Los otros candidatos a la Casa Blanca
16 aspirantes, desde nacionalistas a comunistas, pretenden acceder en noviembre al Despacho Oval
RAM?N VILAR?El sistema norteamericano, basado en votos electorales que deben ser asignados a los candidatos en cada uno de los 50 Estados de la Uni¨®n, m¨¢s el distrito de Columbia (Washington, D. C.), hace que un aspirante con pretensiones de llegar a la Casa Blanca deba contar con listas electorales en cada Estado. Algo muy dif¨ªcil de conseguir en un pa¨ªs de dimensiones continentales y con unos presupuestos de campa?as electorales en los que los millones de d¨®lares se barajan por docenas. S¨®lo las dos grandes formaciones hist¨®ricas, republicana y dem¨®crata, cuentan con solidez y estructura para ir altern¨¢ndose en el poder. Para el resto, la Casa Blanca es solo un mito.
Los escollos no desaniman a los candidatos, que, elecci¨®n tras elecci¨®n acuden testimonialmente a la carrera presidencial. En la mayor¨ªa de los casos es solamente para dejar constancia de unas ideas y programas que, desde la extrema izquierda a la extrema derecha, pasando por los comunistas, socialistas o independientes, constituyen el espectro de escena pol¨ªtica estadounidense.
Larry Holmes, marxista
Entre los otros candidatos presidenciales m¨¢s represertantivos -por el n¨²mero de Estados en que est¨¢n inscritos o por el relativo impacto que tienen en la Prensa- cabe destacar a Larry Holmes, candidato del Workers World Party (Partido Mundial de los Trabajadores), de ideolog¨ªa marxista, y al aspirante del Democratic Party (Partido Democr¨¢tico, que no tiene ninguna relaci¨®n org¨¢nica con el Partido Dem¨®crata que presenta a Walter Mondale), el contadictorio Lyndon LaRouche.
Para Holmes, de 32 a?os de edad y raza negra, se da adem¨¢s la circunstancia de que, aun cuando fuera elegido presidente, no podr¨ªa acceder a la Casa Blanca porque no llega a la edad m¨ªnima de 35 a?os prevista por la Constituci¨®n de Estados Unidos para poder ser presidente. El Workers World Party logr¨® m¨¢s de 15.000 votos en la elecci¨®n presidencial de 1980, cifra que esperan superar al presentarse este a?o en 16 Estados de la Uni¨®n.
LaRouche o la 'conspiraci¨®n'
Arguyendo que la "clase trabajadora norteamericana es cada vez m¨¢s pobre", Larry Holmes considera que el "capitalismo est¨¢ en crisis". Defiende -con escasas probabilidades de ser o¨ªdo- las ventajas que ofrece socialmente la Uni¨®n sovi¨¦tica y se opone firmemente a la intervenci¨®n militar de EE UU en Centroam¨¦rica. En el caso del Democratic Party, de Lyndon LaRouche, inscrito en 22 Estados, la campa?a se hace fandamentalmente a trav¨¦s de publicidad en la radio, o programas de media hora de duraci¨®n en alguna de las grandes cadenas de televisi¨®n. LaRouche, que debut¨® pol¨ªticamente en 1948 como miembro del Trotskyite Socialist Workers Party, argumenta en sus alocuciones televisadas que Henry Kissinger, Robert MacNamara y el general Maxwell Taylor conspiraron con Nikita Krushchev para minar el poder¨ªo estrat¨¦gico de EE UU.
Incluye en sus denuncias conspirativas a la familia Rockefeller y a la reina de Inglaterra. Las fianzas de LaRouche -cuyo presupuesto electoral supera el mill¨®n de d¨®lares- proceden de donaciones y de la venta de sus publicaciones. Entre sus seguidores figuran algunos ex miembros del Partido Dem¨®crata.
Gus Hall, un contumaz
Otros aspirantes a la presidencia de EE UU que merecen destacarse son David Bergland, del Partido Libertario (presente en casi todos los Estados de la Uni¨®n); Sonia Johnson, del Partido de los Ciudadanos (de cierta influencia en la pol¨ªtica local, sobre todo entre ecologistas y gente joven); y Gus Hall, del Partido Comunista.
Hall, de 74 a?os de edad, l¨ªder del Communist Party norteamericano, es aspirante presidencial cada cuatro a?os desde 1972. En las ¨²ltimas elecciones, en 1980, el Partido Comunista de EE UU obtuvo 45.000 votos. Ahora se presentan en 23 Estados y acude como candidata a la vicepresidencia por el partido la l¨ªder radical de raza negra Angela Davis.
Completan la lista de aspirantes candidatos de partidos con nombres un tanto ex¨®ticos, la mayor¨ªa de veces presentes en un solo Estado: John Anderson, del National Unity Party of Kentucky; Delmar Dennis, del American Party, o Earl Dogde, del Prohibition Party.
En definitiva, no faltan opciones sobre el papel para el elector norteamericano, aun cuando todos saben muy bien que Reagan o Mondale ser¨¢n quienes ocupen el despacho presidencial de la Casa Blanca durante los pr¨®ximos cuatro a?os.
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