S¨®lo las funerarias no cierran sus puertas en Jaffna, la capital tamil de Sri Lanka
Los establecimientos funerarios son los ¨²nicos comercios que se pueden encontrar siempre abiertos estos d¨ªas en Jaffna, la aterrorizada capital de la zona mayoritariamente tamil del norte de Sri Lanka (Ceil¨¢n). Los habitantes de la localidad apenas se atreven a salir a la calle por miedo de encontrarse con una bala, de las muchas que se est¨¢n derrochando en los enfrentamientos entre los separatistas tamiles y el Ej¨¦rcito. La inmensa mayor¨ªa de los comercios est¨¢n cerrados. Entre tanto, el presidente, Junius R. Jayawardene, ha reiterado que no est¨¢ dispuesto a permitir la partici¨®n de la isla.Los taxistas no circulan por las calles de Jaffna. Uno de ellos fue muerto a tiros en su veh¨ªculo el pasado viernes. En una calle desierta, un sacerdote cat¨®lico dice a los periodistas que pas¨® mucho miedo el domingo para ir a decir misa. El Hospital General trabaja las 24 horas, pero s¨®lo con la mitad de su personal. El resto no se atreve, desde que el edificio fue alcanzado por numerosos disparos el 5 y el 6 de agosto.
Sin embargo, las funerarias -con nombres como Nueva Casa Resplandeciente y Casa Blanca- proporcionan un servicio ininterrumpido para las v¨ªctimas de la ¨²ltima explosi¨®n de violencia entre las fuerzas de seguridad y los extremistas tamiles, que luchan por la consecuci¨®n de un Estado independiente del Gobierno de Colombo. En los 10 ultimos d¨ªas han muerto en el norte tamil de Sri Lanka cerca de 100 personas.
En Jaffna y otras ciudades tamiles, los habitantes aseguran que los soldados han disparado indiscriminadamente contra las, multitudes para vengar la muerte de sus compa?eros en ataques guerrilleros, una acusaci¨®n que el ministro de Seguridad, Lalith Athulathmudali, rechaza indignado.
Fuerza de ocupaci¨®n
Los tamiles -hind¨²es, en su mayor parte- representan el 20% del total de la poblaci¨®n de Sri Lanka, y acusan a la mayor¨ªa cingalesa de discriminaci¨®n en la lengua, el trabajo y la educaci¨®n. Los tamiles m¨¢s extremistas pretenden la creaci¨®n de un Estado totalmente independiente en la zona norte de la isla, en la que son mayor¨ªa. En julio de 1983, los enfrentamientos ¨¦tnicos causaron entre 400 y 1.000 muertos, seg¨²n las fuentes. Casi todas las v¨ªctimas eran tamiles.
El obispo cat¨®lico de Jaffna, B. Deogupillai, que asegura no poder condenar a los muchachos -como se conoce a los guerrilleros-, estima que "el peligro no viene del pueblo, sino del Ej¨¦rcito", que se est¨¢ comportando "como una fuerza de ocupaci¨®n".
Por su parte, el presidente de Sri Lanka, Junius R. Jayawardene, asegur¨® ayer que no permitir¨¢ que el pa¨ªs se divida en dos y que cingaleses y tamiles deben ser capaces de vivir pac¨ªficamente en las ¨¢reas en que son minoritarios. Pero ni las palabras del jefe del Estado, ni sus intentos de llegar a un acuerdo negoclado sobre el conflicto, con una Conferencia de Todos los Partidos (CTP), se han revelado hasta el momento eficaces.Residentes de Mannar, en la costa noroccidental de la isla, aseguran que el Ej¨¦rcito ha incendiado varios edificios para vengar la muerte de seis soldados en una emboscada guerrillera. Por otra parte, los extremistas tamiles atacaron, tambi¨¦n ayer, una comisar¨ªa de polic¨ªa de Velvetiturai, localidad que, seg¨²n informaciones de la Prensa india -desmentidas por Colombo-, sufri¨® hace unos d¨ªas un bombardeo de la Marina que caus¨® la muerte de 110 personas.
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