Dos reclusos que constru¨ªan un t¨²nel para fugarse de la Modelo, descubiertos al contraer una enfermedad que transmiten las ratas
Un t¨²nel de unos 12 metros de longitud fue descubierto el pasado martes en la cuarta galer¨ªa de la c¨¢rcel Modelo de Barcelona. La celda donde se ha encontrado la entrada al pasadizo, la 328, es la que ocupaban los reclusos Francisco Crespo Mural y Jos¨¦ Angel Bakaikoa Baztan, presos que el pasado 26 de septiembre fueron asistidos en el hospital Cl¨ªnico de Barcelona a causa de una enfermedad denominada leptospirosis, que se contrae por ingerir alimentos o agua que hayan estado en contacto con los orines de las ratas. Ahora se sospecha que los dos reclusos se vieron afectados por esa enfermedad mientras cavaban el t¨²nel y eliminaban la tierra en una cloaca, donde se han encontrado huellas de roedores. Los servicios m¨¦dicos del centro seguir¨¢n analizando la sangre de los internos para saber si el contagio afecta a m¨¢s personas.
Las investigaciones a¨²n no han terminado, de ah¨ª que la direcci¨®n de la c¨¢rcel Modelo no haya podido determinar oficialmente si Crespo y Bakaikoa fueron los autores del t¨²nel. Sin embargo, los responsables del centro sospechan que los dos reclusos estaban preparando una fuga, que habr¨ªan realizado de no haber contra¨ªdo la leptospiros¨ªs. Esta enfermedad, tambi¨¦n conocida con el nombre de s¨ªndrome de Weil, puede tener consecuencias mortales y se presenta con s¨ªntomas de fiebre y hemorragias. El pasadizo, calificado por Jos¨¦ Mart¨ªnez Soc¨ªas, director del centro, como "una verdadera obra de arte", se encontr¨® despu¨¦s de varios d¨ªas, de, infructuosos registros. "Desde el primer momento sospech¨¦ de que los dos internos que hab¨ªan contra¨ªdo esa enfermedad pudieran haber estado preparando un t¨²nel, aunque tampoco descart¨¦ que su enfermedad hubiera podido ser adquirida en el interior de la galer¨ªa", declar¨® ayer a este peri¨®dico Mart¨ªnez Soc¨ªas.
El director orden¨® a los funcionarios de la prisi¨®n, siempre siguiendo sus propias sospechas, que buscaran alg¨²n indicio que pudiera llevarles hasta el t¨²nel. Lo primero que se realiz¨® fue una inspecci¨®n muy meticulosa de la celda donde se hallaban, los dos presos, la 328. "Pero no encontramos nada", record¨® ayer el director, mientras o ojeaba un pliego de fotografias del t¨²nel efectuadas por ¨¦l mismo y por uno de sus ayudantes.
El t¨²nel
La perfecci¨®n del acceso al pasadizo fue sin duda la causa de que no se diera con el t¨²nel desde un primer momento. "Los funcionarios golpearon las baldosas, una por una, con un mazo, pero no escucharon ning¨²n tipo de ruido que pudiera hacer pensar en la existencia de un hueco", sigui¨® explicando el responsable de la c¨¢rcel Modelo, en la ayer se apretujaban 1.360 reclusos. El pasado martes, convencido a¨²n de que exist¨ªa un intento de fuga, el director de la Modelo y otro funcionario encontraron la entrada del t¨²nel. "Era un trabajo de artesan¨ªa, una obra de arte", exclam¨®, mientras mostraba las fotograf¨ªas en las que se pod¨ªa observar que el acceso estaba situado junto a la pared, bajo dos baldosas cuadradas de 20 cent¨ªmetros de lado.
Bajo las baldosas, los autores del t¨²nel hab¨ªan conseguido comunicar con una c¨¢mara de aire situada bajo la celda. Construyeron unas gu¨ªas met¨¢licas con un soporte inferior que les permiti¨® introducir, de una forma herm¨¦tica, un cubo de cemento armado que imped¨ªa que los funcionarios escucharan el eco de los golpes. El cubo de cemento se pod¨ªa levantar con unos ganchos que estaban escondidos en la celda. Una vez desbloqueado el agujero se descend¨ªa, no sin cierta dificuItad, hasta una sala, muy peque?a, donde los reclusos hab¨ªan iniciado un nuevo t¨²nel, ¨¦ste de unos ocho metros, que les llevaba hasta una pared tr¨¢s la que hab¨ªa una cloaca, por donde habr¨ªan podido huir.
La zona donde los presos estuvieron cavando estaba llena de sacos de arena, concretamente seis sacos de pl¨¢stico. "Creo que el resto de la arena la lograron eliminar introduci¨¦ndola en alguna ca?er¨ªa, porque ayer, cuando estuve all¨ª abajo, o¨ª como un chorro de agua que no cesaba de correr", declar¨® el director. Mart¨ªnez Soc¨ªas tambi¨¦n encontr¨® ropas y pa?uelos en forma de sombreros, usados para evitar el contacto con el polvo; pero la humedad y la presencia de ratas dificult¨® la evasi¨®n".
Probar el contagio
Jos¨¦ Mart¨ªnez Soc¨ªas estaba ayer satisfecho. "porque hemos descubierto el t¨²nel, por el que se hubieran escapado los reclusos que hubieran querido, aunque ahora se deber¨¢ probar que Crespo y Bakaikoa contrajeron la leptospirosis all¨ª abajo". El contagio de los reclusos Jos¨¦ ?ngel Bakaikoa Baztan y Francisco Crespo Mural hizo que se iniciara, a finales de septiembre, una campa?a de desratizaci¨®n de la Modelo, donde ya exist¨ªan indicios claros de la presencia de roedores. El 26 de septiembre, un inspector del Servicio de Centros de la Direcci¨®n General de Servicios Penitenciarios de la Generalitat declaraba que era urgente la desratizaci¨®n de la prisi¨®n y que, si era necesario, se estudiar¨ªa "la posibilidad de contratar los servicios de una empresa privada, aunque el gasto supusiera salimos de los presupuestos".
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