El exilio cultual
El art¨ªculo de Carlos D¨ªaz sobre El nuevo exilio cultural (EL PA?S, 4 de julio) ha dado respuesta a una de nuestras conjeturas sobre la actual situaci¨®n de la cultura espa?ola. Sus juicios coinciden, por otra parte, con nuestras propias opiniones al respecto. La conjetura: existe una Espa?a cultural tan inexpresa y desconocida como vigorosa.Por justificadas reticencias personales o por impedimentos del medio, sus integrantes no tienen acceso a ninguna de las dos "sociedades de bombos mutuos", lo cual significa, de hecho, que deben renunciar a su propia manifestaci¨®n y al conocimiento de otras tantas ideas y posturas que ampliar¨ªan el limitado margen de la discusi¨®n p¨²blica. Los problemas vivos de la cultura abarcan un ¨¢mbito que rebasa la estrecha dimensi¨®n privilegiada por las etiquetas del dogmatismo de la tradici¨®n o de la innovaci¨®n (pre o posmoderna) a toda costa. No es ingenuo suponer que tales problemas preocupan a un sector de espa?oles pensantes mucho m¨¢s amplio que el c¨ªrculo de intelectuales avalados por una organizaci¨®n social de la opini¨®n rememorativa de viejos vicios: orientarse por escasas aunque repetidas expresiones p¨²blicas que, seg¨²n la l¨ªnea, se legitiman mutuamente o se impugnan rabiosamente.
Si as¨ª fuera, preciso es reconocer que el ruido de pocas nueces apaga hoy las voces inaudibles y presumiblemente valiosas de m¨¢s de un oscuro profesor de instituto. Ser¨ªa triste llegar a la conclusi¨®n de que la Espa?a que piensa no es la Espa?a que habla. A fuerza de iterativo, en enfoques y voceros, el ideario de la joven democracia corre el riesgo de volverse aburrido. Y nada como el aburrimiento para descomprometer con la res publica a ciudadanos cuyas expectativas, por m¨¢s libres, resultan m¨¢s defraudadas.
De acuerdo con Carlos D¨ªaz tambi¨¦n en asumir sin falsos pudores la parte de resentimiento que parece rezumar este juicio, porque confiamos en que trasunta, asimismo, el ejercicio de una ecuanimidad cr¨ªtica duramente conquistada a lo largo de muchos a?os de trabajo intelectual en favor de un espacio cultural l¨²cido y abierto. La endogamia, literal o simb¨®lica, ha sido desde siempre un sistema de parentesco vocado al deterioro social.-
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