El d¨ªa de la libertad de Tasio
Las esperanzas formuladas ayer respecto a la mejora de la programaci¨®n de este 322 Festival de San Sebasti¨¢n parecen tomar cuerpo, aunque las pel¨ªculas seleccionadas adolezcan, en ocasiones, de falta de rigor. Eso al menos han manifestado los miembros del jurado de Cine Vasco, que han visionado ya los 11 filmes que participan en dicha secci¨®n, la mayor¨ªa de ellos en formato de super-8, cuando han otorgado sus premios.Declarando desierto el previsto para la mejor pel¨ªcula de 35 mil¨ªmetros, dado que ninguna se present¨® en tal formato (Los reporteros, de Maki Aizpuru, fue seleccionada para Nuevos Realizadores), los actores Xabier Elorriaga e Imanol Arias, los escritores Anjel Lertxundi y Arantxa Urretavizcaya y el director Pedro Olea, componentes de dicho jurado, han insistido en la necesidad de que los t¨ªtulos que compitan reciban una criba previa que elimine el exceso de simp¨¢ticas pel¨ªculas familiares. Los cortometrajes vascos no se presentan con tanta facilidad en esta secci¨®n del Festival, aguardando su oportunidad para el de Bilbao, de mayor realce en los filmes, de tal duraci¨®n.
Esta limitaci¨®n foment¨® el inter¨¦s previo por Tasio, el largometraje que el cineasta navarro Montxo Armend¨¢riz ha presentado en la secci¨®n oficial. Los aplausos obtenidos finalmente por la pel¨ªcula dependieron ya de sus propias calidades. Tasio es un filme hermoso, un sorprendente documento etnol¨®gico y lleno de emoci¨®n: Aun cuando discurra por tiempos narrativos que no ofrecen los est¨ªmulos propios del habitual producto de consumo, va calando en la sensibilidad del espectador seg¨²n sus im¨¢genes muestran la vida vulgar de ese carbonero que desde ni?o debi¨® trabajar. Tasio, es un hombre del bosque, criado en sus costumbres y ritos, que, contra corriente, quiere mantener una independencia moral que no le sujete a servilismos, a lazos que arruinen su sentido de esa libertad que goza, aunque a su alrededor no sea la libertad la ley de la vida.
Amor de adolescencia
Desde que contrae matrirnonio con aquella muchacha qu¨¦ le encandil¨® en la adolescencia, el carbonero debe alternar su rutina, con la pesca o la caza furtiva, aun sabiendo que ese medio de vida est¨¢ reservado al placer de quienes mandan. Lentamente, solo, Tasio contin¨²a defendiendo su principio de vida, lleno de una alegr¨ªa que el filme sugiere con claro sentido po¨¦tico. El tiempo y el paisaje acompa?an la vida de ese hombre, que puede ser entendido, por otra parte, como s¨ªntesis de un concepto id¨ªlico y amargo de Armend¨¢riz, como un resumen de la tiarre, que quiere y de la que no se pueda gozar el aire, quiz¨¢ por ineviltable destino del hombre al que otros gobiernan.
Tasio no ha sido, en verdad , una sorpresa, puesto que, junto a La noche m¨¢s hermosa, a¨²n no prohibida, se esperaba como "la pel¨ªcula del festival". Cuantos la conoc¨ªan por las sesiones privadas en que fue mostrada propagaron su; excelencias desde el primer dila en comentarios que apuntaban el talento de este nuevo autor de 35 a?os, barbudo, medio calvo, que corresponde a la imagen de aquel muchacho del 68 que no ha querido adaptarse a los nuevos c¨®digos de la moda.
No fueron menores los aplausos para Todo va mal, de Emilio Mart¨ªnez L¨¢zaro, filme rodado para la televisi¨®n y que s¨¦ ha exhibido en la gran pantalla con car¨¢cter excepcional, si los criterios de Prado del Rey no var¨ªan al respecto. No es sorprendente que dos pel¨ªculas espa?olas protagonicen lo mejor de la jornada, puesto que el Festival de San Sebasti¨¢n atiende con especial cuidado la producci¨®n de todo el Estado. Todo va mal ha sorprendido a cuantos no hab¨ªamos valorado con igual inter¨¦s los anteriores t¨ªtulos del autor (Las palabras de Max y Sus a?os dorados) por, cuanto el humor que aqu¨ª aparece no es s¨®lo nuevo en ¨¦l, sino heredero de cierta tradici¨®n del disparate. Siguiendo las aventur¨¢s de dos hipot¨¦ticos periodistas de televisi¨®n, Todo va mal enlaza una complicada historia que nace de las ¨²ltimas palabras de un famoso actor que ha completado su vida como mecenas de m¨²ltiples asociaciones caritativas. Como el rosebud del ciudadano Kane, esas palabras s¨®lo son una disculpa para el enredo, puro juego de divertimientos que el p¨²blico ri¨® en sus di¨¢logos y en el gracioso talante del amplio reparto.
Situaci¨®n en todo caso distinta a la de Los motivos de Berta, primer largometraje de Jos¨¦ Luis Er¨ªn, presentado en la secci¨®n Cine Espa?ol. Pudo absorber en sus primeros momentos por el encanto de unas raras im¨¢genes en blanco y negro, pero que a este cronista pes¨® fuertemente en su larga segunda mitad, donde los silencios de la Berta adolescente, que vive inmersa en un paisaje yerto y mudo, parec¨ªan in¨²tilmente alargados, con m¨¢s pretensi¨®n que logro. Un decadente sentido pl¨¢stico sustituye la emoci¨®n, y esa Berta que crece entre viejos y su hermano ni?o, que queda seducida por el rom¨¢ntico vecino suicida, que conserva su dieciochesco sombrero como el amuleto que la acerca a la vida que sue?a, ralentiza su callado cambio, alcanzando lo moroso.
El ambiente del festival ha quedad o, pues, marcado por la presencia de esas dos pel¨ªculas espa?olas y, coyunturalmente, por la peque?a pol¨¦mica planteada por el cineasta sovi¨¦tico Alexandr Surin respecto a la pel¨ªcula norteamericana de Paul Mazursky (V¨¦ase EL PA?S de ayer), que, a su juicio, ridiculiza la vida actual en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Aun siendo corroborado en su discurso, Surin obtuvo menos ¨¦xito con la pel¨ªcula mostrada en la secci¨®n oficial, El retorno de la ¨®rbita, que, prometida como una r¨¦plica de Elegidos para la gloria, ha sido criticada por su falta de imaginaci¨®n, su pesadez y, en definitiva, su antig¨¹edad.
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