El certamen agot¨® su inter¨¦s
ENVIADO ESPECIALEn su lenta trayectoria hacia la clausura, este festival, que cerrar¨¢ sus puertas el domingo, da la impresi¨®n de haber agotado su mayor capacidad de inter¨¦s. Tras el estreno de La noche m¨¢s hermosa, de Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n que, en t¨¦rminos generales, ha sido duramente juzgada por la prensa local, y por el miniesc¨¢ndalo de Bibi Andersen que abandon¨® el festival tras su disgusto por contemplarse' como travestido en la pantalla, la alargada ceremonia hacia el fin debilita el entusiasmo de buena parte de los invitados.
Bibi Andersen declaraba que el personaje que interpretaba era el de una aut¨¦ntica mujer: ya hab¨ªa ejercido de ambiguo sexual en su primera pel¨ªcula, Cambio de sexo, de Vicente Aranda, junto a Victoria Abril.
La mayor atenci¨®n se vuelca hacia las secciones paralelas, protagonizadas por argentinos, tanto por la proyecci¨®n de En retirada, de Juan Carlos Desanzo, en la secci¨®n Nuevos Realizadores, como por el estreno de El se?or Gal¨ªndez, que ha filmado en Espa?a el cineasta exiliado Rodolfo Kuhn.
El se?or Gal¨ªndez interes¨® en el Festival de Berl¨ªn a cuantos se sensibilizan contra la tortura, aunque la pel¨ªcula, en justos t¨¦rminos cinematogr¨¢ficos, ofreciera un inter¨¦s menor. Se basa en la obra teatral de Eduardo Pavlovsky, escrita hace 11 a?os.
Dos torturadores contratados por un misterioso se?or Gal¨ªndez, a quien no conocen, aguardan en su lugar de trabajo la llegada de nuevas v¨ªctimas y se sorprenden de la visita de un muchacho (Antonio Banderas, un actor a considerar), que debe aprender de ellos el oficio. Ambos hombres (muy bien interpretados por Alterio e Hinojosa) deciden maltratarle aunque su propio miedo por el omnipotente se?or Gal¨ªndez limite su desarrollada capacidad para el sadismo. El problema fundamental de la pel¨ªcula no reside, a mi juicio, en la monoton¨ªa de las situaciones ni en la f¨¢cil interpretaci¨®n psicol¨®gica de los protagonistas sino en el propio truco narrativo: ocultar forzadamente la identidad laboral de los personajes no aumenta el inter¨¦s sino que, por el contrario, margina demasiado el filme de aspectos que hoy tendr¨ªan mayor inter¨¦s.
Un torturador en paro
Ese es el acierto del punto de partida de En retirada, uno de los primeros filmes realizados en el joven ambiente de la democracia argeritina actual y que ha logrado en ese pa¨ªs un resonante ¨¦xito de p¨²blico. El filme plantea el caso de un ex torturador sin trabajo al que abandonan sus viejos jefes mientras algunas de sus v¨ªctimas comienzan a reconocerle en la calle: una de ellas decide vengarse. Englobable en el g¨¦nero negro y con un buen pulso narrativo de Desanzo, el filme adolece en su segunda parte de una excesiva preocupaci¨®n por la aventura personal del protagonista, abandonando con ello en importante medida su primera inquietud de reflejo pol¨ªtico.Como, se recordar¨¢, a, ¨²ltima hora fue rechazado por el comit¨¦ de selecci¨®n la pel¨ªcula Darse cuenta, de Alejandro Doria, que hab¨ªa propuesto el Instituto de Cine argentino. Tan brusco cambio de opini¨®n ha molestado a las autoridades cinematogr¨¢ficas de aquel pa¨ªs aunque Carlos Gortari, director de este festival, haya cursado un telegrama insistiendo en invitar a su m¨¢ximo representante oficial. As¨ª, dice, "ni vos humillado ni yo ofendido", matizando que el cam bio de pel¨ªcula no obedece a ningu na misteriosa raz¨®n: "¨²nico grupo del que fui hincha", escribi¨® Gortari, "el River del 45 de Rossi, Moreno, Pedernera, cuando petiso", es decir, siendo chaval. En dicho telegrama Gortari aporta el dato de haber aprendido mucho "de Borges y Cort¨¢zar y Arlt" y de ha ber descubierto el teatro "por La velli y Augusto Fern¨¢ndez-V¨ªctor Garc¨ªa", de modo que "no me veo Pericles en Atenas".
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