Shamir, ministro de Exteriores en el primer Gabinete de unidad nacional de Israel
La relativa p¨¦rdida de fuerzas sufrida por el Partido Laborista facilit¨® lo que parece ser ya el acuerdo en firme para la formaci¨®n de un Gobierno de unidad nacional con el Likud. Imposibilitado el laborismo de obtener mayor¨ªa parlamentaria propia, e incapaz el Likud de superar los 54 votos, las salidas posibles quedaron reducidas a solamente dos: convocar nuevas elecciones de inmediato, sin que pudiera esperarse ning¨²n cambio decisivo en la relaci¨®n de fuerzas, o llegar las dos grandes formaciones pol¨ªticas a un acuerdo, cediendo cada una en sus pretensiones.El Partido Laborista ha dejado de lado su rechazo a la rotaci¨®n en el cargo de primer ministro, pero se ha asegurado el Ministerio de Defensa, aunque ha cedido la cartera de Finanzas. Pero ¨¦sta, aparentemente, ser¨¢ entregada a un miembro del Partido Liberal, Isaac Moda¨ª, tendencia que dentro del Likud est¨¢, al menos en principio, m¨¢s cerca del laborismo que el partido de Shamir, el Jerut. El Gobierno de unidad nacional durar¨¢ 50 meses, y durante los primeros 25 ejercer¨¢ el cargo de primer ministro Sim¨®n Peres, actuando Shamir como viceprimer ministro y titular de Asuntos Exteriores. Al t¨¦rmino de ese primer plazo se producir¨¢ la rotaci¨®n en los cargos. El resto del Gabinete, que constar¨¢ de 24 carteras, ser¨¢ repartido por partes iguales entre los dos bloques. Cada uno de ellos dar¨¢ cargos de esas 12 carteras a sus aliados.
No obstante, todav¨ªa subsisten resistencias en el Likud, especialmente de parte del actual viceprimer ministro, David Lev¨ª, y de Ariel Sharon. Esta cuesti¨®n se decidir¨¢ entre hoy y ma?ana, y se ver¨¢ si el acuerdo en principio puede llevarse a la pr¨¢ctica.
Mapam, el principal aliado del Partido Laborista en el Alineamiento (seis esca?os), probablemente no ingrese en la coalici¨®n, pero sin romper las otras ligazones en la central sindical (Histadrut) y en los decisivos gobiernos municipales que controlan en com¨²n. Esto, en conjunto, no perjudicar¨¢ al Partido Laborista, ya que tendr¨¢ m¨¢s posibilidades de ofrecer cargos ministeriales a otros aliados o posibles aliados. M¨¢s dificil le ser¨¢ al Likud cumplir con sus m¨²ltiples compromisos con los partidos religiosos, ya que deber¨¢ repartir m¨¢s carteras ministeriales y otros beneficios entre ellos. Y seguramente perder¨¢ tambi¨¦n un aliado: Tji¨¢, el partido ultranacionalista que se form¨® a su derecha para las elecciones de 1981. La diputada Gueula Cohen, una de sus fundadoras, ya ha anunciado que el partido, con sus cinco esca?os, pasar¨¢ a la oposici¨®n. Y no cabe duda de que sustraer¨¢ votos al Likud en futuras elecciones.
Aparentemente se ha llegado tambi¨¦n a acuerdos para invitar a Jordania a participar en las conversaciones de paz y para limitar la expansi¨®n de nuevos asentamientos jud¨ªos en los territorios ocupados en 1967.
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