Hemingway y las campanas desconocidas

Debido a la controversia suscitada en su peri¨®dico sobre este tema, desde la publicaci¨®n del art¨ªculo del 1 de julio de 1984, y como profundo admirador, desde mi adolescencia, de las obras de Hemingway y Donne, deseo hacer las siguientes precisiones:

1. Como muy bien dice don Anthony Bonner en su carta publicada el 21 de julio de 1984, Hemingway tom¨® el t¨ªtulo para su novela de un serm¨®n de John Donne, que aparece acompa?ando, como pr¨®logo, todas las publicaciones de la misma, en lengua inglesa. Este aspecto est¨¢ fuera de toda duda y suficientemente documentado.

2. Ser¨ªa poco probable que Donne, educado en el seno de una familia profundamente religiosa, sacerdote desde 1615, doctor en Teolog¨ªa por Cambridge, de¨¢n de San Pablo, hiciera referencia a la campana de una taberna (la de Edward Lloyd) a la hora de mentar el ta?ido final por la humanidad.

3. Pero adem¨¢s de poco probable es imposible, porque cuando John Donne escribi¨® ese serm¨®n la taberna de Edward Lloyd no exist¨ªa.

John Donne muri¨® en 1631 y la famosa taberna, origen de la conocida sociedad de seguros Lloyd's, es posterior a 1700. Por tanto, la campana de la Lutine, propiedad de la Lloyds Reggister of Shipping, nada tiene que ver en este caso.

4. Estoy totalmente de acuerdo con don Roberto Rendueles, puesto que a pesar de que la traducci¨®n literal en castellano de for whom the bell tolls es "por qui¨¦n dobla la campana", hasta el mism¨ªsimo Donne consentir¨ªa a los traductores que titularon "por qui¨¦n doblan las campanas", m¨¢s acorde con nuestro lenguaje habitual.

Ser¨ªa de desear que ¨¦ste fuera el ¨²ltimo escrito sobre el tema, sencillamente porque la obra literaria de dos genios, que exclusivamente pensaban en toda la humanidad al realizar su trabajo, est¨¢ muy por encima de las discusiones bizantinas, respecto al origen, que a ellos nunca les preocup¨®, de una o varias campanas.-