Conflictos en todas las direcciones
Los problemas que aquejan a la Unesco, agencia de las Naciones Unidas para la Educaci¨®n, la Ciencia y la Cultura, son sustantivos y adjetivos. Los sustantivos hacen referencia al organigrama, los medios y los fines`de la Unesco. Entre estos tres vectores se han denunciado desproporciones relativas a la distancia entre los ambiciosos programas de la agencia y el presupuesto de 374 millones de d¨®lares (m¨¢s de 56.000 millones de pesetas) con el que cuenta.Una inflada n¨®mina de funcionarios de numerosas nacionalidades y unos criterios de selecci¨®n y promoci¨®n cuestionados, componen la base org¨¢nico-administrativa del problema.
Adem¨¢s, la elecci¨®n de los objetivos de la Unesco va precedida por una opci¨®n sustancialmente ideol¨®gica, que ha de hacerse sobre la disparidad de intereses de los 161 Estados miembros, cada uno de los cuales cuenta con un solo voto.
El veto no existe. Las grandes potencias, formalmente, tampoco, pero s¨ª existen las profundas fisuras ideol¨®gico-pol¨ªticas que las escinden, no s¨®lo en la direcci¨®n Este-Oeste, sino tambi¨¦n en el rampante litigio NorteSur.
Entre los problemas adjetivos se cuenta el derivado de su politizaci¨®n exterior. As¨ª, la llamada crisis de la Unesco ha seguido un curso casi milim¨¦tricamente superpuesto al deterioro de las relaciones entre la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Estados Unidos en los foros de Ginebra y Viena, de negociaci¨®n respecto al desarme.
Sobre problemas administrativos e ideol¨®gicos reales, como el del pol¨¦mico nuevo orden informativo mundial, Estados Unidos argumenta, en boca de su embajadora Jean Gerard, que paga la cuarta, parte del presupuesto de una Unesco cuyas decisiones ni controla ni neutraliza, en medio de una hostilidad creciente.
Sabido es el horror de la pol¨ªtica sovi¨¦tica ante la ausencia de interlocutores. Por ello, el anuncio estadounidense de abandonar la Unesco se ha convertido, adem¨¢s de todo, en un arma pol¨ªtica disuasoria, orientada a hacer plegarse a la URSS en otros foros.
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