu¨¦ no, acomplejados.
Ese error fuera de lo normal impidi¨® que el partido transcurriera m¨¢s igualado. La URSS defend¨ªa mejor que Espa?a y hasta jugaba m¨¢s r¨¢pido, gracias en esta ¨²ltima circunstancia a. las genialidades de Valters. Una situaci¨®n as¨ª tend¨ªa a desnivelar las cosas. As¨ª fue como el marcador se puso en un amenazante 24-16 al minuto 7.
El cambio de Margall, lento y poco atento en defensa, activ¨® las cosas. Itu lo hizo mejor Cuando Corbal¨¢n movi¨® m¨¢s r¨¢pido a sus compa?eros, el juego qued¨® igualado. La URSS no do minaba tan ampliamente en los rebotes, el gran temor que siempre se tiene ante un Sabonis (2,15 metros) y un Tchatchenko (2,20) juntos y en comandita. Espa?a mejor¨® su juego, pero entonces se encontr¨® con que fallaron canastas f¨¢ciles: tiros de los que se presumen los dos puntos en el momento en que Epi se queda solo; cuando Iturriaga entra bien en la zona o Mart¨ªn se sit¨²a completamente desmarcado bajo el aro y con el bal¨®n:
Todos tiraban deformando el lanzamiento hacia arriba y esa peque?a variaci¨®n provoc¨® un ¨ªndice de errores superior al normal. Un Epi con 2 de 6 y un Corbal¨¢n con 0 de 3 en el primer per¨ªodo eran datos anormales. A¨²n as¨ª se alcanz¨® el empate (28-28) en el minuto 10 y una m¨ªnima ventaja 32-30, (m. 11). Pero en esos momentos se quiso buscar el lucimiento y la URSS lleg¨® al descanso con un 46-45.
Continuaron los fallos en la segunda parte. Corbal¨¢n, Soloz¨¢bal y Llorente hicieron, entre los tres, un p¨¦simo porcentaje (1 de 9). Cuando varias decisiones arbitrales descontrolaron el mar cador en untos momentos en los que se interitaba que la diferencia no pasara de 10, o que m¨¢s bien bajara, el equipo espa?ol arroj¨® la toalla. Los cambios, la marcha de Romay y Epi sirvieron para que la URSS realizara una exhibici¨®n a costa de los espa?oles. No debi¨® permitirse, porque Espa?a debe cuidar su prestigio y qued¨® claro, mientras hubo partido del bueno, que la URSS sufrir¨¢ siempre, en condiciones normales, contra el equipo de D¨ªaz Miguel, con Tchatchenko incluido.
Como estaba previsto, el torneo concluy¨® con la incontestable superioridad hispano-sovi¨¦tica, adem¨¢s de la clasificaci¨®n de Francia y de la RFA (si es baja la URSS en Los ?ngeles).
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