McGovern: los dem¨®cratas necesitan otro Kennedy

George McGovern, el candidato dem¨®crata que perdi¨® las elecciones estadounidenses frente a Richard Nixon en 1972, es el pol¨ªtico que ha encajado mayor n¨²mero de derrotas en su deseo de llegar a ser presidente de EE UU. McGovern, en unas declaraciones a EL PA?S en Barcelona. manifiesta su apoyo activo al candidato dem¨®crata, Walter Mondale, porque cree que representa a "la otra cara de Am¨¦rica, a esa gente que defend¨ªa la paz contra el militarismo, que se sent¨ªa representada por sus artistas y no por los que envinaban a nuestros hijos a Vietnam".
George McGovern tiene 64 a?os y ha dedicado toda su vida a la pol¨ªtica estadounidense. Senador por su Estado natal de Dakota del Sur, permaneci¨® en la C¨¢mara desde 1963 hasta 1981, cuando "decid¨ª que ya era suficiente, que deb¨ªa aprender a vivir un poco". El mayor deseo de McGovern fue siempre llegar a ser presidente de Estados Unidos", pero sus intentos fracasaron. En 1972, cuando se enfrent¨® a Richard Nixon en las elecciones a la presidencia, dijeren de ¨¦l que era un dem¨®crata san Jorge que intentaba matar al drag¨®n republicano.
Pregunta. Usted perdi¨® las elecciones frente a un presidente que fue declarado culpable de corrupci¨®n. ?Qu¨¦ sinti¨® George McGovern cuando estall¨® el esc¨¢ndalo de Watergate?
Respuesta. Fue muy descorazonador. Estuve toda la campa?a advirtiendo sobre la corrupci¨®n del Gobierno y de su presidente, pero todo cay¨® en saco roto. Yo perd¨ª las elecciones y luego, cuando ya estaba resignado a la derrota, estall¨® el esc¨¢ndalo. Todo lo que yo pensaba era cierto, y, sin embargo, el pueblo vot¨® a Nixon y lo convirti¨® en presidente de Estados Unidos. Pero yo estoy satisfecho de haberme presentado a esas elecciones, de haber continuado con mi carrera pol¨ªtica.
P. ?Cree que Walter Mondale tiene a¨²n posibilidades de conseguir la presidencia?
R. Yo creo que MondaIe, tras sus dos debates televisivos con Reagan, ha conseguido aumentar su popularidad. Muchos dicen que s¨®lo consigui¨® ganar el primer debate, pero lo cierto es que derrot¨® al presidente en sus dos apariciones, demostrando estar mejor informado en todas las cuestiones. En el primero, Reagan s¨®lo consigui¨® murmurar frases inconexas. En el segundo estuvo algo mejor de lo que ya nos tiene acostumbrados, pero eso s¨®lo significa que, en vez de ofrecernos el habitual espect¨¢culo de ignorancia absoluta, fue m¨¢s comedido. La ¨²nica arma de Reagan, sin embargo, es su sonrisa de actor de Hollywood y su saber estar ante las c¨¢maras. El ciudadano norteamericano vio, en su segunda aparici¨®n, que consegu¨ªa responder sin temblores a m¨¢s de una pregunta, y pens¨®: "Bueno, no est¨¢ mal del todo". Mondale a¨²n puede ganar.
P. Los republicanos aseguran que, con Reagan, "America is back", que ha vuelto a renacer como una gran naci¨®n. ?Cu¨¢l es su opini¨®n sobre este auge patri¨®tico?
R. A lo que est¨¢ sucediendo en Norteam¨¦rica no se le puede llamar patriotismo, porque no es m¨¢s que un triunfalismo ingenuo. Es cierto que despu¨¦s de Vietnam, tras el largo secuestro de los ciudadanos estadounidenses en Ir¨¢n, nuestro pa¨ªs perdi¨® la fe. Muchos empezaban a dudar de que EE UU fuera una gran naci¨®n. Pero no debemos olvidar que estos hombres que lanzan ahora esl¨®ganes absurdos sobre la gran naci¨®n americana son los mismos que enviaban a nuestros hijos a Vietnam. Ellos fueron los que lanzaron las bombas, destrozando el prestigio de EE UU. Reagan y los republicanos han convertido a mi pa¨ªs en la jungla del militarismo, del materialismo y del patriotismo est¨²pido.
P. Usted colabor¨¦ con John F. Kennedy en el programa Food for peace. ?Qu¨¦ queda de aquella generaci¨®n de hombres por la paz en Norteam¨¦rica?
R. Yo defiendo la otra cara de Norteam¨¦rica. Sigue existiendo, a pesar de que los republicanos lo nieguen, una gran parte de la poblaci¨®n que est¨¢ por la paz, que quiere el desarme, que se indigna ante la intervenci¨®n estadounidense en Centroam¨¦rica, que no quiere que se sigan recortando los presupuestos sociales... Muchos de ellos, artistas, periodistas, profesionales de todo tipo, como el m¨²sico Leonard Bernstein, me apoyaron en mi campa?a contra Nixon. A¨²n somos muchos. Mondale es uno de ellos, y por eso, a pesar de que quiz¨¢ salga derrotado de esta tentativa, deber¨¢ seguir en la brecha, luchando contra Reagan y los que son como ¨¦l. El gran problema del Partido Dem¨®cra ta es no haber encontrado otro l¨ª der carism¨¢tico como Kennedy.
P. A pesar de que el d¨¦ficit estadounidense es alt¨ªsimo, EEUU est¨¢ experimentando una fuerte recuperaci¨®n econ¨®mica. ?Pueden los dem¨®cratas competir en esas condiciones?
R. Es una recuperaci¨®n falsa. Reagan nos hundi¨® en los dos primeros a?os de su mandato en la peor recesi¨®n conocida por EE UU. Ahora compara el desempleo actual con el de 1981, y evidentemente es menor. Los norteamericanos ricos viven mejor, pero el resto sigue igual o peor que antes.
P. Pero, en su ¨²ltimo discurso, Reagan afirm¨® que no aumentar¨ªa el presupuesto para la defensa y que reforzar¨ªa los recursos de la Seguridad Social.
R. ?Eso es imposible! Todo es una gran farsa para ganar las elecciones. ?C¨®mo va a disminuir el d¨¦ficit si no sube los impuestos y al mismo tiempo aumenta los gastos de la Seguridad Social? Adem¨¢s, ¨¦l nunca ha tenido ninguna intenci¨®n de disminuir los gastos militares y tampoco la tiene ahora.
P. ?Contar¨¢ en las elecciones el aparente acercamiento sovi¨¦tico a Reagan?
R. El acercamiento es s¨®lo electoral. Reagan no quiere frenar la carrera armamentista. Al contrario. Toda su pol¨ªtica exterior es un verdadero desastre. Un ejemplo es la vergonzosa intervenci¨®n en Centroam¨¦rica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.