El imperio de los pintores consagrados
La Feria Internacional de Arte Contempor¨¢neo de Par¨ªs cierra hoy sus puertas con escasas novedades VICTORIA COMBAL?A
Desde su creaci¨®n, en 1974, la Feria Internacional de Arte Contempor¨¢neo parisiense (FIAC) ha sido punto de encuentro obligado para marchantes, artistas, cr¨ªticos y amateurs. El a?o pasado logr¨® alcanzar la cifra de 9.601 visitantes por d¨ªa, superando as¨ª las cifras de la exposici¨®n Manet (8.985), Turner. (7.396), Bonnard (6.500) y Balthus (4.174). La FIAC de 1984 cierra hoy sus puertas del Grand Palais. Los nombres de siempre han centrado la atenci¨®n de las galer¨ªas.
El nuevo presidente de la FIAC, Daniel Lelong, de la galer¨ªa Maeght Lelong, se mostraba dos d¨ªas despu¨¦s del vernissage muy optimista. Est¨¢n por ver los resultados econ¨®micos de la feria, pero de momento los cambios m¨¢s evidentes de esta nueva presidencia residen en la creaci¨®n de una muy buena librer¨ªa especializada dentro del recinto, la organizaci¨®n de visitas guiadas y el deseo de incrementar la participaci¨®n de las galer¨ªas norteamericanas.La disposici¨®n en el Grand Palais no es tan abrumadora como la de Arco, y la moqueta y la atractiva se?alizaci¨®n de las galer¨ªas la hacen bastante confortable de visitar para lo que son las ferias, de por s¨ª mareantes. Como en todas las ferias, asimismo, hay productos de escaso inter¨¦s, pero el nivel en la FIAC es alto, y sus presentaciones monogr¨¢ficas consagradas a Appel, Alechinski, Beuys, Sonia Delaunay, Dubuffet, Dufy, Hartung, Fontana, Klimt, L¨¦ger Manz¨² y Frank Lloyd Wright atestiguan sobradamente la calidad y el volumen de ciertas galer¨ªas. En cambio, y dado que las ferias, aunque no marquen el gusto, s¨ª pueden contribuir a ofrecer nombres nuevos, el panorama de novedades resulta en esta FIAC relativamente escaso. Da la sensaci¨®n de que la gran ofensiva de los nuevos expresionistas ha entrado en un cauce de normalizaci¨®n, e incluso de un descenso de calidad: o los marchantes no han tenido demasiado ojo, o los j¨®venes artistas consagrados han agotado sus esfuerzos en la veloz carrera de la fama (hay excepciones, claro est¨¢). En el ambiente art¨ªstico franc¨¦s se comenta, adem¨¢s, el relativo fracaso de la promoci¨®n de artistas j¨®venes en la l¨ªnea de moda (Combas, Basquiat, Alberola, Di Rosa): han pagado precios muy altos por ellos y ahora no venden, lo cual no es de extra?ar dada su superficialidad. De ah¨ª, tal vez, que algunas galer¨ªas parezcan intentar un relanzamiento de la abstracci¨®n l¨ªrica, tanto en nombres consagrados como en j¨®venes valores (ver la galer¨ªa Clivages, en donde se muestra a TalCoat y a R¨¢fols Casamada, o la galer¨ªa Erval).
Tras este somero comentario general no estar¨ªa de m¨¢s rese?ar lo que ha llamado m¨¢s nuestra atenci¨®n. L¨¦ger estaba soberbiamente representado con m¨¢s de 30 obras en la galer¨ªa Sidney Janis, de Nueva York, cuyos fondos de maestros de la vanguardia son impresionantes. Del mismo artista pod¨ªa verse Les pl¨®ngeurs (1942), una enorme tela que sirvi¨® de mural para la casa del arquitecto Harrisson, ahora en la galer¨ªa Gmurzynska, que a su vez presentaba obras de Olga Popova, Suetin y Picasso. Carl Flinker expon¨ªa unos estupendos peque?os formatos de Kupka, Magnelli y Jean H¨¦lion, pintor del cual el Mus¨¦e d'Art Moderne de la Ville de Par¨ªs ofrecer¨¢ una gran exposici¨®n de noviembre a enero. La Lunn Gallery, de Washington, deparaba una atractiva sorpresa: muebles, vidriera y vajilla realizados por F. L. Wright para la Full House (Chicago) en 1901. La ¨²ltima obra de Jean Dubuffet (galer¨ªa Jeanne Bucher) tambi¨¦n interesaba, por otros aspectos: en esta nueva serie titulada Mires toda referencia figurativa se ha evaporado. "En esta pintura", dice el pintor octogenario, "preside la idea de que lo que nosotros estarnos acostumbrados a entender por realidad no es m¨¢s que un sistema de fantasmas instituidos colectivamente".
Vanguardia ya cl¨¢sica
Entre los cl¨¢sicos de la vanguardia, en fin, podr¨ªamos destacar un curioso y, al menos para m¨ª desconocido Magritte, en la galer¨ªa Marescalchi, de Bolonia (Les derniers beaux jours, 1940), que a su vez mostraba obra de Delvaux y Morandi y un Picasso de 1969 (El beso) lleno de fuerza.
Dentro de una abstracci¨®n que relee las propuestas avanzadas por el arte del siglo XX destacar¨ªamos la obra de Joan Mitchell (galer¨ªa Jean Fournier), quien parte de Monet aprovechando el gran formato y la libertad de pincelada de la escuela norteamericana, y la de Georges No?l (galer¨ªa Christian Cheneau), quien en sus sobrias y elegantes composiciones integra la lecci¨®n de Klee y de Stella. Los movimientos que en los a?os setenta trabajaron con materiales ef¨ªmeros o no tradicionales est¨¢n tambi¨¦n presentes en la FIAC. As¨ª, la galer¨ªa Lucrezia de Domizio presentaba una obra reciente de Joseph Beuys, titulada Olivestone, consistente en dos hileras de botellas de aceite de oliva con el nombre del artista como marca y un monolito con aceite que hab¨ªa impregnado parcialmente la piedra. La galer¨ªa Pieroni segu¨ªa fiel a los artistas del arte povera (Merz, Fabbro, Paolini, Pisani), aunque lo mejor resultaba ser una escultura de Pistoletto.
Espa?oles
?Qu¨¦ decir de los neoexpresionistas? Los Kirkeby de la galer¨ªa Gillespie-Salomon eran bonitos; Penck y Baselitz mostraban obras muy similares a las ya vistas; Schnabel (galer¨ªa Bischofberger) estaba representado con una obra de platos rotos; Enzo Cuchi ha acentuado su tremendismo... Miquel Barcel¨® (en las galer¨ªas Bischofberget e Ivon Lambert) quedaba francamente bien, con sus lienzos recientes, densos y mat¨¦ricos. David Salle (galer¨ªa Templon) causaba impacto con su Crying Bear: una representaci¨®n pornogr¨¢fica con la imagen de un alto ejecutivo pintada encima y una par¨¢frasis de Picasso a un lado.
Finalmente, la participaci¨®n de artistas espa?oles era a¨²n, para lo que tenemos, demasiado escasa. Arroyo estaba representado por Carl Flinker, de Par¨ªs, y Levy, de Hamburgo, y Jos¨¦ Guerrero por Juana Mord¨®. La sala Vayreda, de Barcelona, mostraba al escultor Joan Mora y a Serra de Rivera. La obra de este ¨²ltimo, tal vez el m¨¢s virtuoso de nuestros j¨®venes pintores, con una tem¨¢tica excesivamente balthusiana (sin la perversidad del maestro), goz¨® de un gran ¨¦xito de p¨²blico.
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