Exhibici¨®n de los 'Habichuela' en la Bienal de Sevilla
La casa de los Habichuela fue el espect¨¢culo flamenco que en la noche del jueves pasado llen¨® de guitarras las arquer¨ªas del claustro del monasterio de San Jer¨®nimo, en el barrio sevillano del mismo nombre, dentro de la Bienal de Flamenco. T¨ªa Marina, Jos¨¦ de la Tomasa, Carmen Linares y Jos¨¦ Menese pon¨ªan con su voz el contrapunto a lo que result¨®. una brillant¨ªsima exhibici¨®n de toque del bueno.Los aires de Levante que, sin mediar palabra, interpret¨® Pepe Habichuela para iniciar el programa dieron ya la medida de los derroteros de calidad que se avecinaban. Se unieron despu¨¦s a ¨¦l Juan Carmona Habichuela (hijo), que acompa?¨® discretamente a Pepe, as¨ª como Jos¨¦ Miguel Carmona Habichuela. T¨ªa Marina, hija del legendario Jos¨¦ Habichuela, a pesar de sus a?os, afront¨® con gusto y conocimiento el cante por tarantas, grana¨ªnas y tangos; estuvo arropada por la guitarra magistral del patriarca de la dinast¨ªa, Juan Carmona Habichuela (padre), quien no s¨®lo dio muestras de su veteran¨ªa y seguridad, sino que alegr¨® el fin de fiesta con unos pasos por buler¨ªas que podr¨ªan dejar sin carrera a m¨¢s de un bailaor profesional.
El ritual familiar se complet¨® con la serena actuaci¨®n de Carlos Habichuela, que cuando acompa?¨® a Jos¨¦ de la Tomasa nos hizo patente c¨®mo se consigue domesticar una guitarra y ponerla al servicio del cante, una cualidad indispensable para que cuaje el hecho flamenco y que no se prodiga a un nivel tan elevado.
Jos¨¦ de la Tomasa cant¨® por malague?as, luciendo la amplitud de sus registros ad libitum, como llaman los m¨²sicos a los cantes sin comp¨¢s; se ajust¨® despu¨¦s al son de unas buler¨ªas por sole¨¢, en las que se trasluc¨ªa su homenaje a grandes cantaores, como Tom¨¢s Pav¨®n o Manuel Torre, a cuya familia tiene a gala pertenecer. Jos¨¦ de la Tomasa es un cantaor en la l¨ªnea ecl¨¦ctica de la tradici¨®n sevillana.
La segunda parte del espect¨¢culo no ray¨® a tanta altura como la primera: Carmen Linares brill¨® en unos tangos muy flamencos, y Jos¨¦ Menese cant¨® por siguiriyas con poder¨ªo, descoloc¨¢ndose luego con unas ton¨¢s que quiz¨¢ por ser cante sin guitarra no encajaran en un espect¨¢culo dedicado a los Habichuela. El baile de Ricardo el Veneno no logr¨® conmover.
El certamen ofreci¨® el viernes, dentro de su I Ciclo de la M¨²sica y la Danza, un homenaje a dos m¨²sicos que tienen mucho que ver con el flamenco: Manuel de Falla y Mauricio Ohana. La segunda parte cont¨® con una inspirada interpretaci¨®n de Serranito, que hizo su Sinfon¨ªa flamenca para guitarra amplificada y orquesta.
El amor brujo fue la primera obra que interpret¨® la Orquesta B¨¦tica, bajo la direcci¨®n de Luis Izquierdo. El actor Jos¨¦ Luis G¨®mez y el bar¨ªtono Antonio Lagar acompa?aron a la formaci¨®n musical que abord¨® El llanto por Ignacio S¨¢nchez Mej¨ªas, original del maestro Ohana, sobre el texto lorquiano del mismo nombre: una obra demasiado ins¨®lita quiz¨¢ para los criterios arm¨®nicos de un p¨²blico que esperaba en todo momento una m¨²sica m¨¢s cercana al flamenco.
La segunda parte encontr¨® m¨¢s calor por parte del p¨²blico, con un V¨ªctor Monge que interpret¨® su sinfon¨ªa sin partitura; la orquesta pon¨ªa la base arm¨®nica y r¨ªtmica, sobre la cual la guitarra de Serranito trenzaba melod¨ªas que ten¨ªan mucho de improvisaci¨®n.
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