Un caos de relojer¨ªa

Una compa?¨ªa mediocre ensaya un vodevil y se enreda, al mismo tiempo, en las dif¨ªciles relaciones personales de sus actores; se les ve despu¨¦s representar esa misma obra desde detr¨¢s, como si estuvi¨¦semos situados en el fondo del escenario, con el decorado al rev¨¦s, y ya domina m¨¢s la trama interna de la compa?¨ªa que la de la obra representada.Finalmente, gira de nuevo el decorado y vemos la obra ya absolutamente deteriorada, totalmente mezclada con las incidencias personales de la compa?¨ªa. Al derecho y al rev¨¦s es una mec¨¢nica de precisi¨®n que va derivando hacia el disparate aparentemente descontrolado. Es un desarrollo contempor¨¢neo y audaz del teatro comercial.

Se admira la compleja ideaci¨®n de la pieza, la direcci¨®n llevada al segundo y, sobre todo, la interpretaci¨®n por parte de una compa?¨ªa que realiza este alarde a la perfecci¨®n. De lo que se trata aqu¨ª es de ofrecer una superficie tersa y brillante, una organizaci¨®n del caos m¨¢s que de cualquier otra profundidad, y se consigue. Destacar un nombre sobre los otros tendr¨ªa poco sentido cuando se trata de la subordinaci¨®n de unos a otros como las piezas de un reloj. El director ingl¨¦s Alexander Herold ha conseguido con estos actores una representaci¨®n ideal.

El p¨²blico del estreno gust¨® extraordinariamente de la obra. Ser¨¢ interesante ver la repercusi¨®n y la comprensi¨®n de esa obra por los espectadores normales.