Pablo Serrano

En el diario de fecha 14 del corriente mes aparece una nota del corresponsal en Mosc¨² en la que, si bien es cierta la noticia de mi nueva exposici¨®n en el Museo del Ermitage, de Leningrado, para el a?o 1985 o 1986, al final de la nota se refiere al trabajo de los escuiltores y su creatividad.Creo que con la mejor buena voluntad se confunde lo que quise decir en una larga conversaci¨®n sobre el tema, y ahora me interesa aclarar.

Si no recuerdo mal, al referirme a los artistas ya consagrados, con importantes obras y a?os de trabajo, dije que se les encargan los monumentos conmemorativos, ya sea al recuerdo de personajes hist¨®ricos o al recuerdo de la resistencia, la guerra contra los alemanes, en la cual murieron 22 millones de soldados y ciudadanos rusos. (Por esta raz¨®n se brinda constantemente por la paz.) Y las obras que yo he podido ver en el exterior y en los estudios, Anikuskin en Leningrado, y Ecumonuy en Mosc¨², son importantes.

Naturalmente, la nueva creatividad tiene sus dificultades por su originalidad, y ¨¦sta puede apreciarse en los salones colectivos, donde no existe limitaci¨®n de tendencias en las artes pl¨¢sticas. Los j¨®venes creadores, que los hay muy buenos, tienen sus dificultades a la hora de proponer o instalar sus creaciones particulares, y si por otra parte han de responder a temas concretos y ante un p¨²blico que desconoce la originalidad de quien la crea y su trayectoria anterior, es imposible que ese p¨²blico, o cualquiera, acepte espont¨¢neamente aquello nuevo que se muestra, y ya sea en la URSS o en Roma.-