Los 'grandes' de la guitarra terminan su 'cumbre' internacional en C¨®rdoba
El Festival Internacional de Guitarra de C¨®rdoba finaliz¨® el pasado s¨¢bado, tras un mes de actividades. Durante este tiempo se han impartido dos cursos de guitarra flamenca (dirigidos por Paco Pe?a y V¨ªctor Monge, Serranito), uno de guitarra cl¨¢sica (dirigido por el australiano John Williams), dos de danza espa?ola y flamenca (dirigidos por Loli Flores e Inmaculada Aguilar), y 15 recitales y conciertos, comprendiendo g¨¦neros tan diversos como el folklore latinoamericano (con el conjunto chileno Inti-lllimani y el cantor y compositor argentino Eduardo Fal¨²), la m¨²sica antigua (pon el norteamericano James Tyler y el brit¨¢nico Barry Mason), la guitarra cl¨¢sica (con el ya citado Williams y Benjam¨ªn Verdery) y la m¨²sica de cuerda (por el quinteto Reginaldo Barber¨¢).Y flamenco, mucho flamenco. Conciertos de Paco de Luc¨ªa, de Paco Pe?a (fundador del Centro Flamenco que lleva su nombre y animador de este festival), con Adri¨¢n Lynch, y de V¨ªctor Monge, Serranito. En el cante, recitales de El Chaparro, Enrique Montoya y Chano Lobato. En el baile, Loli Flores e Inmaculada Aguilar, con sus respectivos grupos. El nivel art¨ªstico ha sido alt¨ªsimo, con algunas actuaciones verdaderamente antol¨®gicas, como la de un Chano Lobato en estado de gracia, un Fal¨² verdaderamente ejemplar y un Paco Pe?a m¨¢s inspirado que nunca.
Un gran concierto de Serranito
A los cursos asistieron 240 alumnos procedentes de una treintena de pa¨ªses, entre los que, por una de esas extra?as paradojas que se dan en nuestro pa¨ªs, no hab¨ªa espa?oles, salvo unos pocos en el curso de guitarra cl¨¢sica. Tampoco el p¨²blico cordob¨¦s estuvo muy atento a los espect¨¢culos que se ofrecieron, a pesar de su extraordinario inter¨¦s, mientras que la asistencia de extranjeros fue masiva.Serranito realiz¨® uno de sus mejores conciertos. Actu¨® con una guitarra a la que parece que no estaba muy hecho en concierto, y ello le cre¨® alg¨²n problema de pulsaci¨®n. Secundado en algunos de los n¨²meros, con eficacia, por Francisca y ?ngel Cort¨¦s, y la mayor¨ªa del tiempo en solitario, Serranito ofreci¨® un toque puramente flamenco -salvo alguna concesi¨®n en las propinas-. Por tarantos, por grana¨ªnas, por alegr¨ªas, Serranito logr¨® sonidos bell¨ªsimos, impregnados de duende y pureza. En cambio por buler¨ªas, que empez¨® con brillantez y acierto, a medida que fue avanzando perdi¨® claridad, que se hizo un peque?o barullo.
En el toque con sus compa?eros destacaban los aires rocieros, te?idos de una indudable melancol¨ªa, y las buler¨ªas; tambi¨¦n, aun siendo evidente su mayor facilidad, campanilleros y guajiras, toques siempre de muy f¨¢cil asimilaci¨®n por el oyente; en cambio el zapateado pareci¨® demasiado mec¨¢nico, fr¨ªo. En cualquier caso, gran concierto de este Serranito joven, pero con muchos a?os de experiencia, cuyo toque se mantiene fresco, creador, inquieto.
En la velada final volvi¨® a tocar Serranito, en la misma l¨ªnea de acierto.
Lo hizo tambi¨¦n Paco Pe?a, quiz¨¢ no muy centrado porque hab¨ªa estado demasiado volcado en la responsabilidad de la organizaci¨®n, pero, aun as¨ª, dio una muestra excelente de su toque brillante y sobrio, singularmente por soleares.
Benjam¨ªn Verdery, en guitarra cl¨¢sica, y su esposa Rie Schmidt, en flauta, fueron una pura delicia. Y una alumna norteamericana del curso de flamenco, Annie Serpiente de Cascabel, uno de cuyos abuelos fue comanche, estrella de la canci¨®n country en su pa¨ªs, con una impresionante voz dio un breve pero bell¨ªsimo recital.
Por ¨²ltimo, compareci¨® en pleno la Pe?a Flamenca de Huelva, con un espect¨¢culo ejemplar en cuanto muestra de lo que una pe?a bien orientada puede llegar a hacer -cuadros de cante, de baile, de toque propios-, aunque en el aspecto puramente art¨ªstico peque de las virtudes y los defectos del arte aficionado. Puedo recordar, por ejemplo, como notas m¨¢s significativas un exceso de fandangos de Huelva, no todos bien interpretados, pero s¨ª los que hicieron con br¨ªo y conocimiento Garrido y Eduardo Hern¨¢ndez. Un buen tocaor, Azuaga, y un excelente cantaor para baile, Antonio Saavedra. Un cuadro de baile de j¨®venes adolescentes, con algunos atisbos de calidad espor¨¢dicos, pero con un gran factor negativo, y es la falta de alegr¨ªa, la actitud desangelada de casi todas sus componentes, que parecen repetir la lecci¨®n aprendida sin entusiasm¨® y como si nada fuera con ellas.
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