Donde se vuelve a hablar de las Malvinas
A pesar de los conflictos sociales y los reveses pol¨ªticos, Margaret Thatcher sigue con su esp¨ªritu combativo de siempre. Para galvanizar el ardor de los diputados conservadores turbados por sus recientes tropiezos, la primera ministra brit¨¢nica no vacil¨® en declarar, el jueves 19 de julio, dirigi¨¦ndose abiertamente a los sindicatos: "Hemos tenido que combatir al enemigo exterior durante la guerra de las Malvinas, y ahora tenemos que luchar contra el enemigo interior, lo que es mucho m¨¢s dificil, pero tanto m¨¢s peligroso para la libertad".Sin tener en cuenta su car¨¢cter exagerado, la comparaci¨®n estaba de actualidad, ya que en el mismo momento en que Thatcher recordaba la epopeya contra los argentinos en las Malvinas, las conversaciones organizadas en Berna por el Gobierno suizo entre los representantes de Londres y Buenos Aires estaban interrumpidas por un desacuerdo. Por ambos lados se evita hablar de ruptura, pero ninguna fecha est¨¢ fijada para proseguir las conversaciones. Estos primeros contactos oficiales han tropezado con el obst¨¢culo que ha hecho fracasar varios a?os de negociaciones antes de 1982 y que llev¨® a la invasi¨®n argentina del archipi¨¦lago: la soberan¨ªa. Los t¨¦rminos del problema siguen siendo los mismos. Los argentinos insisten en que el orden del d¨ªa sea lo m¨¢s indeterminado posible para incluir la cuesti¨®n de la soberan¨ªa; los brit¨¢nicos reh¨²san que el tema sea abordado y, sobre todo, que sea planteado previamente a cualquier acuerdo en el campo pr¨¢ctico. ( ... )
A la arrogancia e imperatividad de los militares ha sucedido la voluntad de di¨¢logo del Gobierno Alfons¨ªn. ?Se dejar¨¢ la se?ora Thatcher conmover? La intransigencia brit¨¢nica no se debe exclusivaniente al car¨¢cter de la primera ministra. Londres se comprometi¨® a consultar a los kelpers sobre cualquier canibio en el estatuto del archipi¨¦lago y a hacer de sus intereses "la pnoridad de las prioridades". Pero en vez de mantenerles en la ilusi¨®n de que la madre patria podr¨¢ continuar durante mucho tiempo sosteni¨¦ndolos a toda costa, el Gobierno brit¨¢nico har¨ªa mejor en convencerles de que su porvenir pasa por un acuerdo con Argentina.
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