Torazos a medias
Los pablorromero eran de impresionante arboladura, torazos, nada que reprochar a la presentaci¨®n del ganado. Pero en cuanto pisaban la arena, se comportaban como toros a medias. ?Qu¨¦ pasa aqu¨ª? Poco importa que el toro salga torazo si ha de parecer vaca. Esos ejemplares, todos con m¨¢s de media tonelada, enmorrillados, hondos y cornalones, ten¨ªan fachada suficiente para tumbar caballos con estr¨¦pito. El cuarto, con 600 kilos, anch¨ªsimo de cuna, serio y largo igual que el tren, debi¨® tirarlos al tendido.Y nada de eso ocurri¨®. Algo pasa. Hubo un toro que levant¨® al caballo por el delantero, cosa de un palmo del suelo, y se celebr¨® con la algarab¨ªa propia de los grandes acontecimientos. La lidia, que atraviesa el peor momento de su historia, inicia con el toro su degradaci¨®n. Apenas hay que lidiar. Los toros de esta ¨¦poca se distinguen por sus ¨ªndices de manejabilidad, y ah¨ª empieza y termina toda la tauromaquia que les es aplicable. Si salen nobles, los diestros les pegar¨¢n pases y alg¨²n banderillero prender¨¢ un decoroso par. Si no salen nobles, no habr¨¢ ni pases, ni par, ni nada que ofrezca espect¨¢culo o se aproxime a la ortodoxia del toreo.
Plaza de Pamplona
8 de julio. Segunda corrida de feria.Toros de Pablo Romero, con gran trap¨ªo, mansurrones. Ru¨ªz Miguel. Cuatro pinchazos bajos y otro hondo (silencio). Pinchazo, media atravesada y descabello (algunos pitos). Tom¨¢s Campuzano. Pinchazo bajo y bajonazo descarado (Vuelta). Pinchazo y estocada (silencio). Espartaco. Pinchazo hondo y bajonazo (algunos pitos). Media delantera baja, cinco pinchazos, media, rueda de peones y ocho descabellos (protestas y almohadillas).
Voluntariosos
Los grandes protagonistas son los picadores, que desde la impunidad de sus blindadas cabalgaduras, clavan trasero, les da lo mismo que sea el toro enterizo o no tenga media torta. Su oficio es partirles la espalda y dejarlos para el ¨²ltimo tercio hechos bicarbonato.
Bajo estos supuestos, habremos de explicar que los toreros estuvieron voluntariosos. Algo es, aunque poco es. Los pablorromero presentaron ciertas dificultades para el toreo de muleta. Algunos punteaban; casi todos se quedaban cortos y carec¨ªan de fijeza. Ruiz Miguel resolvi¨® los problemas como acostumbra; es decir, trasteando al regate. Campuzano hizo una primera feria meritoria, con el empe?o de atraer la atenci¨®n del p¨²blico, y lo consigui¨® cuando se llev¨® el toro a terrenos de sol y dio pases mirando a las pe?as, entre otros, las caducas manoletinas. Le gritaron "?torero!" por eso, pero no era para tanto: hab¨ªa abusado, como siempre, del pico; hab¨ªa templado poco; mat¨® de infamante bajonazo. El quinto era incierto y le administr¨® un muleteo largo e incoloro.
El tercer pablorromero fue el ¨²nico aproximadamente bravo de la corrida, y su casta le vino muy ancha a Espartaco, que se limit¨® a machetear por la cara. En el sexto, cornicorto y excesivamente romo, el rubio y sonriente diestro, porfi¨® decidido, provocaba la arrancada con el pisot¨®n, ligaba con m¨¢s agetreo que arte, y tambi¨¦n dedic¨® a la galer¨ªa la parte final d¨¦ su trabajo, con el demag¨®g¨ªco empleo de manoletinas. Con la espada echar¨ªa a perder la tarea y le arrojaron almohadillas.
En realidad, ni con manoletinas hac¨ªa caso el p¨²blico a la lidia. Para qu¨¦. Los tendidos de sol eran una explosi¨®n de alegr¨ªa y la merendola no cesaba. Nadie lo hubiera dicho al empezar el festejo, porque por unos minutos la tarde se envolvi¨® en drani¨¢ticas sombras. Se conmemoraba la muerte de Germ¨¢n Rodr¨ªguez en los tr¨¢gicos sanfermines del 78. Varios mozos desplegaron una enorme pancarta que ocupaba todo el tendido, desde la grada a la barrera; dec¨ªa: "Germ¨¢n, nosotros no olvidamos. Amnist¨ªa. Osoa. Libertad detenidos".
En otra pancarta, escrita en euskera, se pod¨ªa leer: "Germ¨¢n, de todo coraz¨®n. El pueblo no perdona". Y m¨¢s leyendas. "Basta de represi¨®n". "Presoak kalera". Terminado el pase¨ªllo, una trompeta toc¨® a oraci¨®n, que escucharon de pie los mozos de las pe?as, y sentados los espectadores de sombra. Hubo gritos, vivas a la revoluci¨®n en Euskadi, alg¨²n "gora ETA". La tensi¨®n era grande, pero en cuanto sali¨® el primer torazo, las canciones volvieron a ser sanfermineras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.