Una posici¨®n nada envidiable
En un pa¨ªs occidental, Jerzy Urban ser¨ªa probablemente un per¨ªodista independiente, cr¨ªtico y temido por el poder por su mordaz iron¨ªa. En Polonia, Urban ha llegado a ministro y es uno de los personajes m¨¢s conocidos del pa¨ªs por su cargo de portavoz del Gobierno, lo que le ha convertido, a los ojos de la oposici¨®n, en una de las figuras m¨¢s odiadas, como uno de los s¨ªmbolos del r¨¦gimen.La posici¨®n de Urban no es envidiable. Su puesto es un cargo de confianza del equipo que hoy d¨ªa manda en Polonia y ni siquiera est¨¢ afiliado al Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista), lo que significar¨ªa un soporte en alguno de los grupos sociales con influencia en el pa¨ªs. La carrera period¨ªstica de Urban estuvo marcada por los altibajos pol¨ªticos de Polonia. Este periodista de 50 a?os trabaj¨®, entre 1955 y 1957, en el semanario Po Prostu, que fue el s¨ªmbolo de la ¨¦poca del deshielo al final del estalinismo, cuando lleg¨® WIadyslaw Gomulka al poder, en el octubre polaco de 1956. Luego Urban pas¨¦, a comienzos de los sesenta, al semanario del partido, Polityka, que estaba dirigido por el hoy viceprimer ministro, Mieczyslaw Rakowski, que ten¨ªa una especie de bula para hacer una cierta cr¨ªtica tolerada y digerida por el sistema. Urban sufri¨® per¨ªodos de ostracismo, en los que sus art¨ªculos no se publicaban y la censura le persegu¨ªa.
Con la entrada en el Gobierno de Rakowski, antes de la declaraci¨®n de la ley marcial, en diciembre de 1981, Urban pas¨® a ocupar el puesto de portavoz, que sigui¨® desempe?ando tras la intervenci¨®n militar, lo que le ha dejado marcado cara a la oposici¨®n, sin conseguir ganarse las simpat¨ªas de los duros del r¨¦gimen, que ven con desconfianza al actual equipo dirigente. Para colmo, Urban es jud¨ªo, en un pa¨ªs profundamente antisemita y cat¨®lico. El portavoz del Gobierno tuvo la desfachatez de escribir la verdad sobre el m¨¢rtir polaco padre Maximiliano Kolbe, ejecutado por los nazis en Auschwitz, y recordar que el sacerdote hab¨ªa sido un militante antisemita en sus escritos de los a?os anteriores a la segunda guerra mundial., Lo que escribi¨® Urban era cierto, pero despert¨® en Polonia una dura r¨¦plica por parte de la Iglesia cat¨®lica.
Sin apoyo en el partido, odiado por la oposici¨®n, condenado por la Iglesia, Urban no tiene m¨¢s base que la confianza del general Wojciech Jaruzelski y el actual equipo dirigente.
Como portavoz del Gobierno, Urban aparece todos los martes al mediod¨ªa ante la Prensa internacional acreditada en Varsovia. Los que conocen al periodista polaco aprecian m¨¢s sus art¨ªculos que su ret¨®rica ante los periodistas, cuando el portavoz da rienda suelta a su mordacidad, impregnada de una cierta dosis de cinismo.
Sus conferencias de prensa se inician a veces con un interminable rapapolvo, en el que Urban pasa revista a los art¨ªculos de los corresponsales y denuncia lo que ¨¦l considera errores o informaciones equivocadas. En ocasiones tiene raz¨®n, porque en Polonia no es f¨¢cil distinguir la informaci¨®n veraz de las intoxicaciones de una y otra parte. En esos casos, Urban se regodea al demostrar el error del corresponsal de turno. Otras veces, el portavoz se limita a replicar con su opini¨®n a las de los periodistas o medios a los que ataca.
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