Arrollador Yiyo
Ferm¨ªn Boh¨®rquez sirvi¨® un corrid¨®n para los gustos toristas de Pamplona, en el que se culminaban trap¨ªo y casta. De la tema, solo Yiyo supo darles r¨¦plica. Muy valiente y muy torero hab¨ªa que sentirse para ponerse delante de aquellos galanes y embarcarles una embestida que siempre era agresiva y, a veces, inagotable. Torero y valiente se sent¨ªa Yiyo que, en gracia a su arrolladora voluntad de triunfo, consigui¨® dominar a los duros pupilos de Boh¨®rquez; torearles con gusto y hondura.Cuando hab¨ªa que dar la distancia, daba la distancia Yiyo. Con mucha frecuencia, la distancia es necesaria en el toreo; dejar espacio al toro para que vea el enga?o y lo acometa con la debida holgura y fuerza. Por no hacerlo as¨ª, Curro Dur¨¢n fracas¨® en sus dos enemigos. Curro Dur¨¢n, que dio la sensaci¨®n de ser un mediocre muletero y un superficial lidiador, se echaba encima las embestidas, y ya pod¨ªa empe?arse en recurrir al "toque" dichoso, ese que en la mayor parte de las plazas llaman pico, pues si le serv¨ªa para aliviar la cabezada, no le serv¨ªa para torear.
Plaza de Pamplona
11 de julio. Quinta corrida de feria.Toros de Ferm¨ªn Boh¨®rquez, con gran presencia y casta. Emilio Mu?oz. Pinchazo, estocada y rueda de peones (pitos). Pinchazo y media estocada baja (bronca). Fue despedido con lluvia de almohadillas. Yiyo. Media y rueda de peones (oreja). Estocada corta baja y descabello (oreja). Sali¨® a hombros. Curro Dur¨¢n. Estocada (ovaci¨®n y salida al tercio). Dos pinchazos y estocada (silencio).
Yiyo era quien daba la distancia. A su primer toro, un noble y encastado ejemplar, lo citaba de lejos, en los medios; aguantaba la vibrante arrancada, paraba, templaba el viaje, que instrumentaba largo, y con el mando preciso para ligar. En ocasiones, el toro persegu¨ªa la muleta con codicia, y Yiyo resolv¨ªa el problema y el peligro ech¨¢ndoselo por delante en un apretado pase de pecho, o bien adorn¨¢ndose, ora con el afarolado, ora con el molinete.
Desde los ayudados a dos manos, arqueando la pierna como complace a la afici¨®n fiel a los m¨¢s rancios clasicismos -que, en realidad, convienen a la tauromaquia pura y excelsa- hasta el desplante final, de rodillas, y arrojando lejos los trastos toricidas, toda la faena transcurri¨® progresivamente dominadora, valerosa, variada, en ligaz¨®n y suertes diversas, que el torero aplicaba a las cambiantes condiciones del toro.
La arrolladora disposici¨®n de Yiyo a¨²n fue mayor en el quinto toro, que empez¨® manejable y se vino abajo? para aplomarse, probar las embestidas y dar tarascadas. Una de ellas, nada menos que a la hombrera, le derrib¨¦ y, Yiyo, lejos de amilanarse, volvi¨® a la cara del toro, para arrimarse a¨²n m¨¢s, asustar al grader¨ªo en nuevas coladas, achuchones y sobresaltos surtidos, que aguantaba con majeza. Es cierto que hay un toreo que derrama aromas de alhel¨ª, y ¨¦se no era el de Yiyo en el complicado quinto toro. Tambi¨¦n es cierto, sin embargo, que cada toro tiene su lidia y ese Boh¨®rquez la requer¨ªa recia, valiente, dominadora; y as¨ª la hizo Yiyo.
Llevaba este joven diestro una temporadita insegura, baja de tono, como consecuencia del bache que, normalmente, sufren todos los matadores en sus primeras temporadas de alternativa. Por eso, ha sido muy grato verle resurgir ayer en Pamplona, superando todas las dificultades y todos los miedos que provoca una corrida de toros con trap¨ªo, romana y casta.
Exactamente al contrario es lo que le sucedi¨® a Emilio Mu?oz. Cuando su primer toro le embisti¨® con entregada nobleza, forzaba la postura hasta convertir el toreo en caricatura. ?En qu¨¦ espejo se ha mirado Emilio Mu?oz, cuya casta torera es evidente, para hacer las suertes con tan rid¨ªcula afectaci¨®n? Poco despu¨¦s, cuando el genio del toro le complic¨® la faena, perdi¨® los papeles. En el cuarto, un manso grande y correoso, no fue lo malo que trasteara para abreviar, sino que macheteaba descompuesto, sin est¨¦tica, ni academicismo, ni prop¨®sito de dominio. El desordenado trapaceo a la defensiva no es apropiada t¨¦cnica para quien ya lleva a?os pretendiendo ser figura del toreo.
Hubo Boh¨®rquez que intent¨® saltar al callej¨®n, lo hubo que se crec¨ªa al castigo, algunos tuvieron nobleza, otros peligro, y emoci¨®n, todos. Corrida de las que llaman "para aficionados", la cual revaloriz¨® el triunfo importante de un torero arrollador.
Dur¨¢n sustituye a El Soro
Curro Dur¨¢n sustituye en la corrida de hoy a El Soro, el cual fue herido en la tercera corrida de la feria de Pamplona celebrada el pasado d¨ªa 9. Completan la terna Ni?o de la Capea y Jos¨¦ Antonio Campuzano, que lidiar¨¢n toros del Marqu¨¦s de Domecq.
Por otra parte, la presentaci¨®n de las corridas que faltan para la feria del toro es irreprochable y ha llamado poderosamente la atenci¨®n tanto la de Mart¨ªnez Uranga, que se lidiar¨¢ el pr¨®ximo viernes, como la de Eduardo Miura, que cierra la feria el s¨¢bado d¨ªa 14. Entre estos ¨²ltimos toros, hay varios que sobrepasan los 600 kilos de peso.
Babelia
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