La hermana Mar¨ªa Pisa
La camarera del Papa en Zaragoza, cocinera adem¨¢s de monja
Su dominio de la cocina le ha permitido a la hermana Mar¨ªa Pisa el regalo de volver a atender al Papa durante su estancia en Zaragoza. Fue la encargada de prepararle los men¨²s con motivo de la primera visita de Juan Pablo II a Espa?a, hace menos de dos a?os. Conocida como la cocinera del Papa, la hermana Mar¨ªa Pisa pertenece a la orden de Santa Ana, y su dedicaci¨®n habitual consiste en realizar las tareas dom¨¦sticas del palacio arzobispal de Zaragoza junto a otras dos compa?eras de la misma Orden. Est¨¢ encantada con la posibilidad de cuidar del Pont¨ªfice y asegura que, "aunque en televisi¨®n le sacan cheposico, es alto y anda muy recto y muy tieso".
Su doble condici¨®n le ha dado la oportunidad a la hermana Mar¨ªa Pisa de atender, por segunda vez en menos de dos a?os, al Papa durante su visita a Zaragoza. El men¨² que prepar¨® anoche para la cena de Juan Pablo II con los obispos de la Conferencia Episcopal Espa?ola consisti¨® en un taz¨®n de consom¨¦, pescado a la marinera, carne con guarnici¨®n de verduras y frutas y pasteles. El vino, obligado, de la tierra, un cari?ena no muy subido en grados.Esta religiosa de la orden de Santa Ana sigue hablando con el mismo acento de la tierra en que naci¨® hace 65 a?os. Por eso dice que en la tele a Juan Pablo II le sacan "cheposico", y que luego, en persona, "de cheposico, nada"., que es un hombre "alto y anda muy recto y muy tieso". Recela de los periodistas y m¨¢s a¨²n de las Fotografias. No le gusta ser protagonista, y hay que echar mano de todo tipo de argucias profesionales para que se deje fotografiar. Es muy t¨ªmida, no para de mover las manos cuando habla, pero, aun as¨ª, transmite un car¨¢cter muy bondadoso.
La hermana Mar¨ªa Pisa y las otras dos religiosas de la orden de Santa Ana, Mar¨ªa Luisa Olivares, la superiora, y Elena del G.cho, llevan muchos a?os dedicadas a las tareas dom¨¦sticas del palacio arzobispal. Para esta ocasi¨®n. han preparado con especial cuidado la habitaci¨®n de "don El¨ªas", ya que el arzobispo de Zaragoza, EI¨ªas Yanes, ha cedido sus aposentos para el ilustre visitante.
"Son muebles regulares, no se crean. Muy sencillos y antiguos", dice la religiosa. "No hemos cambiado casi nada. Las cortinai y la cubierta de la cama son las misinas". Las s¨¢banas, en cambio, las estren¨® anoche Juan Pablo II: han sido el regalo personal de las Hermanas Oblatas de Cristo S,:Lcramentado, que durante meses han bordado a mano sobre hilo una obra de filigrana. Encima de la mesilla de noche del Pont¨ªfice reposaron dos libros, la Biblia y el breviario, y un vaso de agua "con su mantelico bordado". La hermana Mar¨ªa Pisa recuerda que el Papa pidi¨® agua, entrada la noche, en su anterior estancia en Zaragoza.
Las hermanas de Santa Ana han pasado la noche en vela, al igual que los miles de j¨®venes que han orado en la bas¨ªlica del Pilar, porque sus habitaciones han sido necesarias para alojar a la comitiva papal. Sin dormir, la hermana Mar¨ªa Pisa ha bajado a la cocina para preparar el desayuno de Juan Pablo II. Ella ha o¨ªdo decir que es "costumbre italiana" empezar el d¨ªa con un huevo escalfado y caf¨¦ con leche.
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