Escribir/Larra/Llorar
Larra lo dice as¨ª: "Escribir en Madrid es llorar". ?Por qu¨¦ se ha difundido el err¨®neo "escribir en Espa?a"? Porque, trasanta?o, la identificaci¨®n Madrid/Espa?a era mec¨¢nica y, sobre todo, porque nadie ha le¨ªdo a Larra. El gran prosista rom¨¢ntico revoluciona la prosa rom¨¢ntica, acu?a frases sint¨¦ticas, rel¨¢mpagos sint¨¢cticos: "?Por qu¨¦ son frailes cuando hay peste en Madrid?".Con esto se anticipa a Baudelaire, que es quien depura el Romanticismo en Europa. Mejor que la prosa invertebrada de los rom¨¢nticos (desvertebrada, llam¨® alguien a la de Proust), la abreviatura fulgurante, el apotegma que mata. La prosa de Larra est¨¢ hecha de pu?ales. Y esto no es s¨®lo una nueva manera literaria, sino, ante todo (o como consecuencia), una nueva manera social, vital, pol¨ªtica, existencial.
?Un mundo feliz?, dedicado a Larra, se emite hoy a las 20
30 por la primera cadena.
Urgencia
La prosa urgente de Larra responde a la urgencia de Espa?a, lo que Lucas Mallada, el regeneracionista, el arbitrista, tiempo m¨¢s tarde, llamar¨ªa "los males de la Patria". Y los males de Larra, cuya vida es como una biograf¨ªa abreviada. Ten¨ªa que decirlo todo pronto y bien, no por un parapsicol¨®gico presentimiento de la muerte (estaba sano), sino porque la urgencia de vivir/escribir le llevar¨ªa a matarse. Don Federico Carlos S¨¢inz de Robles, padre, me parece, del brillante jurista actual, sosten¨ªa que Larra no se suicid¨®, sino que estaba limpiando el arma. Casi como un guardia civil.
Esa urgencia de Larra es dram¨¢tica, pat¨¦tica, peripat¨¦tica (Larra callejeaba mucho sus art¨ªculos, sus verdades, como S¨®crates y Arist¨®teles). Larra o la vida de prisa, titul¨® alguien una biograf¨ªa del rom¨¢ntico. Antonio Espina desmiente la versi¨®n "teatral" del espejo. Buero la devuelve acertadamente al teatro, que es donde tiene su sitio y su sentido. Tambi¨¦n en esto, Larra preludiar¨ªa a Baudelaire: "Hay que ser sublime sin interrupci¨®n: el dandy debe vivir y morir ante el espejo". Pero el espejo es interior, claro. Y no creemos ya en otros preludios que en el de La verbena de la Paloma. Escribir/llorar. "?Por qu¨¦ -se preguntan los beocios de caf¨¦-, si era el periodista mejor pagado de su tiempo?". Llora con llanto duro, invertido, por ¨¦l y por Espa?a. Le duele Espa?a antes que a nadie. Antes que a Unamuno y a los fascistas. Escribir (sobre todo en los peri¨®dicos) es vender el propio llanto, prostituirse los h¨ªgados, cuando se escribe tan autobiogr¨¢ficamente, desde dentro del espejo del alma sin cara. Ahora vuelve a estar como de moda un cierto periodismo de investigaci¨®n o as¨ª, que: nos parece muy bien, siempre que no sirva para emparedar las voces personales, los llantos nacionales, como el de Larra. ?Por qu¨¦ ha de ser incompatible el testimonio tecnol¨®gico con el testimonio biol¨®gico?
A Larra le hace llorar la censura de la ¨¦poca. Hoy, despu¨¦s de cuarenta a?os, hemos aprendido que la m¨¢s cruenta censura, con mucho, es la que ejercemos sobre nosotros mismos, por inercia o por el contexto. Jorge Borrow, el de La Biblia en Espa?a (Alianza Editorial), confiesa venir a tierra de inquisidores, pero comienza su visita con un acto de Inquisici¨®n: quema, con cierto ritual, un libro franc¨¦s que va contra la Biblia. Cuidado, pues, con las inquisiciones interiores. Larra, cuando las advierte en s¨ª, las denuncia por voz de su criado asturiano. Le hacen llorar en Madrid. Cuando le invaden como un c¨¢ncer, se mata. No estaba limpiando el arma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.