El capital extranjero y el aceite espa?ol

LA BATALLA desencadenada en Espa?a por una empresa francesa deseosa de controlar el mercado del aceite de oliva ha obligado a la Administraci¨®n p¨²blica a plantearse la importancia de ese sector en el marco global de nuestra econom¨ªa. El aceite de oliva representa por s¨ª solo el 3,6% de nuestra producci¨®n final agraria y mueve al a?o, junto con el aceite de girasol, m¨¢s de 125.000 millones de pesetas. El probable ingreso de Espa?a en la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) obliga a tomar en consideraci¨®n las ventajas de que disfrutar¨ªan nuestros productores en el Mercado Com¨²n, donde -seg¨²n los ¨²ltimos documentos de negociaci¨®n (cap¨ªtulo todav¨ªa abierto)- podr¨ªan conseguirse ayudas comunitarias desde el momento mismo de la adhesi¨®n, sin que se establecieran topes a la producci¨®n hasta dos a?os despu¨¦s del ingreso, en el supuesto de que nuestra incorporaci¨®n no disparase los excedentes de aceite de oliva de Europa. Es posible as¨ª, que nuestros agricultores se beneficien de inmediato de unos ingresos considerablemente m¨¢s altos que los actuales.Parec¨ªa extra?o que una firma como Carbonell, perteneciente a uno de los grandes grupos bancarios del pa¨ªs, estuviese a la venta desde hace alg¨²n tiempo, pese a haber superado buena parte de las dificultades por las que hab¨ªa atravesado durante los pasados a?os. El prop¨®sito del Banco Hispano Americano de desprenderse de una empresa rentable, a la que tiene concedidos cr¨¦ditos por casi 9.000 millones de pesetas, tiene una explicaci¨®n sencilla: se trata de la consecuencia de su nueva pol¨ªtica gerencial, orientada a reforzar los aspectos estructuralmente financieros del banco, deshaci¨¦ndose de activos industriales, y a mejorar su liquidez. Pero sigue produciendo extra?eza que no surgiera durante ese tiempo una oferta nacional solvente para adquirir Carbonell. S¨®lo la operaci¨®n de compra puesta en marcha por Lesieur -sociedad francesa que pose¨ªa ya el 49,9% del capital de Koipe- ha hecho recapacitar sobre la v¨ªa de agua que se abrir¨ªa en nuestro mercado de aceite de oliva en el caso de que firmas extranjeras consiguieran llegar a controlar casi la mitad del sector.

El grupo franc¨¦s forz¨® su oferta al saber que Unilever, el gigante mundial en el mercado agroalimentario y de aceites, se encontraba en avanzadas negociaciones para adquirir Carbonell. La propuesta de Lesieur -firma en la que tiene participaci¨®n accionaria el Estado franc¨¦s y que, seg¨²n los propios medios de comunicaci¨®n del pa¨ªs vecino, ha contado para sus gestiones con la ayuda diplom¨¢tica de su Gobierno- se ha producido, sin embargo, en un mal momento psicol¨®gico, ya que la empresa francesa todav¨ªa no ha resuelto el complicado y envenenado litigio que le enfrenta con el accionariado espa?ol de Koipe. Que una firma extranjera accionista de un 49,9% de otra compa?¨ªa de aceite espa?ola y metida en pleitos para lograr su pleno control aspirase al tiempo a apoderarse del ciento por ciento de Carbonell dice poco en favor del tacto de sus gestores.

El Gobierno espa?ol se ha visto enfrentado, as¨ª, con una situaci¨®n peculiar. De un lado, tiende a favorecer las inversiones extranjeras en Espa?a, aunque s¨®lo sea para devolver la confianza a los ahorradores nacionales que vacilan todav¨ªa a la hora de asumir riesgos en su propio pa¨ªs. Gestiones del Gobierno de Par¨ªs se han encargado de subrayar ante el de Madrid el agravio comparativo que representar¨ªan las trabas administrativas puestas a una empresa francesa deseosa de adquirir activos espa?oles. De otro lado, la aceptaci¨®n de la oferta de Lesieur podr¨ªa significar la p¨¦rdida de todo control sobre el mercado ole¨ªcola nacional y el riesgo de una situaci¨®n casi monop¨®lica para la fijaci¨®n de los precios de compra y venta.

El Gobierno ha decidido considerar al sector aceitero como un apartado estrat¨¦gico. A la sugerencia de constituir una sociedad franco-espa?ola con mayor¨ªa francesa, nuestras autoridades han respondido con la propuesta de formar una empresa de esas mismas caracter¨ªsticas, pero con mayor¨ªa espa?ola. Probablemente, sin embargo, la f¨®rmula m¨¢s deseable ser¨ªa la aparici¨®n de una oferta solvente de capital espa?ol. En cualquier caso, parece insensato plantearse la posibilidad de entregar nuestro sector del aceite a empresas extranjeras antes de que se produzca el ingreso de Espa?a en la CEE.