"La Iglesia respeta la justa autonom¨ªa de las realidades temporales", afirma Juan Pablo II en Zaragoza

El Papa afirm¨® ayer, en su discurso de llegada a Espa?a, pronunciado ante los Reyes y los representantes del Gobierno, que le recibieron a media tarde en el aeropuerto de Zaragoza, que "la Iglesia respeta la justa autonom¨ªa de las realidades temporales, con una opci¨®n que es profunda y decidida". Insisti¨® a¨²n el papa Woytjla diciendo que la fe y la adhesi¨®n a la c¨¢tedra de Pedro "no interfiere en las leg¨ªtimas opciones temporales, que Dios y la Iglesia dejan a la responsable libertad de cada hombre".

Juan Pablo II a?adi¨® que "todos, por ello, pueden encontrarse, respetarse y colaborar en torno a las exigencias fundamentales de un mensaje que", puntualiz¨® el Papa, "habla de amor entre los hombres, de respeto a su dignidad y a los valores fundamentales de paz, de concordia, de libertad y de convivencia". Habl¨® de la "sana colaboraci¨®n" que debe existir entre todos para llegar a "una ordenada convivencia, a una solidaridad comunitaria, a la armonizaci¨®n jur¨ªdica de los mutuos derechos y deberes en el campo personal, familiar, escolar, laboral y c¨ªvico". Insisti¨® el Papa en el concepto, tan sentido por ¨¦l, del papel y responsabilidad que tiene Espa?a por haber contribuido, con el descubrimiento de Am¨¦rica, "a crear una gran comunidad hist¨®rica entre naciones de profunda afinidad humana y espiritual, cuyos hijos", subray¨®, "rezan en espa?ol y en esa lengua han expresado en gran parte su propia cultura".Y a este respecto, Juan Pablo II afirm¨® que "ser¨ªa imposible y deformante presentar una historia ver¨ªdica de esa gesta espa?ola haciendo abstracci¨®n de la Iglesia y de su labor". Y agreg¨®: "Me pregunto yo tambi¨¦n, con tantos de vuestros pensadores, si ser¨ªa posible hacer una historia objetiva de Espa?a sin entender el car¨¢cter ideal y religioso de su pueblo o la presencia de la Iglesia".

Exhort¨® a los espa?oles, como hab¨ªa ya hecho en Santiago de Compostela en su anterior viaje a Espa?a, hace dos a?os, a "reavivar los valores que hicieron gloriosa la historia de Espa?a en otros continentes".

Derecho de los padres a elegir el tipo de educaci¨®n

Los tres discursos del Papa ayer tuvieron un tono dialogante. No hubo, ni cuando toc¨® los temas espinosos del divorcio, el aborto y de la ense?anza, ese tono de dureza que en otras ocasiones y en otros pa¨ªses ha caracterizado algunos discursos del papa Woytjla en estos campos.

Por lo que se refiere a la ense?anza, se limit¨® a decir, durante la misa: "Ojal¨¢ tenga plena efectividad en vuestro pa¨ªs el derecho de los padres a elegir el tipo de educac¨ª¨®n que prefieren para sus hijos". Frase largamente aplaudida por los presentes, mientras quedaron sin aplausos las que segu¨ªan inmediatamente cuando dijo: "Sed ejemplares en vuestra vida c¨ªvica y en la capacidad de convivencia, contribuyendo a una mejor justicia social para todos".

Por lo que se refiere a los problemas del divorcio y del aborto, dos palabras que no pronunci¨® ayer el Papa, como hizo por ejemplo en su reciente viaje a Canad¨¢ con tonos casi dram¨¢ticos, se limit¨® a pedir que se viva y se defienda "la indisolubilidad de la familia y los dem¨¢s valores del matrimonio, promoviendo el respeto a toda la vida desde el momento de la concepci¨®n". Tambi¨¦n alert¨® el Papa a los cat¨®licos sobre lo que llam¨® "el error de pensar que se pueda cambiar la sociedad cambiando s¨®lo las estructuras externas, o buscando en primer lugar la satisfacci¨®n de las necesidades materiales", y a?adi¨®, tambi¨¦n aqu¨ª con gran entusiasmo del p¨²blico: "Hay que empezar por cambiarse a s¨ª mismo, destruyendo las ra¨ªces del pecado y del ego¨ªsmo, ya que", coment¨® Juan Pablo II, "s¨®lo las personas transformadas colaboran eficazmente en transformar la sociedad".

Se le not¨® al Papa una cierta preocupaci¨®n por las dificultades que los cat¨®licos puedan tener para vivir en Espa?a plenamente su fe, cuando afirm¨®: "Tened confianza en vosotros mismos. Vivid con integridad vuestra fe, en un contexto en el que se la respete plenamente, o en el que se le puedan crear algunos obst¨¢culos". Pero a¨²n aqu¨ª se not¨® en las palabras escogidas por el Papa, "algunos obst¨¢culos", su deseo de no querer dramatizar lo que pueda haber de fricci¨®n en el transcurso de la Espa?a oficialmente cat¨®lica al nuevo pa¨ªs, m¨¢s secularizado y con r¨¦gimen pol¨ªtico de separaci¨®n de Iglesia y Estado.Homenaje a los 200.000 misioneros espa?oles

Pidi¨® tambi¨¦n el Papa a los cat¨®licos espa?oles que sean coherentes en su vida con la ense?anza del Evangelio, que no se averg¨¹encen de profesar en p¨²blico su fe y que superen la tentaci¨®n "de la desconfianza y las difusiones est¨¦riles".

En sus palabras en la bas¨ªlica del Pilar dedicadas a los familiares de los misioneros espa?oles, el Papa quiso agradecer "la generosidad ininterrumpida en la que, desde hace casi cinco siglos, tantas familias han entregado sus hijos e hijas para que lleven", dijo el Papa, "la luz de Cristo a los pueblos del Nuevo Mundo", y record¨® que m¨¢s de 200.000 misioneros en estos cinco siglos salieron de Espa?a para servir a la Iglesia en Hispanoam¨¦rica.

Fuera de programa, Juan Pablo II ley¨® tambi¨¦n ayer una oraci¨®n en la bas¨ªlica del Pilar, en la cual record¨® que "tantos hijos de Espa?a, dej¨¢ndolo todo, decidieron dedicarse por entero a la causa del Evangelio". En dicha oraci¨®n el papa Wojtyla pidi¨® a Dios que mirara propicio "la angustia de cuantos padecen hambre, soledad o ignorancia", y a?adi¨®: "Haznos reconocer en ellos a tus predilectos y danos la fuerza de tu amor para ayudarlos en sus necesidades".