La oferta de negociaci¨®n con ETA estaba en los planes iniciales del Gobierno socialista

Viene de la p¨¢gina primera

Adem¨¢s del hecho in¨¦dito de brin darse a la negociaci¨®n, el Gobierno pone condiciones radicalmente nuevas al ofrecer la posibilidad de intregrarse en la sociedad a todos los miembro de ETA, sin excluir a los que est¨¦n implicados en delitos de sangre. Con este planteamiento, el Gobierno se muestra dispuesto, antes de iniciar la posible negociaci¨®n, a dar una r¨¦plica posibilista a la demanda de amnist¨ªa para presos y refugiados, primero de los cinco puntos de la alternativa KAS, que propugnan ETA y Herri Batasuna. Ante la imposibilidad de conceder una amnist¨ªa por prohibici¨®n constitucional, la disposici¨®n del Gobierno a revisar con "magnanimidad" la situaci¨®n de cada uno de los miembros de la organizaci¨®n permite dar una salida al m¨¢s delicado de los puntos de la alternativa KAS.

Otro aspecto pol¨ªtico y novedoso de la oferta es el anuncio de que se est¨¢ dispuesto a negociar directamente con ETA, incluso con la participaci¨®n de un miembro tan significado del Gobierno como el ministro del Interior, con la marginaci¨®n de todo intermediario, papel que hab¨ªan reivindicado para s¨ª con reiteraci¨®n el Partido Nacionalista Vasco y el lendakari Garaikoetxea, como representantes de la mayor¨ªa pol¨ªtica del Pa¨ªs Vasco. Fuentes allegadas al lendakari, que el jueves pasado lament¨® no haber sido informado por el Gobierno de su nueva actitud, informaron ayer que no se ha producido ning¨²n contacto posterior entre ¨¦ste y el presidente Gonz¨¢lez. Un alto cargo gubernamental declar¨® tambi¨¦n ayer que el ofrecimiento de Garaikoetxea de "hacer lo que sea necesario" para contribuir a la pacificaci¨®n de Euskadi, en lo tocante a la mediaci¨®n con ETA, no va a ser atendido.

La marginaci¨®n del partido mayoritario vasco en esta negociaci¨®n tambi¨¦n es una pieza nueva del rompecabezas antiterrorista dise?ado hace largo tiempo y que constaba b¨¢sicamente de cinco l¨ªneas de actuaci¨®n:

- Debilitamiento policial de ETA, que a la llegada de los socialistas al poder se presentaba como una organizaci¨®n con gran capacidad de actuaci¨®n dentro y fuera del Pa¨ªs Vasco.

- Asunci¨®n de la direcci¨®n de la lucha antiterrorista por responsables pol¨ªticos, que estaba en manos de funcionarios policiales.

- Emprender una acci¨®n diplom¨¢tica que asentara ante la opini¨®n p¨²blica internacional la realidad de la democracia espa?ola para deshacer equ¨ªvocos, que, especialmente en lo relativo a la estructura auton¨®mica del Estado, se manten¨ªan intactos, pese a los a?os transcurridos desde la implantaci¨®n del r¨¦gimen constitucional en Espa?a. En este punto de la acci¨®n exterior, Francia, en cuanto que base principal de los etarras, merec¨ªa atenci¨®n prioritaria para el Gobierno.

- Impedir que el Partido Nacionalista Vasco capitalizara pol¨ªticamente y m¨¢s que ning¨²n otro grupo abertzale la actividad de ETA.

- En un determinado momento de desgaste de ETA, no prefijado por el Gobierno ni en el tiempo ni en sus circunstancias concretas, se plantear¨ªa la necesidad de dar una salida negociada a los terroristas.

La elecci¨®n del momento

Las razones que han llevado al Gobierno a elegir este momento son tambi¨¦n varias. Por una parte, el convencimiento de que se ha alcanzado un debilitamiento suficiente de ETA, provocado sustancialmente por la p¨¦rdida del santuario franc¨¦s, que ha facilitado la acci¨®n policial dentro de Espa?a. El acoso policial y diplom¨¢tico, las acciones de los Grupos Antiterroristas de Liberaci¨®n (GAL) en Francia, las deportaciones y la amenaza de extradiciones a Espa?a, la imposibilidad de los grupos de apoyo a ETA -gestoras pro amnist¨ªa y Herri Batasuna- de provocar grandes movilizaciones populares, junto al descenso de la actividad terrorista, han llevado al Gobierno a pensar que ¨¦ste era un buen momento para el ofrecimiento.

El Gobierno estima que esperar un desgaste mayor de la organizaci¨®n, en lo que sigue empe?ado, podr¨ªa acarrear el riesgo de reacciones desesperadas, de las que siempre es capaz un grupo terrorista por peque?o qu¨¦ sea, que dificultaran una salida controlada del proceso. Incluso los responsables policiales asumen que uno de los riesgos que tiene el ofrecimiento efectuado a ETA es que ¨¦sta trate de demostrar, mediante un atentado de gran repercusi¨®n pol¨ªtica o incluso un atentado-matanza, que no es una organizaci¨®n gastada.

De cara a la opini¨®n p¨²blica internacional, el ofrecimiento hecho ahora tiene la ventaja de frenar la campa?a que est¨¢n llevando a cabo ETA y los partidos abertzales, incluido el PNV, para evitar que el Gobierno franc¨¦s se pronuncie a favor de las extradiciones. El Gobierno entiende que su reivindicaci¨®n ante Francia ha ganado enteros, y, seg¨²n un alto cargo del mismo, tiene fe total en que la v¨ªa de las extradiciones se va a abrir en los meses pr¨®ximos. Para ETA ser¨ªa el m¨¢s duro golpe pol¨ªtico, y el Gobierno tendr¨ªa en ello una soluci¨®n a los problemas que est¨¢ encontrando para colocar a los etarras expulsados de Francia en otros pa¨ªses.

En este aspecto las autoridades espa?olas cuentan todav¨ªa con "alg¨²n cupo disponible" en alg¨²n pa¨ªs centroamericano y conf¨ªan en ampliarlo en otros, posiblemente en Cuba, pero las dificultades de colocaci¨®n de los etarras expulsados por Francia aconsejan que la colaboraci¨®n de este pa¨ªs sea m¨¢s selectiva en el futuro, una vez que el efecto psicol¨®gico sobre ETA ya se ha alcanzado con las 25 deportaciones.

El momento pol¨ªtico de producir este anuncio ven¨ªa supeditado en gran medida por las relaciones con el PNV. En el equipo del Gobierno se ha implantado la idea de que el planteamiento exclusivamente pol¨ªtico que hacen del terrorismo los nacionalistas, lejos de ayudar a poner fin a la actividad de ETA, supone una complicaci¨®n.

Las declaraciones del PNV y del lendakari en contra de las extradiciones, la petici¨®n de los nacionalistas al Gobierno de Par¨ªs de que Francia siga siendo territorio de asilo para los "perseguidos pol¨ªticos" -adem¨¢s del desgaste que ha supuesto ante la opini¨®n espa?ola la reciente guerra de las banderas-, han permitido al Gobierno presentar al PNV como autoexcluido del proceso de negociaci¨®n. La radicalizaci¨®n de los nacionalistas en sus demandas auton¨®micas es la reacci¨®n l¨®gica esperada por Madrid.