Gianni Gennari
El llamado 'cura rojo' italiano, amigo personal del fallecido Enrico Berlinguer, escritor y periodista, ha contra¨ªdo matrimonio
Se casaron el mes pasado, en la preciosa iglesia de San Gregorio al Celio, del siglo XVI, situada en uno de los rincones m¨¢s maravillosos de Roma. Una iglesia utilizada con frecuencia para celebrar matrimonios. Pero no fue una boda como las dem¨¢s. Todo parec¨ªa m¨¢s solemne y m¨¢s ¨ªntimo al mismo tiempo. Celebraron la misa 12 sacerdotes. El clima era de una intensa religiosidad conciliar. Se casaban Gianni Gennari y Anna Maria Fiengo.Pero todos los ojos estaban puestos en ¨¦l, porque el novio era nada menos que el famoso cura rojo, amigo personal del fallecido Enrico Berlinguer, simpatizante del Partido Comunista Italiano, famoso escritor y periodista que hab¨ªa sido destituido de su c¨¢tedra de Teolog¨ªa Moral y Filosof¨ªa de la Religi¨®n en la Pontificia Universidad del Laterano de Roma, por haberse negado a combatir la ley que en Italia legaliz¨® el divorcio.
Fue una boda a la que asistieron muchos sacerdotes y mucha gente de izquierdas. Pero a la que no se dej¨® entrar a la televisi¨®n. Don Gianni quiso ser fiel a su pacto con la Iglesia de hacer un rito ¨ªntimo: "Si despu¨¦s vino mucha gente porque tenemos muchos amigos, eso no fue culpa nuestra"', respondi¨® m¨¢s tarde.Pero lo importante de esa boda y de toda la historia de Gennari es que se trata de un hombre profundamente cat¨®lico, que se siente profundamente sacerdote y al mismo tiempo plenamente convencido de que el sacerdocio se puede vivir tambi¨¦n santamente sin renunciar a una compa?era y a formar una familia. Y ha declarado ya que desea s¨®lo que la Iglesia acabe de una vez con la "injusticia de un celibato impuesto", y que ese d¨ªa volver¨¢ en seguida a ejercer.
Gracias a su 'tozudez'
A quienes lo acusan de haber sido un privilegiado porque ha obtenido una dispensa de casarse, sin tener que confesar que su sacerdocio hab¨ªa sido nulo o que se hab¨ªa arrepentido de ser cura, Gennari responde que m¨¢s que su fama lo que le ha valido la dispensa ha sido su tozudez. Ha esperado y ha escrito cartas al ex Santo Oficio, algunas largu¨ªsimas, exponiendo sus problemas. En dichas cartas el cura rojo ha usado un lenguaje a veces duro, de amenaza, otras tierno y casi implorante. Un lenguaje inteligente que ha puesto a veces en verdadero aprieto a los cardenales. A EL PA?S ha dicho que su argumento definitivo lo expuso cuando record¨® al cardenal Ugo Poletti, vicario de Roma, que cuando se orden¨® de sacerdote en los a?os setenta exist¨ªa la posibilidad, concedida por el papa Pablo VI, de poder un d¨ªa renunciar al ejercicio del ministerio para contraer matrimonio. Si despu¨¦s, a?adi¨®, Juan Pablo II ha cambiado las normas jur¨ªdicas, yo no tengo la culpa.Gennari, junto con su esposa Anna Mar¨ªa, tienen hoy un solo proyecto pol¨ªtico: luchar para que los 5.000 sacerdotes de todo el mundo que esperan una dispensa como la que ellos han obtenido para casarse "p¨²blicamente, como todos los cristianos", puedan hacerlo lo m¨¢s pronto posible. Y para que se acabe para siempre con la incompatibilidad entre sacramento del orden y sacramento del matrimonio que, afirma el te¨®logo Gennari, "Cristo nunca impuso ni a sus mismos ap¨®stoles".
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