El fiel Honecker pone nervioso al Kremlin
Mosc¨² condena duramente un posible acercamiento entre las dos Alemanias
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El microclima m¨¢s c¨¢lido que se est¨¢ creando entre los dos Estados alemanes, m¨¢s all¨¢ de los misiles, americanos o sovi¨¦ticos, que siembran sus respectivos territorios, pone en cuesti¨®n las congeladas relaciones Este-Oeste y despierta en el Kremlin el temor de ver mermada su influencia sobre su principal aliado europeo. As¨ª parecen ponerlo de manifiesto los mensajes que desde la Prensa sovi¨¦tica -especialmente desde Pravda- se est¨¢n mandando a Bonn y a Berl¨ªn Oriental. Los mensajes plantean un interrogante como tel¨®n de fondo: ?hasta qu¨¦ punto son id¨¦nticos los intereses de la URSS y la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) cuando se dirigen a la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) en las actuales circunstancias? La l¨®gica de los bloques y el statu quo de la posguerra dejan escaso margen de maniobra a los dos Estados alemanes.El l¨ªder alem¨¢n oriental Erick Honecker, hijo de minero y comunista desde la misma infancia, cree que ese margen es suficiente para pedir cr¨¦ditos a la RFA y planear un viaje a la que fue su tierra natal (Honecker naci¨® en 1912 en El Sarre), que, de no mediar imprevistos, se realizar¨¢ a finales del pr¨®ximo septiembre.
El margen de maniobra de Honecker pasa, de momento, por un lenguaje diferente al del Kremlin en el tema fundamental de la seguridad europea: la instalaci¨®n de los misiles nucleares en el continente por parte de la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN) y el Pacto de Varsovia. Mientras, el Kremlin pone el acento en las contramedidas destinadas a contrarrestar a los misiles Pershing y los de crucero de la OTAN y en la necesidad de mantener el equilibrio estrat¨¦gico, Honecker insiste en la necesidad de limitar los da?os causados al proceso de distensi¨®n "en el nivel m¨¢s bajo posible". El dirigente alem¨¢n subraya tambi¨¦n la urgencia del di¨¢logo entre el Este y el Oeste. "En cualquier caso, es mejor negociar 10 veces que disparar una vez", afirmaba el pasado noviembre, cuando Mosc¨² ya hab¨ªa decidido abandonar las negociaciones de Ginebra sobre misiles nucleares.
Diversas pistas hacen pensar a los observadores pol¨ªticos que la instalaci¨®n de cohetes operativo-t¨¢cticos en territorio de la RDA (en el marco de las contramedidas) ha despertado malestar en aquel pa¨ªs. Las exhortaciones de Honecker al di¨¢logo y a la vuelta de la distensi¨®n no parecen suscitar, sin embargo, demasiado entusiasmo entre quienes determinan, en la actualidad la pol¨ªtica exterior sovi¨¦tica, un campo donde Gromiko ha incrementado considerablemente su protagonismo en los ¨²ltimos meses. ?sta es la opini¨®n de quien asegura haber visto c¨®mo el jefe de la diplomacia sovi¨¦tica interrump¨ªa bruscamente al l¨ªder Konstant¨ªn Chernenko durante una conversaci¨®n con un dirigente extranjero.
El editorial aparecido en el peri¨®dico Pravda el pasado 2 de agosto conten¨ªa, en opini¨®n de observadores del Este y del Oeste, una seria advertencia a Honecker por aceptar un cr¨¦dito alem¨¢n occidental de 950 millones de marcos, que, en opini¨®n de Mosc¨², lleva aparejado el chantaje econ¨®mico para "interferir en los asuntos soberanos" de la RDA.
El art¨ªculo de Pravda pon¨ªa el grito en el cielo, porque el cr¨¦dito en cuesti¨®n va ligado a "exigencias pol¨ªticas" tales como la "creaci¨®n de condiciones para una mayor expansi¨®n del tr¨¢fico de visitantes de la, RFA y Berl¨ªn Occidental, la liberalizaci¨®n de la importaci¨®n de publicaciones en la RDA...". Para el Kremlin, esto se asemeja a "un intento de obtener nuevos canales para la influencia ideol¨®gico-pol¨ªtica". A Honecker, con todo, parece que no le importa tanto la "ideolog¨ªa burguesa en idioma alem¨¢n" que los medios de comunicaci¨®n y los millones de visitantes de la RFA llevan consigo a la RDA. En estas condiciones, se?alaba el pasado julio en una entrevista aparecida en Kmsomolskaia Pravda, "madura ya la tercera generaci¨®n de j¨®venes comunistas, curtidos en la lucha y endurecidos ideol¨®gicamente".
La supuesta "misi¨®n especial" de ambos Estados alemanes en el sentido de "limitar el da?o" causado por la nueva fase de la carrera de armamentos en Europa era otra de las cosas contra las que arremet¨ªa el editorial de Pravda. El diario atribu¨ªa esta ocurrencia a los dirigentes de Bonn, pero en realidad utilizaba palabras pronunciadas por Honecker. El art¨ªculo era s¨®lo una r¨¢faga -la m¨¢s fuerta hasta ahora- en una sorda guerra de contribuciones period¨ªsticas iniciada el a?o pasado. Se trata de una guerra de matices, una discusi¨®n sobre prioridades, en la que toman posiciones los distintos Estados del Pacto de Varsovia sin alusiones personales. As¨ª, mientras la Prensa polaca y checoslovaca se hacen eco de los ataques de Mosc¨², Neues Deutschland, el ¨®rgano del Partido Comunista de la RDA (SED), se dedica a publicar avales internacionales (como. el del primer ministro griego, Papandreu) a la pol¨ªtica pro distensi¨®n de Honecker. En este camino, la RDA encuentra un aliado en Hungr¨ªa, que defiende el papel de los peque?os Estados del Este y Occidente. en la b¨²squeda de una distensi¨®n m¨¢s all¨¢ del enfrentamiento entre superpotenc¨ªas.
Pese al car¨¢cter especial de las relaciones entre la RDA y la RFA, fuentes alemanas orientales prefieren no concentrarse en ellas y stibrayar la diversidad de los contactos que Honecker ha tenido este a?o con pol¨ªticos occidentales, desde el canciller Helmuth Kohl junto al f¨¦retro de Andropov, el pasado febrero, a los dirigentes de Grecia, Italia, Francia y Suecia, "en la l¨ªnea y el esp¨ªritu expresados en el Acta Final de Helsinki".
Un viaje discutido .
El programado viaje de Honecker a la RFA ha despertado especulaciones sobre la oposici¨®n de la URSS. Funcionarios de la RFA creen que la visita fue discutida en el Kremlin durante la estancia de Honecker en Mosc¨² con ocasi¨®n de la cumbre extraordinaria del Comecon el pasado julio. Fuentes del Este se muestran cautelosas en la evaluaci¨®n del viaje, cuya importancia "depender¨¢ del resultado". De momento, la RFA se niega a intercambiar embajadores con la RDA y evita cuidadosamente acultar de alguna forma la irreversibilidad de la existencia de dos Estados alemanes.
La reunificaci¨®n (wiedervereinigung) fue defendida por la URSS (sobre unas determinadas bases que no fueron aceptadas) hasta que ambos Estados alemanes se alinearon en dos ¨®rdenes internacionales distintos, en los a?os cincuenta. Hoy este es un concepto "falto de realismo pol¨ªtico", y la RDA pone m¨¢s ¨¦nfasis en marcar las diferencias que separan a alemanes del Este y del Oeste que los parecidos.
En el viaje de Honecker a su tierra natal no hay ning¨²n sentimiento nost¨¢lgico, se?alan fuentes del Este, porque "un hombre que ha luchado contra el nazismo y a quien una Alemania unida mantuvo 10 a?os en la c¨¢rcel (1935-1945) no puede albergar simpat¨ªas por un pa¨ªs que acoge a los fascistas". Desde hace unos meses, precisamente desde poco antes de la visita del ministro del Exterior de la RFA, Hans Dietrich Genscher, a Mosc¨², el tema del revanchismo en la RFA es una constante en la prensa de la URSS. Casi no pasa d¨ªa sin que.se publique un art¨ªculo donde se haga referencia a la proliferaci¨®n de nost¨¢lgicos deseosos de restablecer las fronteras del Reich vigentes en 1937. Para la URSS, estos grupos tienen el amparo del Gobierno democristianoliberal y crecen en el caldo de cultivo que destilan los misiles Pershing y los de crucero. As¨ª, unas acusaciones que se hab¨ªan olvidado pr¨¢cticamente en los tiempos de la ostpolitik de la socialdemocracia en la RFA se conectan ahora con la protesta por la instalaci¨®n de los cohetes en territorio alem¨¢n occidental. Ambas cosas se unen en un discurso que considera a la RFA, junto con EE UU, principal responsable de la tensi¨®n en Europa. La RFA ha perdido el papel mediador entre EE UU y la URSS que ten¨ªa en tiempos de Breznev. Esto qued¨® patente durante la visita de Genscher a Mosc¨². Si otro pa¨ªs puede desempe?ar esa funci¨®n es algo que est¨¢ por ver.
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