Un l¨ªder en el apogeo de su carrera

Primer ministro, presidente del Partido Obrero Socialdem¨®crata de Suecia, vicepresidente de la Internacional Socialista, fundador de la comisi¨®n independiente sobre el desarme y asuntos de seguridad, llamada luego Comisi¨®n Palme, Olof Palme, licenciado en Derecho desde 1951, se encuentra a sus 57 a?os en el apogeo de su carrera pol¨ªtica con una larga trayector¨ªa tras de s¨ª.Su partido le ha confirmado recientemente por unanimidad como l¨ªder indiscutible y se prepara para llevarle como jefe de fila a las elecciones de septiembre de 1985. Una posibilidad que la oposici¨®n burguesa est¨¢ firmemente decidida a impedir.

Treinta a?os de actividad pol¨ªtica ininterrumpida han hecho de Palme un estadista de prestigio internacional. Dos l¨ªneas principales enmarcan su trayectoria: en el plano interno, consolidar el estado de bienestar de Suecia alcanzado por la socialdemocracia y el movimiento obrero en este siglo. Cuando Palme accede a cargos p¨²blicos -diputado en 1957, ministro en diversos departamentos en los a?os sesenta y llega a primer ministro en 1969-, el llamado modelo sueco ya estaba construido y a¨²n no hab¨ªan aparecido las fisuras que lo han puesto en entredicho en los ¨²Itimos a?os. Palme trabaj¨® para consolidarlo y renovarlo.

La otra arista saliente de su personalidad pol¨ªtica es su gesti¨®n internacional. Es sin duda el pol¨ªtico sueco m¨¢s conocido fuera de su pa¨ªs. Desde el Gobierno o como jefe de su partido, Palme ha sido consecuente en los objetivos de impulsar un orden internacional con sentido de la justicia, de respeto a la soberan¨ªa, especialmente de los pa¨ªses peque?os, y de un orden m¨¢s justo en las relaciones econ¨®micas. Esa filosof¨ªa le ha llevado a ser solidario con los movimientos de liberaci¨®n de los pa¨ªses del Tercer Mundo y a tener una visi¨®n menos europe¨ªsta de las ra¨ªces de los problemas que les afectan. Esta solidaridad no ha significado nunca, empero, una injerencia en los problemas internos de esos pa¨ªses.

Celoso defensor de la neutralidad sueca, Palme es un trabajador incansable por la paz, el desarme y la soluci¨®n pac¨ªfica de las diferencias entre las naciones. No es un hombre especialmente carism¨¢tico. Sus condiciones de polemista agudo y mordaz son reconocidas y temidas y est¨¢ permanentemente en la mira de las bater¨ªas de sus adversarios pol¨ªticos.