La gran 'Misa solemne' de L¨®pez Cobos,

Misa solemne en re mayor, op. 123 de Beethoven (1818-1822).

Director: Jes¨²s L¨®pez Cobos. Orquesta Nacional de Espa?a. Orfe¨®n Donostiarra. Director- A. Ayestar¨¢n. Solistas: Enriqueta Tarr¨¦s, Linda Finnie, Werner Holweg y Erick Knodt.

Teatro Real. 26, 27, 28 y 29 de octubre.

La Misa solemne, de Beethoven, como otras partituras capitales del g¨¦nero sinf¨®nico-coral, han podido convertirse en repertorio gracias a una -larga serie de esfuerzos y continuada labor. Entre ellos se alza con car¨¢cter protagonista el del Orfe¨®n Donostiarra, tantas veces colaborador de la Orquesta Nacional de Espa?a y recientemente galardonado con el Premio Pr¨ªncipe de Asturias.

Ahora, bajo la direcci¨®n de Jes¨²s L¨®pez Cobos, el Orfe¨®n, ensayado y cuidado con empe?o por su actual titular, Antxon Ayestar¨¢n, ha alzado sus voces para la Misa solemne, una cima en la creaci¨®n beethoveniana. "La palabra y la m¨²sica son una misma cosa", dec¨ªa Beethoven. Desde tal principio ha de entenderse la renovaci¨®n beethoveniana en la m¨²sica religiosa si la relacionamos con sus antecedentes barrocos y cl¨¢sicos.

Y como de la palabra, podr¨ªa decirse de los diversos elementos conjuntados: cuarteto solista, gran coro, orquesta. Todos se integran no s¨®lo en una m¨¢s o menos difusa ideolog¨ªa, sino en una ancha y grave densidad sonora. Jes¨²s L¨®pez Cobos extrajo de la orquesta una sonoridad muy berlinesa: pastosa, en¨¦rgica, dram¨¢tica, bien ligada e impetuosa a la hora de la escritura fugada. Como contraste, la paz interior de pasajes como Dona nobis pacem parecen buscar caminos para el confesado prop¨®sito beethoveniano: "Despertar, en los cantores como en los auditores, sentimientos religiosos perdurables".

Una creci¨®n intensa

La religiosidad de Beethoven, incluso en p¨¢ginas como las misas, dista de la ortodoxia y aun dir¨ªa que es m¨¢s un efecto resultante de la actitud art¨ªstica que un exagerado fervor. De cualquier modo, como siempre resulta expuesto ligar ¨¦tica y est¨¦tica, resaltemos lo que verdaderamente importa : el tama?o musical de una creaci¨®n dif¨ªcil, sufrida, intensa, como es la Misa en re.

Canto pleno de humanidad, expresi¨®n c¨¢lida y mult¨¢nime del pueblo hecho coro que el Orfe¨®n Donostiarra asumi¨® con una potencia sorprendente, a pelar de sernos conocida; tambi¨¦n con una claridad en las l¨ªneas vigorosas del tejido vocal que se equilibraba con la lograda por L¨®pez Cobos del instrumental. Si a?adimos la calidad del cuarteto solista, con nombres que se elogian por s¨ª mismos -Enriqueta Tatr¨¦s, en una de las mejores intervenciones que le hayamos escuchado; la mezzo Linda Finnie, representante muy alta del mejor oratorismo brit¨¢nico; el espl¨¦ndido tenor de Solingen Werner Hollweg, y el flexible bajo Erich Knodt-, tendremos idea de un nivel interpretativo, esta vez s¨ª, de gran dentro musical europeo.

Creo que Jes¨²s L¨®pez Cobos ha llevado a cabo uno de sus m¨¢s importantes trabajos entre nosotrosr. La l¨ªnea de su austeridad habitual qued¨® tocada por un halo emocional capaz de conectar inmediatamente con el p¨²blico, aunque conmover al de los viernes resulte empe?o arduo.