Enfermedad y estr¨¦s
La importancia relativa de los sucesos que abruman la vida cotidiana
La definici¨®n fisiol¨®gica de lo que se conoce como estr¨¦s o estados de estr¨¦s se ha visto necesariamente modificada y ampliada con su extensi¨®n y arraigo popular. De hecho, y de forma apropiada, utilizamos el t¨¦rmino estr¨¦s casi como sin¨®nimo de la ansiedad o tensi¨®n que, por sus caracter¨ªsticas, aparece como potencialmente destructiva para el individuo. Los estados de estr¨¦s han sido reconocidos ya hace tiempo como un factor influyente en la generaci¨®n de varias enfermedades de la patolog¨ªa humana. El acercamiento producido a lo largo de este siglo entre la medicina puramente biol¨®gica y su vertiente ps¨ªquica ha cristalizado en la presencia de una dimensi¨®n m¨¢s humana y personal en la interpretaci¨®n de la enfermedad. As¨ª, muchos est¨ªmulos psicol¨®gicos anormales se consideran determinantes, aunque generalmente no ¨²nicos, de diferentes enfermedades tanto ps¨ªquicas como de car¨¢cter esencialmente f¨ªsico, biol¨®gico.Todos hemos padecido estados temporales de malestar general, dolor de cabeza o dolor de est¨®mago de los que responsabilizamos directamente a una tensi¨®n o preocupaci¨®n excesivas. Pero tambi¨¦n en los grandes cuadros patol¨®gicos, cardiovasculares o pulmonares, por ejemplo, es el estr¨¦s una variable a considerar. Su papel en el desarrollo de la enfermedad coronaria se enuncia siempre, aunque no se pueda afirmar rotundamente, como algunos lo hacen, que aquellos con mayor responsabilidad o m¨¢s preocupaciones en su vida sean per se sujetos propensos al infarto de miocardio. La posibilidad real de demostrar esa relaci¨®n en las personas de tales caracter¨ªsticas que sufren un infarto queda oscurecida por la presencia concomitante en todas ellas de factores mayores de riesgo coronario, como son la hipertensi¨®n arterial, el tabaquismo o la hipercolesterolemia.
Los estados de estr¨¦s se han propuesto tambi¨¦n como mecanismo participante en la g¨¦nesis de la hipertensi¨®n arterial esencial o primaria, cuya causa real no es conocida todav¨ªa. Se ha relacionado el estr¨¦s, asimismo, con el asma (a pesar de que no existe ninguna evidencia que sostenga la teor¨ªa de participaci¨®n del estr¨¦s en la aparici¨®n de crisis asm¨¢ticas), la jaqueca, la ¨²lcera gastroduodenal (en la cual los factores emocionales s¨ª tienen un papel importante), el insomnio, ciertas diarreas y otros padecimientos.
LA PAZ INTERIOR
Alcanzar el sosiego necesario para reducir la tensi¨®n emocional anormal presente en nuestras vidas no es f¨¢cil dadas las caracter¨ªsticas de muchos de los trabajos y el elemento de competencia, tan arraigado .hoy en las relaciones interhumanas. Realizar ejercicio f¨ªsico regularmente, normalizar los h¨¢bitos del sue?o y tomarse con cierta periodicidad un tiempo de aislamiento para relajarse y reflexionar sobre la importancia real que hay que conceder a cada cosa, son algunas de las mejores reglas que se pueden seguir para conseguir o reforzar una conducta que favorezca la paz interior. "Cualquiera que sea la situaci¨®n con que se tropiece en la vida, considere primero s¨ª vale la pena luchar por ello". aconseja Hans Selye, m¨¦dico eminente que ha dedicado su vida profesional al estudio del estr¨¦s.
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