Mondale, candidato oficial dem¨®crata a la presidencia de EE UU, solicita y recibe el apoyo de Hart y Jackson
RAM?N VILAR? ENVIADO, ESPECIAL, Walter Mondale fue nombrado, como se esperaba, candidato presidencial dem¨®crata en la noche del pasado mi¨¦rcoles, durante la tercera jornada de la convenci¨®n nacional dem¨®crata que se desarrolla en el Moscone Center de San Francisco. "Unidos ganaremos la elecci¨®n presidencial en 1984, pero necesito vuestra ayuda", dijo un radiante Mondale al senador Gary Hart y al pastor Jesse Jackson, los dos derrotados en la convenci¨®n, que, en pro de la unidad y la disciplina del partido, fueron los primeros en felicitar desde la tribuna al candidato oficial y en ofrecerle todo su apoyo.
"?Queremos a Fritz!", "?Queremos a Fritz!", gritaban los partidarios de Mondale, al tiempo que enarbolaban pancartas blancas y azules con los nombres Mondale-Ferraro, en honor de los dos responsables que intentar¨¢n ganar la elecci¨®n presidencial norteamericana del pr¨®ximo 6 de noviembre: Walter Mondale como candidato presidencial y Geraldine Ferraro como aspirante a la vicepresidencia, despu¨¦s de que hoy haya sidoelegida para ese puesto por la convenci¨®n."Es el momento de la unidad. Nuestro partido ha hecho su selecci¨®n y a partir de ahora hablaremos con una sola voz", exclam¨®, por su parte, Gary Hart, que no logr¨® suficiente n¨²mero de votos de delegados para evitar a Mondale el anunciado triunfo en la convenci¨®n. "La prioridad ahora es vencer a la Administraci¨®n Reagan", corrobor¨® por su parte el l¨ªder de la minor¨ªa negra, el reverendo Jesse Jackson.
"Gracias, Gary; gracias, Jesse, por vuestra ayuda, por vuestra cooperaci¨®n", contest¨® Mondale en se?al de reconciliaci¨®n desde la tribuna de la convenci¨®n, ante delegados y miembros del Partido Dem¨®crata.
Walter Mondale iba a pronunciar anoche (madrugada de hoy en Espa?a) el discurso de aceptaci¨®n del nombramiento, e iba apresentar como acompa?ante en la carrera hacia la Casa Blanca a Geraldine Ferraro, la primera mujer que concurre por uno de los grandes partidos a la vicepresidencia de EE UU.
La tercera jornada de la convenci¨®n, con presencia de unas 10.000 personas, entre delegados, miembros del partido, observadores y periodistas, escuch¨® un emocionante discurso del senador Hart, que arroj¨® la toalla ante Mondale, debido a la imposibilidad de convencer a la mayor¨ªa de delegados de que su candidatura era la mejor para ganar a Ronald Reagan.
Al solicitar, dram¨¢ticamente, que cada delegado votara "deacuerdo con su conciencia", Hart se?al¨® que deb¨ªan decidir "qu¨¦ candidato tiene mejores posibilidades para derrotar a Ronald Reagan y convertirse en el pr¨®ximo presidente de Estados Unidos". Un mensaje de Hart cara al futuro, especialmente si el t¨¢ndem Mondale-Ferraro no consigue llegar hasta la Casa Blanca en 1984 y queda, como alternativa para 1988, el hombre que se present¨® como el renovador del partido, con un programa de nuevas ideas que no ha calado en los dem¨®cratas.
Hart, que acab¨® su discurso con veladas advertencias al riesgo de la candidatura Mondale, cr¨ªticas a la Administraci¨®n Reagan y promesas de lealtad al partido, cerr¨® su alocuci¨®n acompa?ado de la m¨²sica de la pel¨ªcula Carros de fuego, con el prop¨®sito de se?alar que contin¨²a como corredor de fondo dentro del partido, mientras sus seguidores exclamaban "?Am¨¦rica quiere a Hart!" y levantaban pancartas rojas con el nombre de su ¨ªdolo derrotado. Hart, cuyas pala bras fueron seguidas por 14 minutos de aplausos, no perdi¨® la caba llerosidad ol¨ªmpica y fue el primer en saludar la victoria de Mondale, al t¨¦rmino de la. votaci¨®n.
Emoci¨®n final
El proceso de votaci¨®n de los delegados tuvo su momento de emoci¨®n cuando varias delegaciones (las de Florida, Georgia, Kentuky, Nueva Jersey y Pensilvania) dejaron pasar su turno para anunciar sus votos al final.
Entre las columnas reservadas a Mondale, Hart, Jackson y otros aspirantes al nombramiento presidencial, las cifras iban engrosando el nombre de Mondale, sin que se produjeran abstenciones significativas por parte de los delegados de origen hispano, que hab¨ªan amenazado con boicotear a Mondale por su tibieza ante la nueva ley de emigraci¨®n estadounidense.
Cuando a la segunda llamada toc¨® votar a los delegados de los cinco Estados que hab¨ªan dejado pasar su primer turno, fue el Estado de Nueva Jersey el que aport¨® el n¨²mero de votos necesarios qtie rebasaron la m¨¢gica cifra de 1.967 imprescindibles para alcanzar el nombramiento.
A Mondale le bast¨® la primera vuelta, en la que consigui¨® 2.191 delegados, seguido de Hart, con 1.279 y Jackson, con 465. 27 votos quedaron para otros candidatos y, otros 37 que se abstuvieron o no se comprometieron con ning¨²n candidato, entre los 3.933 representados en la convenci¨®n nacional dem¨®crata.
El j¨²bilo y la emoci¨®n fueron expresados por una nube de pancartas por Mondale y Ferraro, mientras disciplinadamente desaparec¨ªan pr¨¢cticamente del foro las que antes hab¨ªan estimulado las candidaturas frustradas de Hart y Jackson.
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