Uganda contin¨²a bajo el reinado del terror
El derrocamiento de Idi Amin no supuso el fin de la tragedia en el pa¨ªs afiricano
Casi olvidada por los medios de informaci¨®n occidentales, Uganda, la "perla de ?frica" como la llamara Winston Churchill, sigue sumida en la tragedia. Tras la sangrienta dictadura del mariscal Idi Amin, la situaci¨®n no parece haber mejorado bajo la presidencia de Milton Obote y son numerosos los testimonios que hablan de masacres, robos y violaciones en un clima de anarqu¨ªa. M¨¢s de 100.000 personas han muerto en los ¨²ltimos cinco a?os en Uganda, seg¨²n un alto funcionario norteamericano.
Cinco a?os despu¨¦s de la ca¨ªda de Idi Amin, la situaci¨®n en Uganda es igual o peor que durante la dictadura de ¨¦ste, seg¨²n informes de organizaciones humanitarias, que han denunciado millares de asesinatos, constantes abusos por parte del Ej¨¦rcito y una violaci¨®n generalizada de las derechos humanos.Elliot Abrams, subsecretario de Estado norteamericano para asuntos de Derechos Humanos, declar¨® hace unos d¨ªas ante el Congreso de Washington que m¨¢s de 100.000 personas han muerto en el pa¨ªs africano durante los cinco ¨²ltimos a?os, especialmente en el ¨¢rea de Lowero, al norte de la capital, Kampala. Por su parte, el cardenal Ernmanuel Nsubuga, arzobispo de Kampala, declar¨® en Boston que hay en su pa¨ªs 80.000 prisioneros recluidos en campos de concentraci¨®n.
El ministro de Informaci¨®n ugand¨¦s, David Anyoti, reconoci¨® recientemente ante un grupo de periodistas extranjeros que 15.000 personas muriron en el llamado tri¨¢ngulo de Lowero. Sin embargo, el presidente Milton Obote dijo el pasado domingo que no est¨¢ preocupado por las cr¨ªticas de que es objeto su regimen en Occidente, porque "nuestra pol¨ªtica es correcta". Seg¨²n informa The New York Times, Obote a?adi¨® que no piensa dimitir ni tampoco celebrar conversaciones con la oposici¨®n en el exilio ni con los grupos guerrilleros que act¨²an en el pa¨ªs.
Milton Obote, de 59 a?os, fue presidente de Uganda desde 1966 a 1971, a?o en que fue derrocado por Idi Amin, quien estableci¨® una sangrienta dictadura durante ocho a?os en los que perdieron la vida 500.000 ugandeses, seg¨²n datos de Amnist¨ªa Internacional. Cuando el Ej¨¦rcito de la vecina Tanzania derroc¨® a Amin, Obote regres¨® al pa¨ªs y un a?o despu¨¦s gan¨® las elecciones presidenciales, entre acusaciones de fraude por parte de la oposici¨®n.
Un antiguo ministro de Defensa, Yoweri Museveni, de ideolog¨ªa izquierdista radical, dirige el Ej¨¦rcito de Resistencia Nacional (NRA), la orgaci¨®n guerrillera m¨¢s importante que se enfrenta desde hace a?os al r¨¦gimen de Obote. Antes de iniciar la lucha armada, Museveni se present¨® a las elecciones de 1980, pero su partido s¨®lo obtuvo un esca?o. Otro grupo rebelde, el Frente Nacional de Rescate (NRF), de menor implantaci¨®n, est¨¢ liderado por el general Moses Al¨ª, antiguo ministro de Finanzas de Idi Amin.
Ofensiva gubernamental
El Ej¨¦rcito ugand¨¦s ha lanzado una fuerte ofensiva en las ¨¢reas de Luwero, Mpigi y Mubende, en un nuevo intento de acabar con la guerrilla. Aunque hace algo m¨¢s de un a?o parec¨ªa inminente un triunfo gubernamental, ha habido algunas acciones espectaculares de los rebeldes, como el asalto al cuartel de Masindi, en febrero pasado, o el ataque a la estaci¨®n de, seguimiento de sat¨¦lites de Mporna. Hace unos d¨ªas el NRA asegur¨® haber dado muerte en una emboscada a m¨¢s de 200 soldados gubernamentales.Los militares ugandeses sostienen que la poblaci¨®n rural, especialmente la de la etnia baganda, apoya a los guerrilleros del NRA, por lo que se han entregado a una represi¨®n indiscriminada, sobre la que existen escalofriantes testimonios por parte de religiosos y m¨¦dicos occidentales.
Cogidos entre dos fuegos, entre la guerrilla y el Ej¨¦rcito, muchos de los habitantes de las regiones m¨¢s conflictivas han optado por abandonar sus poblados. Periodistas que han visitado recientemente la zona informan de amplias zonas despobladas casi por completo. Otros muchos habitantes han sido desplazados a la fuerza e internados en campos de concentraci¨®n. La falta de alimentos, agravada por los controles militares en las carreteras, ha causado la muerte de millares de personas.
Diplom¨¢ticos, periodistas y hombres de negocios que han visitado recientemente Uganda coinciden en se?alar la anarqu¨ªa que reina en el Ej¨¦rcito como una de las principales causas de la tragedia que vive el pa¨ªs. Grupos de militares fuertemente armados, aunque con frecuencia descalzos, cortan las carreteras y exigen un peaje de arbitraria cuant¨ªa. Un corresponsal del semanario The Economist narraba c¨®mo en un recorrido de poco m¨¢s de 200 kil¨®metros, en un autob¨²s de l¨ªnea, tuvo que pasar 12 de estos puestos de peaje a la ida y otros 11 a la vuelta, pagando en todos y cada uno de ellos.
La presencia de un centenar de consejeros. militares brit¨¢nicos no parece haber influido en el comportamiento de los aproximadamente 15.000 hombres del Ej¨¦rcito de Uganda, que arrasan poblados, violan mujeres, saquean casas y roban cosechas con total impunidad, e incluso, en algunos casos, dejando escrita en los muros su firma, el nombre de su unidad, de acuerdo con declaraciones de testigos.
En los cuarteles de Kampala, como los de Lubiri y Buya, se tortura y mata a los detenidos pol¨ªticos, seg¨²n estos testimonios, que hablan tambi¨¦n del descubrimiento de fosas comunes donde estaban sepultados docenas de cuerpos en los que a¨²n eran visibles las huellas de la tortura. Cuatro europeos -tres suizos y un brit¨¢nico- fueron asesinados en una carretera a principios de este a?o para robarles el coche, y otro periodista occidental contaba recienternente c¨®mo la hija de un pastor protestante fue violada impunemente por un soldado a las 10 de la ma?ana en el centro de una ciudad.
Peor que con Amin
Por la noche vuelven a o¨ªrse disparos en las desiertas calles de Kampala y varios de sus aterrorizados habitantes declararon que la situaci¨®n actual es peor que en los tiempos del dictador Idi Amin, porque ¨¦ste, con toda su arbitrariedad, al menos controlaba a su propio Ej¨¦rcito, cosa que parece incapaz de hacer el presidente Obote. Otros desmanes narrados por testigos hablan de la profanaci¨®n de iglesias y mezquitas. En una de estas ¨²ltimas, la de Kito, los soldados asaron un cerdo en su interior y se lo comieron utilizando como platos las p¨¢ginas del Cor¨¢n.El ¨²nico grupo de oposici¨®n, el Partido Democr¨¢tico, que lidera Paul Semogerere, ha visto reducido considerablemente su ya escaso n¨²mero de esca?os en la Asamblea Nacional por la deserci¨®n al partido gubernamental, Congreso del, Pueblo Ugand¨¦s (UPC), el exilio o el asesinato de algunos de sus diputados.
Una vez abandonadas sus veleidades socialistas, Miltani Obote acept¨® un r¨ªgido plan de estabilizaci¨®n econ¨®mica dise?ado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que inicialmente obtuvo ¨¦xito pero que ha sido obstaculizado por la falta de mano de obra en los campos y el pillaje de las cosechas, especialmente de, caf¨¦, por parte de los soldados. La bancarrota a la que llev¨® al pa¨ªs la dictadura de Idi Amin no ha podido ser paliada ni por el plan del FMI ni por los cientos de millones de d¨®lares de ayuda econ¨®mica que siguen llegando cada a?o de los pa¨ªses occidentales, y en especial del Reino Unido.
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