Los 'misiles' ol¨ªmpicos
A FALTA de misiles, buenos son atletas. Las dos superpotencias, Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, est¨¢n demostrando que el deporte se ha convertido para sus dirigentes -por otro lado, muy poco deportivos- en la principal arma veraniega de la guerra fr¨ªa. Este a?o el primero en golpear fue Estados Unidos, con una ceremonia de apertura de los Juegos Ol¨ªmpicos con sabor a cine musical de Hollywood. Ahora ha sido la URSS, con una r¨¦plica, en los Juegos de la Amistad, de estilo muy cercano al de El acorazado Potemkin.
Estadounidenses y sovi¨¦ticos han conseguido una marca mundial al alim¨®n: llevar el movimiento ol¨ªmpico al punto m¨¢s alejado que ha estado nunca del esp¨ªritu con el que naci¨®. Incluso ha desaparecido la te¨®rica -y moment¨¢nea- confraternizaci¨®n entre los pueblos dentro del estadio, y los callejones de las pistas se han convertido en un sustitutivo de los campos de batalla. Las victorias se programan y buscan para despertar fervor patri¨®tico, con el mensaje subliminal de que es todo un sistema de vida, el de la hamburguesa o el de los planes quinquenales, lo que hay detr¨¢s d¨¦ cada marca. No hay ning¨²n pudor por ocultarlo, y as¨ª, el desfile de los ganadores norteamericanos por las calles de Nueva York estuvo concebido como el de los soldados que regresaban.
EE UU y la URSS han aprovechado sus respectivas oportunidades para intentar ganar simpat¨ªas y aumentar la moral guerrera de sus respectivos ciudadanos. Ronald Reagan no dej¨® pasar la oportunidad de vender su producto a pocos meses de las elecciones presidenciales, y aunque el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) s¨®lo le dej¨® pronunciar las 16 palabras protocolarias en la inauguraci¨®n de los Juegos de Los ?ngeles, sus asesores de imagen supieron encontrarle una ocasi¨®n para que pronunciara su mensaje pol¨ªtico al dirigirse a los deportistas de su pa¨ªs. Reagan dijo entonces: "Hay un nuevo patriotismo que cruza nuestro pa¨ªs: es el amor a nuestra manera de vivir; es una actitud positiva ante las cosas fundamentales, nuestra libertad, nuestra honestidad y nuestro sentido del juego limpio. ( ... ) Vosotros represent¨¢is ese nuevo esp¨ªritu del que hablo. ( ... ) El ideal americano no es s¨®lo ganar, sino ir m¨¢s lejos de lo que se puede".
En Mosc¨² no ha habido restricciones ol¨ªmpicas para los discursos, y Marat Gramov, jefe del Comit¨¦ de Deportes sovi¨¦tico, dijo en la ceremonia de apertura de los Juegos de la Amistad: "El deporte en la URSS ha llegado a estar al alcance de todos. Ofrecemos posibilidades de practicarlo sin distinguir nacionalidades, porque el deporte est¨¢ destinado a ser paz entre los pueblos. Por eso Amistad-84 es deporte, amistad y paz".
La competencia, la comparaci¨®n, lleg¨® al paroxismo en los espect¨¢culos de las ceremonias de apertura. Mientras en Los ?ngeles se ofreci¨® una exaltaci¨®n hist¨®rica de Estados Unidos, con montajes esc¨¦nicos dignos de Broadway, el mensaje sovi¨¦tico se concentr¨® en cuatro montajes gimn¨¢sticos impregnados del llamado realismo socialista, titulados nada menos que La infancia feliz, Del deporte de masas a la maestr¨ªa, La reserva juvenil de la clase obrera e Izar la bandera del deporte sovi¨¦tico, despu¨¦s de sus cr¨ªticas a la excesiva comercializaci¨®n de la organizaci¨®n privada de Los ?ngeles y de haberse autopresentado como los ac¨¦rrimos defensores del esp¨ªritu de la Carta Ol¨ªmpica.
Juan Antonio Samaranch, presidente del COI, escribi¨® recientemente en este diario: "No hay duda de que este 1984 es un a?o dif¨ªcil (yo dir¨ªa incluso muy dificil) para el deporte, y concretamente para su c¨²spide, que es el movimiento ol¨ªmpico". As¨ª ha sido: el movimiento ol¨ªmpico se meti¨® en un callej¨®n sin salida cuando eligi¨® Mosc¨² y Los ?ngeles como sedes de dos Juegos consecutivos, prescindiendo de los datos de la realidad, de la guerra fr¨ªa. Ahora el futuro no parece halag¨¹e?o.
Los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos deben disputarse en Corea del Sur, un pa¨ªs que no mantiene relaciones pol¨ªticas con la URSS, que est¨¢ fuertemente supeditado econ¨®mica y militarmente a Estados Unidos y que padeci¨® hace un a?o muerte de m¨¢s de 200 compatriotas en el derribo de un avi¨®n comercial que desvi¨® su rumbo. Muy dif¨ªcilmente los deportistas conseguir¨¢n salir de la trampa en que se hallan encerrados: las superpotencias no conciben que el objetivo de sus largos a?os de entrenamientos y sacrificios sea la mera conquista de unas medallas. Hay otras conquistas m¨¢s ambiciosas en juego, y para ellas los atletas son excelentes misiles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.