Exteriores modificar¨¢ el sistema de destinos de sus diplom¨¢ticos y relevar¨¢ a buen numero de embajadores
El Ministerio de Asuntos Exteriores, del que es titular Fernando Mor¨¢n, planea iniciar en el pr¨®ximo oto?o una reorganizaci¨®n interna que, b¨¢sicamente, afectar¨¢ al recambio de buen n¨²mero de embajadores y al sistema mediante el cual se cubren actualmente las plazas vacantes en el extranjero, seg¨²n han revelado altos funcionarios de este departamento gubernamental. Estos cambios se producir¨¢n, previsiblemente, dentro de un ambiente de marcado descontento entre los diplom¨¢ticos espa?oles, muchos de los cuales lamentan la jubilaci¨®n anticipada conforme a la nueva ley de la Funci¨®n P¨²blica, y tambi¨¦n se quejan por la escasez de medios de que adolece su ministerio.
"A?o y medio despu¨¦s, y viendo que las cosas no cambian", afirmaba esta semana EL PAIS uno de los responsables de Exteriores, "es ya el momento de empezar a introducir modificaciones en el funcionamiento y en el sistema de nombramientos. Lo cierto es que las cosas. no marchan. En esta casa hay buena materia prima humana, pero hay muchas embajadas que son un desastre. Existe descontento entre los funcionarios y esto se nota".La reorganizaci¨®n de Exteriores estaba prevista para la pasada primavera, y fue aplazada ante los rumores de crisis. Su realizaci¨®n, el pr¨®ximo oto?o, depender¨¢ de la permanencia de su titular, Fernando Mor¨¢n, seg¨²n afirm¨® un alto funcionario del ministerio.
Con uno de los m¨¢s bajos presupuestos de la Administraci¨®n espa?ola -s¨®lo superior al del Ministerio de Administraci¨®n Territorial-, el Ministerio de Asuntos Exteriores -y especialmente sus representaciones en el extranjero- une al propio descontento de sus funcionarios el de otros departamentos gubernamentales, que, seg¨²n un alto cargo de la Presidencia del Gobierno, est¨¢n tentados ya de organizar por su cuenta sus propias relaciones internacionales.
El paso de Fernando Mor¨¢n por el Ministerio de Asuntos Exteriores ha sido uno de los m¨¢s conservadores en lo que se refiere al movimiento de personal. En la actualidad hay media docena de embajadores que contin¨²an en sus puestos desde hace de cinco a siete a?os, plazos que se consideran excesivamente largos para las costumbres de este ministerio, sobre todo si se tiene en cuenta que hace 20 meses que se produjo un cambio de Gobierno.
La estancia de Mor¨¢n en Santa Cruz se distingue tambi¨¦n por el escaso n¨²mero de embajadores pol¨ªticos -es decir, no diplom¨¢ticos de carrera-, que en la actualidad son solamente seis, la mitad, aproximadamente, que en ¨¦pocas anteriores.
Diplom¨¢ticos espa?oles justifican la carencia de embajadores, pol¨ªticos como producto de una tendencia profesionalizadora que se viene observando en otros pa¨ªses -como el Reino Unido, Rep¨²blica Federal de Alemania y Francia- y que comienza tambi¨¦n a darse en Estados Unidos. Sin embargo, otros funcionarios diplom¨¢ticos espa?oles de marcado car¨¢cter renovador se vienen preguntando por la permanencia al frente de las embajadas de Espa?a en el extranjero de funcionarios que representan al actual Gobierno sin excesiva fe democr¨¢tica. Otros, por su parte, apuntan a otros funcionarios -entre ellos, un embajador es un importante pa¨ªs de la ¨®rbita occidental- que protagonizaron graves irregularidades econ¨®micas, con af¨¢n de lucro, en anteriores destinos.
La pasividad de los responsables de Asuntos Exteriores en el Gobierno del cambio ante estos asuntos es justificada por uno de ellos como producto de la obediencia a la orden dada por la Presidencia del Gobierno poco despu¨¦s de que el PSOE accediera al poder: "Evitar cualquier sensaci¨®n de revancha".
Los cambios organizativos en Exteriores no supondr¨ªan s¨®lo un baile de embajadores -cuyo nombramiento depende exclusivamente del Consejo de Ministros-, sino que afectar¨ªan al bombo, sistema introducido hace ocho a?os para cubrir todos los puestos de funcionarios diplom¨¢ticos destinados en el exterior.
El bombo se celebra cada a?o en el mes de julio, completado eventualmente por el bomb¨ªn, con el que se cubren vacantes imprevistas. Al bombo -que a pesar de su nombre no es ning¨²n utensilio con el que hacer uso del azar- acuden los diplom¨¢ticos que, una vez cumplido el plazo de estancia en su puesto, han de cambiar de destino. Previamente, se hace p¨²blica tambi¨¦n la relaci¨®n de puestos que han de quedar vacantes.
La junta decide
Los diplom¨¢ticos espa?oles tienen un plazo m¨¢ximo de estancia continuada en el extranjero que asciende a nueve a?os y otro de estancia continuada en Espa?a de ocho a?os. En el extranjero, los destinos se clasifican en tres categor¨ªas -de mayor a menor dificultad-: A, B y C.
Los destinados a puestos A -situados por lo general en Europa occidental y norte de Am¨¦rica- no pueden ir a otro puesto A inmediatamente despu¨¦s, y han de permanecer en su destino durante un plazo que oscila entre tres y cinco a?os. Los del grupo B -Latinoam¨¦rica- y alg¨²n pa¨ªs del Tercer Mundo- s¨ª pueden repetir dentro de la misma categor¨ªa, y pueden permanecer entre tres y cuatro a?os. Los del C -el m¨¢s duro, que re¨²ne a pa¨ªses del Tercer Mundo o con reg¨ªmenes comunistasno pueden ser obligados a ir a otro puesto C y han de permanecer en sus destinos entre dos y tres a?os. Los plazos de estancia son prolongados s¨®lo con car¨¢cter excepcional.
Una junta de la carrera diplom¨¢tica -compuesta por 11 representantes elegidos por votaci¨®n de los diversos grados del escalaf¨®n, el subsecretario, el inspector general de embajadas y el director general de personaldecide los destinos. Eventualmente, son escuchados tambi¨¦n os directores generales del ministerio, que asisten a las reuniones con voz, pero sin voto.
Este sistema, a juicio de muchos diplom¨¢ticos, tiene como ventajas la transparencia y la equidad, al hacerse p¨²blicas las vacantes y evitar los nombramientos a dedo. Seg¨²n los diplom¨¢ticos pertenecientes al sector renovador, tambi¨¦n tiene sus falos: la existencia de puestos A, B y C impide la especializaci¨®n, ya que diplom¨¢ticos conocedores del Tercer Mundo, pa¨ªses del Este o Europa no pueden seguir siendo destinados dentro de las onas que conocen. La mezclan el bombo de puestos consulares y estrictamente diplom¨¢ticos -que estuvieron separados hasta el primer tercio de este siglo- dificulta tambi¨¦n la especializaci¨®n por funciones.
La escasa funcionalidad del sistema llev¨®, a principios de este a?o, a la Secretar¨ªa de Estado ara las Relaciones con las Comunidades Europeas a pedir que os funcionarios destinados en os pa¨ªses de la CEE y que se hab¨ªan distinguido por su conocimiento de la comunidad no fueran relevados en el bombo de 1984, dada la cercan¨ªa del final el proceso de adhesi¨®n. La petici¨®n no fue atendida en todos los casos.
Adem¨¢s, de hecho, la junta de la carrera mantiene como criterio b¨¢sico el de la antig¨¹edad. Este criterio no var¨ªa siquiera para el nombramiento de los milistros-consejeros (n¨²meros dos le las embajadas). El ministro de Asuntos Exteriores tiene en todo caso, seg¨²n este sistema, capacidad de decidir en ¨²ltima instancia. Hasta el momento -en lo que respecta a los dos ¨²ltimos a?os-, s¨®lo ha sido recusado un diplom¨¢tico, destinado a una embajada del este de Europa, debido a su conocida ideolog¨ªa ultraderechista.
Oropel y taca?er¨ªa
De los 614 diplom¨¢ticos espa?oles en activo existentes en la actualidad, 397 ocupan puestos en las 94 embajadas, 14 representaciones en organismos internacionales, 80 consulados generales y 17 consulados de carrera que Espa?a mantiene en el mundo. La pr¨®xima entrada en vigor de la ley de la Funci¨®n P¨²blica es en estos momentos la preocupaci¨®n de la mayor parte de ellos, que teme que la jubilaci¨®n anticipada -de los 70 a los 65 a?os- no s¨®lo acorte su vida profesional, sino que merme sensiblemente sus ingresos.Unas 80.000 pesetas al mes ser¨¢ el sueldo que tendr¨¢ al dejar su trabajo el casi centenar de diplom¨¢ticos que se jubilar¨¢ por anticipado en los pr¨®ximos cinco a?os. Agobiados por la fr¨ªvola fama de su profesi¨®n, los diplom¨¢ticos se apresuran a aclarar que sus ingresos en el exterior son inferiores a los de los agregados militares y comerciales, y que cuando est¨¢n destinados en Espa?a, sus mensualidades oscilan entre las 140.000 pesetas, que es lo que gana un joven reci¨¦n salido de la Escuela Diplom¨¢tica, y las 220.000, que es lo que ingresa un subdirector general.
Estos funcionarios de elite se lamentan tambi¨¦n de sus circunstancias personales y familiares: sus esposas no pueden trabajar mientras viven en el extranjero, sus hijos sufren con los traslados y cambios de sistemas educativos, tienen que vivir solos en muchos casos al final de sus carreras, con los hijos estudiando en universidades de pa¨ªses lejanos; adquieren a veces enfermedades ex¨®ticas, y el divorcio y el alcoholismo inciden m¨¢s sobre su profesi¨®n que sobre muchas otras...
Mientras viven fuera, el recurso es el ahorro, y la taca?er¨ªa se confunde a veces entre el oropel. Ejemplo m¨¢s comentado de los ¨²ltimos: en contra de las costumbres existentes en todas las embajadas y buen n¨²mero de consulados, el embajador de Espa?a en Washington no dio recepci¨®n el 12 de octubre -aniversario del descubrimiento de Am¨¦rica-, potenciando indirectamente el festejo celebrado en la Embajada de Italia.
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