Primero los trituran, luego los ahogan
La fiesta de toros actual es como se desarroll¨® ayer en Bilbao. Primero tritura los toros la acorazada de picar, luego el matador los ahoga. No se trata de que les meta la cabezota en una palangana de agua, aunque todo se andar¨¢ Ahogar a los toros, en jerga taurina, es citarlos demasiado cerca tanto que se les impide la embestida, a consecuencia de lo que podr¨ªa llamarse opresi¨®n vital, con perd¨®n.El desarrollo de la fiesta corre paralelo a las pintorescas voces que emplean los taurinos de esta hora, quienes desconocen de la tauromaquia hasta su riqu¨ªsimo vocabulario. Por ejemplo, siempre se dijo "encelar" al toro; o sea, in citar su celo para con el enga?o cuando se resiste a embestir. Ahora, los taurinos, principalmente los banderilleros, dicen "acostumbrarlo".
Plaza de Bilbao
23 de agosto. Cuarta corrida de feria.Toros de Manuel Gonz¨¢lez, muy desiguales de presencia; el segundo, sospechos¨ªsimo de pitones; en general mansurrones aunque dieron juego. Jos¨¦ Antonio Campuzano. Pinchazo hondo muy bajo y trasero y bajonazo (ovaci¨®n y salida al tercio). Media tendida ca¨ªda -aviso con dos minutos de retraso- y dos descabellos (vuelta). Yiyo. Pinchazo y bajonazo (silencio). Media tendida desprendida (ovaci¨®n y salida al tercio). Curro Dur¨¢n. Estocada (silencio). Estocada desprendida (palmas). Un toro de Manuel Gonz¨¢lez, para el rejoneador Manuel Vidri¨¦, oreja. Cay¨® una fuerte tromba de agua antes de comenzar la corrida, que tuvo que retrasarse en media hora. Yiyo y, Manuel Vidri¨¦ entraron en el cartel para sustituir a Paco Ojeda, que estaba anunciado v que izo tore¨®, pues present¨® parte facultativo.
Los banderilleros gritan mucho mientras el matador torea.- Es otra de las novedades de la neotauromaquia. Antes, a los banderillero ni se les ocurr¨ªa dar la ?ata durante la lidia con consejos y chismes como hacen ahora, porque el matador les mandaba callar y de usted: "mientras yo atoree, ust¨¦ se calla y toma el olivo".
"?Acost¨²mbrale!" -de t¨², faltar¨ªa m¨¢s- se les oye gritar a lo banderilleros desde la boca del burladero y el matador, obediente le acostumbra. Al toro. Mientras acostumbra al toro, que consiste en ahogarle la embestida, aburre al p¨²blico, pero ¨¦ste no es problema. Al p¨²blico, que le vayan dando.
Dos tercios de la lidia se los pasa el p¨²blico presenciando resignadamente c¨®mo la acorazada de picar desuella toros, como los peones clavan las banderillas de una en una, o ninguna. Ayer, en Bilbao, Antonio Chac¨®n y Villita prendieron dos excelentes pares, pero ¨¦sa es la excepci¨®n. Y el otro tercio de la lidia se lo pasa el p¨²blico contemplando como los matadores "acostumbran" al toro.
El toro ya llega triturado de varas y cuando un se?or de luces se le coloca al lado de la pala del pit¨®n y le pone el trapo ante los ojos, dice que embista Rita. Jos¨¦ Antonio Campuzano tuvo un toro de boyante embestida, el cuarto, y adem¨¢s de que le atosigaba con el encimismo, le templ¨® muy poco. Lo mismo hizo Yiyo con el quinto, otro noble ejemplar. A Curro Dur¨¢n le correspondi¨® peor lote: un colorao hondo, cinque?o, que acud¨ªa corto y con la cara alta, un negro derrengado de media arrancada. No eran toros pastue?os, pero tampoco el diestro aport¨® t¨¦cnica medianamente buena para dominarlos.
El primero, de llamativo pelaje ensabanao, fue un noble toro de casta, cuyo genio desbord¨® a Campuzano. El segundo era impresentable, por chico, por cornicorto, por sospechoso de pitones. Manso y gazap¨®n, Yiyo le dio pases por todo el ruedo, sin conseguir corregirle el defecto.
Yiyo sustitu¨ªa a Paco Ojeda, que present¨® un parte facultativo. Tambi¨¦n le sustitu¨ªa Manuel Vidri¨¦. El rejoneador tore¨® muy bien a un manso al que, en vez de acostumbrarle, le encel¨® de verdad. En los quiebros, estuvo cumbre. Una tromba de agua oblig¨® a retrasar en media hora el comienzo de la corrida y el rejoneador emple¨® otra media hora en su toro. De noche cerrada acab¨® la corrida y el p¨²blico sali¨® harto de toros triturados, ahogados y acostumbrados.
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