Comedia musical y l¨ªderes pol¨ªticos del ayer
El ¨¦xito de El ¨²ltimo cupl¨¦, que Juan de Ordu?a hab¨ªa perge?ado, pero del que no pudo disfrutar econ¨®micamente al ceder sus derechos a otros industriales, le estimul¨® a intentar triunfos similares. La estrella que hab¨ªa descubierto, Sara Montiel, ten¨ªa firmado contrato con otras empresas, y a Ordu?a no le quedaba m¨¢s remedio que probar fortuna con nuevos rostros. Ana Mar¨ªa Olaria fue la protagonista de M¨²sica de ayer, y aunque con voz m¨¢s s¨®lida, su figura no conten¨ªa los elementos er¨®ticos que hicieron de la Montiel la primera vamp de la cinematograf¨ªa espa?ola.M¨²sica de ayer repet¨ªa guionistas, ¨¦poca, un similar esquema pasional y hasta los galanes (Armando Calvo y Jos¨¦ Moreno), pero lo cierto es que pas¨® sin pena ni gloria por los locales espa?oles de 1960. Otras pel¨ªculas, como Carmen la de Ronda, ... Y despu¨¦s del cupl¨¦, Miss Cupl¨¦ y Habanera, agotaron aquel milmo a?o el fil¨®n del musical, mientras que Molokai centraba la atenci¨®n del melodrama, y El D¨ªa de los Enamorados, el de la comedia juvenil, tan en boga desde entonces.
M¨²sica de ayer se emite hoy a las 15
35 por la primera cadena. El hombre del traje gris se emite, en la segunda cadena, a partir de las 19.30, dentro del programa. La clave.
La ambici¨®n de poder
Contemplada hoy puede producir alguna sonrisa: la historia de la muchacha seducida y abandonada, aunque con boda en medio para reparar el entuerto, victoriosa en el canto, pero desdichada en el amor, ha debido envejecer a velocidad de v¨¦rtigo: ya en su d¨ªa fue una pel¨ªcula desdichadamente antigua, lo que no es sorprendente, de cualquier forma, en la floja cosecha del cine espa?ol de 1960.
Cabe, a pesar de ello, la curiosidad, siquiera sea por contemplar a Mar¨ªa Fernanda Ladr¨®n de Guevara, famosa actriz de teatro, en un papel secundario.
Poco despu¨¦s, y como base del coloquio de La clave, un drama norteamericano de cierto prestigio, que emocion¨® a los espectadores de 1956, escrito y dirigido por el no muy brillante Nunnally Johnson. El hombre del traje gris que establec¨ªa una rotunda defensa de la vida privada frente a las ambiciones desmedidas que sit¨²an el af¨¢n de poder como meta ¨²nica, cal¨® en la sensibilidad de la ¨¦poca, aunque no menos que las derivaciones a que se somete el argumento del filme: los hijos naturales, los conflictos del, matrimonio compuesto, por Jehnifer Jones y Gregory Peck, ¨¦ste ¨²ltimo el hombre ¨ªntegro que sabe retirarse a tiempo de la tensi¨®n a que pretende someterlo el nunca satisfecho Fredric March, "que pierde lo que es m¨¢s precioso: la familia y el calor humano", seg¨²n interpreta el cr¨ªtico Lawrence J. Quirk.
No todos los comentaristas fueron, sin embargo, tan entusiastas. El titular de The New Yorker, aconsejaba tomar una pastilla relajante en lugar de contemplar tan mortificador filme: "Aunque contiene algunas buenas secuencias, ser¨ªa m¨¢s tolerable si la pel¨ªcula correspondiera a los viejos seriales cuyas normas est¨¢n ya aceptadas como tales". Una dosis masiva como la que ofrece El hombre del traje gris es "condenadamente demasiado". Variety, por su parte, destac¨® el duelo de interpretaci¨®n entre Peck y March, aplaudi¨® la versi¨®n de la novela de Sloan Wilson y la calidad de sus di¨¢logos, pero no encontr¨® en la direcci¨®n mas que desigualdad y "ciertos momentos imaginativos".
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