El poder del videodisco
Hoy d¨ªa nadie duda del cumplimiento de aquella sorprendente predicci¨®n, o m¨¢s bien desearlo, hecha en 1978 por el director cient¨ªfico de la Xerox, de que a mediados de la presente d¨¦cada de los ochenta todas las p¨¢ginas contenidas en los 18 millones de vol¨²menes de la biblioteca del Congreso de Washington podr¨ªan ser grabadas en 100 discos de v¨ªdeo. Ello hace posible que con una modesta discoteca dom¨¦stica cualquier ciudadano pueda tener a su alcance todo el saber pr¨¢cticamente de la humanidad.El videodisco puede grabar por el sistema anal¨®gico o digital. En el primer sistema -el que se utiliza en el videocasete-, un disco de media hora de duraci¨®n contiene 45.000 fotogramas cuando se ha de emitir por el procedimiento m¨¢s internacional de 625 l¨ªneas (1.500 rpm) y 54.000 en el procedimiento americano de 525 l¨ªneas. Estas cifras se multiplican proporcionalmente en los discos que ya est¨¢n en el mercado de una hora de duraci¨®n por cada cara. Naturalmente, estos fotogramas o videogramas pueden ser detenidos en la pantalla para facilitar su lectura o visi¨®n, posibilidad que ofrecen todas las marcas que utilizan la lectura por sistema ¨®ptico y la mayor¨ªa del capacitivo.
Un solo disco de media hora de duraci¨®n podr¨ªa convertirse de este modo en una enciclopedia de bden tama?o, pero las limitaciones de emisi¨®n de la pantalla televisiva obligan a reducir cada videograma al contenido de un folio mecanografiado (1.500 caracteres), con lo que las posibilidades quedan reducidas aproximadamente a una mitad. No obstante, cualquier enciclopedia espa?ola, fuera del Espasa grande, cabe con amplitud en un disco de sistema anal¨®gico.
La capacidad de almacenamiento del disco se eleva geom¨¦tricamente si se recurre al sistema digital o binario -que se utiliza en los ordenadores-. De acuerdo con las cifras expresadas arriba, en 100 discos cabe, almacenar la informaci¨®n equivalente a cerca de 1.000 kil¨®metros de estanter¨ªas cubiertas de libros, lo cual implica grabar m¨¢s de 50 millones de p¨¢ginas en cada disco.
Pero en este caso el videodisco necesita el auxilio del ordenador no s¨®lo para efectuar la grabaci¨®n, sino tambi¨¦n para la recuperaci¨®n de los fotogramas, los cuales deben estar se?alados por una clave visible y seleccionable en pantalla. A diferencia del videocasete, que debe hacer recorrer la cinta, el acceso a dichos fotogramas es directo y se realiza en cuesti¨®n de dos a cinco segundos, es decir, en menos tiempo del que se tarda en pasar manualmente la p¨¢gina de un libro.
El videodisco no reniega de la tendencia general de los medios de comunicaci¨®n de buscar su propia cuenca o especialidad informativa. El ordenador por s¨ª solo se enseflorea del campo de datos de referencia, factuales y bibliogr¨¢ficos, mientras los textos largos, los dise?os -incluso producidos con asistencia del ordenador-, gran parte de la informaci¨®n audiovisual, etc¨¦tera, se acomodan mejor al videodisco porque ni el almacenamiento ni la recuperaci¨®n se hacen por tecleo o escritura del texto o componiendo y dibujando la imagen, sino al estilo fotogr¨¢fico.
As¨ª, al ofrecer textos, y no simples referencias, ha sido el v¨ªdeo el soporte elegido en el proyecto conjunto de cuatro de las m¨¢s importantes editoriales brit¨¢nicas, llamado ADONIS por sus siglas, de organizar una red de oferta de art¨ªculos de peri¨®dico que puedan ser recuperados en copias sobre papel a altas velocidades.
Bibliotecas de v¨ªdeo
Parece obvio que si el ordenador es la m¨¢quina de la documentaci¨®n, el videodisco, como soporte de almacenamiento masivo de textos, o de im¨¢genes y sonidos, debe ser considerado un valioso instrumento bibliotecario. Considero por ello necesario completar en este tema las referencias que se hacen a las fonotecas en el informe, todav¨ªa no p¨²blico, titulado Directrices para un plan nacional de actuaci¨®n 1983-1986 en materia de documentaci¨®n e informaci¨®n cient¨ªfica, editado por la Secretar¨ªa de Estado de Universidades e Investigaci¨®n. Esta necesidad se hace m¨¢s patente al considerar que existen aparatos ambivalentes para discos de audio y v¨ªdeo indistintamente.En un reciente art¨ªculo publicado en EL PA?S, Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos alud¨ªa a la amenaza inminente del v¨ªdeo sobre las bibliotecas. M¨¢s bien creo que las va a fortalecer enormemente no s¨®lo porque completar¨¢ su documentaci¨®n con un lote de discos propios, sino tambi¨¦n con la posibilidad de establecer conexi¨®n por las v¨ªas normales de telecomunicaci¨®n con otros fandos,mejor surtidos. En otro sentido, tampoco el sistema ser¨¢ perjudicial para los fondos bibliogr¨¢ficos cl¨¢sicos, pues el v¨ªdeo es demasiado poderoso para sustituir al libro singular. Subsistir¨¢n siempre los lectores que, en la soledad o en p¨²blico, gustar¨¢n de leer una obra, una sola obra, sin aparatos intermedios ni energ¨ªas, en un bello soporte impreso, o el peri¨®dico incluso furtivamente en la oficina.
En ¨¢reas incluso indirectamente relacionadas con la defensa, los ej¨¦rcitos de las grandes potencias desarrollan tecnolog¨ªas a veces m¨¢s avanzadas que la ingenier¨ªa civil. Se sabe que, a?os antes de su lanzamiento p¨²blico, el videodisco era utilizado, por ejemplo, en la Biblioteca Fotogr¨¢fica del Pent¨¢gono. Se conocen algunas aplicaciones militares del sistema, e incluso en un reportaje con motivo del D¨ªa de las Fuerzas Armadas apareci¨® en la televisi¨®n el v¨ªdeo utilizado por el Ej¨¦rcito espa?ol, pero seguramente hay otros usos guardados celosamente, como sugiere el hecho de que el proceso de im¨¢genes espaciales est¨¢ entre las 27 tecnolog¨ªas altamente protegidas por el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Si las operaciones militares se planeaban antes frecuentemente con un exiguo conocimiento del terreno sobre planos cartogr¨¢ficos, hoy cabe hacerlo adem¨¢s sobre representaciones visuales del teatro de operaciones,' recuperables autom¨¢ticamente y proyectables sobre magnetoscopios de alta definici¨®n tanto en im¨¢genes fijas como secuenciales. Por supuesto, tambi¨¦n desglosables hasta los escondrijos y detalles.
De acuerdo con esto, en algunas bibliotecas fotogr¨¢ficas secretas del mundo estar¨¢n dispuestas para ser proyectadas en cualquier momento las im¨¢genes de las bases militares espa?olas, las de nuestras costas y puertos, & los lugares de real y potencial valor estrat¨¦gico y hasta de nuestras bellas ciudades. Realmente, el videodisco es un formidable misil.
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