El conflicto tamil amenaza la estabilidad de Sri Lanka
La nueva ofensiva de la guerrilla independentista tamil amenaza con provocar en Sri Lanka una explosi¨®n de violencia similar a la que en julio de 1983 caus¨® unos 1.000 muertos. La imagen de la peque?a isla del Indico como para¨ªso tur¨ªstico y los esfuerzos de la Administraci¨®n del presidente Jayawardene por atraer inversiones extranjeras con el se?uelo de la paz social, el negocio f¨¢cil y el desarme fiscal est¨¢n comprometidos. El Gobierno de Colombo responde a la violencia con la violencia, y los intentos de una soluci¨®n negociada se estrellan contra la intransigencia, la represalia y el salvajismo. Justo al lado, el gigante indio juega un papel ambiguo que tiene mucho que ver con la pr¨®xima cita electoral y con que en el Estado sure?o de Tamil Nadu hay 50 millones de tamiles que creen que Nueva Delhi no se puede cruzar de brazos.
Una gota de sangre en Jaffha (la capital tamil del norte de Sri Lanka) puede provocar toda una catarata en Colombo (la capital del pa¨ªs). El 24 de julio de 1983 un comando tamil atac¨® cerca de Jaffna a dos-jeeps cargados de soldados cingaleses y mat¨® a 13 de ellos. D¨ªas m¨¢s tarde, 50 presos tamiles de una c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad en Colombo eran salvajemente asesinados por sus compa?eros cingaleses de prisi¨®n, sin que las autoridades pudieran hacer nada por impedirlo. La violencia sali¨® tambi¨¦n a la calle, incontrolada, y, a pesar del toque de queda, grupos de cingaleses enfurecidos incendiaron las chabolas de los tamiles, saquearon sus tiendas, violaron, torturaron y mataron. El balance oficial de muertos en las jornadas de terror ascendi¨® a 400. La mayor¨ªa de las evaluaciones independientes no lo hacen bajar de 1.000.La guerra de los tamiles hab¨ªa bajado de su reducto tradicional del Norte, de la provincia de Jaffna, donde se concentra buena parte de ese 20% del total de la poblaci¨®n de la isla con que cuenta esta etnia de religi¨®n hind¨², en su mayor¨ªa, aunque ,tambi¨¦n haya musulmanes y budistas- frente al 72% cingal¨¦s, budistas en su inmensa mayor¨ªa. De golpe y porrazo, un conflicto m¨¢s o menos localizado y aislado, aparec¨ªa en toda su crudeza ante los ojos del mundo, forzaba a los turistas a anular sus billetes hacia uno de los ¨²ltimos para¨ªsos y pon¨ªa en evidencia las limitaciones de un r¨¦gimen formalmente democr¨¢tico pero demasiado dispuesto a excederse en el uso de las medidas de excepci¨®n.
El 'para¨ªso' en crisis
El se?uelo de la mano de obra barata (m¨¢s que en la India) e ilustrada (el ¨ªndice de alfabetizaci¨®n es del 80%,), de las garant¨ªas para la exportaci¨®n de beneficios y de las ventajas fiscales hab¨ªa atra¨ªdo a un buen n¨²mero de inversores extranjeros, desde que Junius R. Jayawardene (popularmente conocido como se hizo con el poder, por la v¨ªa electoral, en 1977. Los principales esfuerzos en este sentido fueron la creaci¨®n de una nueva compa?¨ªa a¨¦rea nacional (Air Lanka) y de la primera zona franca de la isla, en la periferia de Colombo.
Pero para hacer que llegue el dinero y el turismo hay que presentar la postal de la paz social, aunque se sustente sobre la mano dura. La postal de las turbas incontroladas y asesinas por la calles de Colombo (a escasa distancia del aeropuerto en el que aterrizan los aviones de los turistas y los hombres de negocios) es la peor de las propagandas posibles, una amenaza mortal contra el para¨ªso. .
Desde la explosi¨®n de violencia de hace un a?o, el conflicto se ha desarrollado por la doble v¨ªa de la violencia y de la b¨²squeda de una soluci¨®n negociada.. El pasado mes de abril los ataques del terrorismo tamil en los alrededores de Jafina provocaron represalias del Ej¨¦rcito. Los informes del Gobierno hablaron de 50 muertos. Otras fuentes elevan la cuenta hasta 200.
Entre tanto, el presidente Jayawardene abri¨® un di¨¢logo con las fuerzas pol¨ªticas, la Conferencia de Todos los Partidos (CTP), iniciativa que comenz¨® revelando lo inadecuado de su nombre por la autoexclusi¨®n del Partido de la Libertad, de la anterior primera ministra, Sirimavo Bandaranaike, que exige la convocatoria de elecciones anticipadas (el Parlamento elegido en 1977 fue prorrogado por otros seis a?os, tras un refer¨¦ndum celebrado el 22 de diciembre de 1982).
La v¨ªa violenta
La CTP s¨ª cont¨®, en cambio, con la participaci¨®n de las formaciones legales tamiles, encabezadas por el Frente Unido de Liberaci¨®n Tamil (TULF), formaci¨®n moderada partidaria de la autonom¨ªa y muy lejos de las reivindicaciones independentistas de los grupos guerrilleros. Tambi¨¦n participan representantes de la mayor¨ªa de los grupos ¨¦tnicos y de las organizaciones religiosas. El TULF pide la creaci¨®n de consejos regionales para reemplazar a los 25 distritos del pa¨ªs. La mayor¨ªa cingalesa se niega por considerar que ¨¦ste puede7 ser el germen de una administraci¨®n regional tamil, a la que se oponen. Jayawardene ha llegado a proponer la creaci¨®n de una segunda C¨¢mara parlamentaria. Y la guerrilla tamil desprecia todas estas opciones y sigue apostando por la v¨ªa violenta como la ¨²nica que permitir¨¢ la independencia de su pa¨ªs.
Hay que anotar tambi¨¦n la existencia de diferentes grupos tamiles y el hecho de que son los ilegados a finales del siglo XIX desde la India, para trabajar en las plantaciones de t¨¦ del norte, los que est¨¢n menos integrados. En su inmensa mayor¨ªa, no tienen la nacionalidad de Sri Lanka. Decenas de miles de ellos han vuelto a su pa¨ªs de origen en los ¨²ltimos 12 meses. Son el mejor fermento del extremismo.
As¨ª las cosas, los acontecimientos de los ¨²ltimos d¨ªas han vuelto a, despertar los temores de que Sri Lanka viva una explosi¨®n de violencia como la de hace un a?o, que el sistema democr¨¢tico dificilmente podr¨ªa superar (ya en 1983, el poder se escud¨® en los disturbios para prohibir tres partidos de oposici¨®n).
El 2 de agosto, la explosi¨®n de dos bombas en el aeropuerto de madras, capital del Estado indio de Tamil Nadu, caus¨® 30 muertos. Las sospechas se centran en extremistas tamiles que, al parecer, pretend¨ªan volar dos aviones de Air Lanka. Dos d¨ªas m¨¢s tarde, la guerrilla lanzaba una nueva ofensiva contra el Ej¨¦rcito en la zona de Jaffna.
La Prensa india public¨® (y Colombo desminti¨®) que m¨¢s de 110 personas 'murieron como consecuencia de un bombardeo naval contra Valvetiturai, en la costa norte de la isla. El s¨¢bado, un comando tamil tendi¨® una emboscada a una patrulla del Ej¨¦rcito y mat¨® a seis soldados. Ese mismo d¨ªa, una misteriosa explosi¨®n en un cuartel de polic¨ªa cerca de Jaffna caus¨® la muerte de 19 personas, detenidos tamiles en su inmensa mayor¨ªa. El edificio hab¨ªa sido desalojado poco antes por las fuerzas de seguridad, entre las que no hubo un ninguna v¨ªctima. Todos estos hechos conforman una nueva espiral de violencia que de momento se circunscribe a la zona norte del pa¨ªs, pero que, como hace un a?o, podr¨ªa no tardar en llegar a las calles de Colombo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.