D¨¢maso, el que los trae 'toreaos'
JOAQUIN VIDAL D¨¢maso Gonz¨¢lez trae a los toros toreados. "Los trae toreaos", exclaman con sombro los taurinos. Son nuevas formas de definir los aconteceres de la lidia, con voces aproximativas y circunloquios. M¨¢s f¨¢c¨ªl ser¨ªa decir que torea, y punto. En el vocabulario taurino siempre se¨¢plic¨® la voz torear para el torero que hac¨ªa lo que en D¨¢maso Gonz¨¢lez es cotidiano. Claro que ahora casi nadie torea en sentido estricto, a lo sumo pega pases. Ni, por ejemplo, liga las suertes, y por eso cuando alguien lo hace, en vez de decir que lig¨®, el taurinismo explica el proceso de la ligaz¨®n ("deja la muleta puesta para que el toro embista otra vez...- etc¨¦tera) o suple el t¨¦rmino cl¨¢sico por empalmar. Cualquier cosa.
Plaza de San Sebasti¨¢n de los Reyes
30 de agosto. Tercera de feria.Toros de El Chaparral, bien presentados, encastados. D¨¢maso Gonz¨¢lez. Palmas y oreja. Morenito de Maracay. Oreja y oreja. Curro Dar¨¢n. Vuelta y vuelta.
D¨¢maso Gonz¨¢lez instrument¨® ayer al toro que abri¨® plaza una de sus faenas t¨ªpicas que, est¨¦tica aparte, fundamenta en el temple y la ligaz¨®n. Con el cuarto, su muleteo constituy¨® un puro alarde t¨¦cnico. Citaba de largo, enviaba el toro a Valladolid; lo citaba de nuevo sin enmendarse; aguantaba la arrancada codiciosa, paraba-templaba-mandaba, y el toro volv¨ªa a encontrarse en Valladolid. Siempre con el temple m¨¢s exquisito" siempre ligando. Tra¨ªa al toro toreao, por supuesto, pues el alarde de D¨¢maso es torear.
Bien distinto a lo de sus compa?eros, mucho m¨¢s en el caso de Morenito de Maracay. A este diestro le correspondi¨® en primer lugar el mejor toro de la corrida, que si manso declarado en varas, a la muleta lleg¨® con una codicia y una boyant¨ªa clamorosas. Morenito bajaba la mano mucho y bien en el natural y el redondo, pero en el remate rectificaba terrenos apresuradamente. No los tra¨ªa toreaos, menos a¨²n consegu¨ªa ligar. Instrument¨® dos molinetes preciosistas, algunos pases de pecho hondos, sum¨® numerosos pases, en tanto la pastue?a condici¨®n del toro reclamaba toreo; algo muy distinto a lo que sab¨ªa hacerle Morenito.
El quinto tuvo mansedumbre y casta. Hu¨ªa de los caballos, ped¨ªa pelea con los de a pie. Morenito intent¨® prenderle cuatro pares de banderillas, de las cuales tres cayeron en el toro y cinco en la arena (en el segundo, s¨®lo hab¨ªa colocado bien un par al quiebro). Agotado el toro en el ¨²ltimo tercio, Morenito le aplic¨® un trasteo superficial. En cambio mat¨® de una estocada por el hoyo de las agujas. Fue tarde de estoqueadores buenos. Curro Dur¨¢n tambi¨¦n tumb¨® a sus toros de volapi¨¦s soberanos, con los que coronaba faenas muy mediocres. Curro Dur¨¢n es un torero voluntarioso que carece de personalidad y que no parece sentir esa vibraci¨®n indefinible que produce el ejercicio del toreo. Y si ¨¦l mismo no la siente, el p¨²blico a¨²rt la percibe menos. Mientras Dur¨¢n pegaba pases, la gente estaba de tertulia. Muchas amistades se hacen en los tendidos mientras act¨²an diestros sin garra como Curro Dur¨¢n.
La tarde tambi¨¦n fue de toros interesantes. Terciados, ten¨ªan el trap¨ªo que exige la categor¨ªa de la plaza. Y casta ten¨ªan tambi¨¦n, igual los que salieron bravos, como los mansos. Cuando un toro exhibe en el ruedo su casta, el espect¨¢culo recupera la emoci¨®n argumentada que lo hizo favorito del pueblo que le dio vida y lo integr¨® en su patrimonio cultural. La corrida de ayer en San Sebasti¨¢n de los Reyes result¨® por ello divertida, a¨²n con sus muchas carencias y limitaciones. Y cuando el torero "los tra¨ªa toreaos", a?ad¨ªa calidad art¨ªstica a los importantes valores que caracterizan a la fiesta verdadera.
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