La situaci¨®n en Punjab

La lectura del editorial sobre la situaci¨®n en Punjab, titulado Aprendiza de bruja, que fue publicado en su edici¨®n del 23 de junio de 1984, me ha sorprendido y dolido profundamente. Con un texto carente de comprensi¨®n de las realidades hist¨®ricas, sociales y culturales de la India, un tono desprovisto de personalidad y un t¨ªtulo que carece de buen gusto, el editorial da una triste imagen de su buen conceptuado diario, que ha alcanzado. unos r¨¦cords destacados.Nuestros portavoces han subrayado, repetidamente, que la acci¨®n llevada `a cabo por las fuerzas armadas era algo inevitable, si se quer¨ªa mantener la unidad del pa¨ªs. Como el presidente de la India hizo constar el d¨ªa 18 de junio, el Gobierno, en contra de su voluntad, tuvo que enviar a las fuerzas de seguridad. Los oficiales y sus hombres juraron no disparar en direcci¨®n a Shri Harmandir Sahib (El Templo Sagrado), aun en el caso de peligro de muerte. El resultado fue que murieron muchos m¨¢s oficiales y miembros de las fuerzas armadas que los que hubiesen muerto de haber sido otro el caso. Sin embargo, al actuar as¨ª, nuestras fuerzas lograron preservar la seguridad del templo, el cual ha permanecido intacto.

En vista de estos hechos, no est¨¢ claro en qu¨¦ se ha basado para denominar invasi¨®n a la acci¨®n de las fuerzas de seguridad, ni para describir la cuidadosa operaci¨®n llevada a cabo por las mismas, como devastaci¨®n del Templo Dorado.

Sus comentarios sobre nuestra primera ministra son, por no decirlo de otra forma, de lo m¨¢s duros y llenos de prejuicios. Explicar la acci¨®n de las fuerzas de seguridad, llevada a cabo despu¨¦s de dos a?os del comienzo de la matanza de gentes inocentes, tanto hind¨²es como sijs, por un peque?o grupo de terroristas equivoca dos, como un "recogevotos para la primera ministra" es el t¨ªpico ejemplo del autoprovocado malestar de visi¨®n de una secci¨®n de los medios de comunicaci¨®n de Occidente, que crean, en primer lugar, su propia imagen de todas las fuerzas del Tercer Mundo y contin¨²an explicando, despu¨¦s, todos los acontecimientos posteriores como una consecuencia y, por tanto, una justificaci¨®n de esa imagen. Al haberse identificado con esa forma de pensar, ha sido muy poco comprensivo con el pueblo de la India, un pueblo que ha demostrado a lo largo del repetido ejercicio de su derecho al voto que sabe muy bien c¨®mo elegir a sus l¨ªderes.

La India ha pasado por una de las m¨¢s dolorosas y angustiosas de las experiencias. Las naciones que se han tenido que enfrentar con las funestas consecuencias de las equivocadas ambiciones de unos pocos individuos, tendentes a minar su unidad y su integridad, han pagado en el pasado, y contin¨²an pagando, con el precio de vidas muy preciadas y viendo heridos sus sentimientos. Como nuestra primera ministra ha pedido al pueblo de la India que haga, lo que se necesita ahora es esforzarse por curar las heridas. Lo que el pueblo de la India necesita y merece, en este momento, de sus amigos extranjeros es simpat¨ªa y no sarcasmos.-

. Embajador de la India.